Material de estudio II Samuel 15-18, Ez.28:12
Hijo del hombre
levanta endecha sobre el rey de Tiro.
La palabra “endecha”, tiene el significado de una angustia muy intensa que alguien experimenta,
cuando le ha ocurrido algo muy doloroso. Ésta endecha se expresa con un
lamento en alta voz, y es usado normalmente en Israel, cuándo se pierde un ser
querido.
En Ezequiel
Dios le habla al profeta, enviando un mensaje para el rey de Tiro, y en el 28:12
le dice: Hijo de hombre, entona endechas sobre el rey de Tiro, y
dile: Así dice Adonay YHVH: ¡Tú eras el sello de la perfección, Lleno de
sabiduría y acabado de hermosura! En Edén, en el huerto de Dios estuviste. De
toda piedra preciosa era tu vestidura: De cornerina, topacio, jaspe y
crisólito, De berilo y ónice; zafiro y carbunclo, De esmeralda y de oro. Los
primores de tus panderos y flautas estuvieron preparados para ti en el día de
tu creación. Tú, querubín ungido, protector, Yo te constituí para esto. En el
santo monte de Dios estuviste; En medio de las piedras de fuego te paseabas. Perfecto
eras en todos tus caminos desde el día que fuiste creado, Hasta que se halló en
ti maldad. A causa de la multitud de tus contrataciones Fuiste lleno de
iniquidades, y pecaste. Por tanto Yo te degrado del monte de Dios, Y te
destruyo, oh querubín protector, De en medio de las piedras del fuego.
Es evidente que
esos atributos no podían ser proferidos de la mente de Dios, para un hombre
pagano como el rey de Tiro; de una manera indirecta, se estaba refiriendo al principal
y más alto de los ángeles, a ese querubín llamado Satanás. Por supuesto que esas
expresiones estaban dirigidas al ángel que se rebeló en su contra. Dando a su
vez a entender el dolor que le provocó a Dios esa rebelión.
Al decir: En Edén, en el huerto de Dios
estuviste; de toda piedra preciosa era tu vestidura; se evidencia que
no se estaba refiriendo al citado rey, sino al que se constituyó enemigo de
Dios. Si ese Edén, se trataba del mismo donde Dios puso a Adán o se trataba de
otro no lo sabemos. Lo que sí se evidencia es: que tanto al ángel de más alto
grado, como su obra maestra "el hombre" a ambos los puso en un Edén.
Y en ambos Edén hubo un fracaso.
El haber
sido Dios traicionado por este ángel sello de la perfección produjo, en
Él una intensa angustia. (Endecha) Para darnos una idea de este dolor, más
adelante podremos ver y tener una idea de esa endecha, en la reacción de David
rey de Israel cuando supo que su hijo Absalón había muerto.
Las
contrataciones.
Al mencionar
la palabra en Ez. 28:18: “Con la multitud de tus maldades y con la
iniquidad de tus contrataciones, nos
revela cómo Satanás trataba de conquistar con vanas e infundadas
promesas el favor de los ángeles que
tenía a su mando, logrando así convencer a una parte de ellos. Quería llegar a
ser como Dios y sentarse junto a las
estrellas (ángeles) de Dios, subir a las alturas de las nubes y ser semejante
al Altísimo.
.
Esto era exactamente lo que hacía el príncipe Absalón, y de su actitud se puede llegar a tener una pequeña idea de lo que aconteció en un pasado remoto en el cielo, entre Satanás y los ángeles que tenía a su mando, y como se llevó a cabo esa rebelión en contra de Dios.
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Esto era exactamente lo que hacía el príncipe Absalón, y de su actitud se puede llegar a tener una pequeña idea de lo que aconteció en un pasado remoto en el cielo, entre Satanás y los ángeles que tenía a su mando, y como se llevó a cabo esa rebelión en contra de Dios.
El hermoso y elegante príncipe se levantaba
temprano, y colocándose en el camino de la puerta principal de la ciudad de
Jerusalén, trataba de conquistar el favor de los que acudían al rey su padre,
para exponer sus problemas. Absalón era un hombre de una presencia
extraordinaria, no había hombre como él por su excelente atractivo físico, no
tenía defecto alguno, desde la planta de los pies hasta su cabeza. Su porte
físico era lo que resaltaba de él, a los que llegaban para obtener justicia de
parte del rey. A parte de su imponente presencia, era la solicitud y premura
que demostraba al recibir a los que acudían a la capital para exponer su
problema al rey.
Así lo relata En 2 Samuel 15:1… “Aconteció después de esto, que Absalón se
hizo de carros y caballos, y cincuenta hombres que corriesen delante de él. Y
se levantaba Absalón de mañana, y se ponía a un lado del camino junto a la
puerta; y a cualquiera que tenía pleito y venía al rey a juicio, Absalón le
llamaba y le decía: ¿De qué ciudad eres? Y él respondía: Tu siervo es de una de
las tribus de Israel. Entonces Absalón le decía: Mira, tus palabras son buenas
y justas; mas no tienes quien te oiga de parte del rey. Y decía Absalón:
¡Quién me pusiera por juez en la tierra, para que viniesen a mí todos los que
tienen pleito o negocio, que yo les haría justicia! Y acontecía que cuando
alguno se acercaba para inclinarse a él, él extendía la mano y lo tomaba, y lo
besaba. De esta manera hacía con todos los israelitas que venían al rey a
juicio; y así robaba Absalón el corazón de los de Israel.”
El muy sonriente príncipe, era el primero en saludar
a los forasteros que llegaban a la ciudad, preguntándole luego de dónde venían,
y cuál era la razón de su visita. Todo este recibimiento por el hijo del rey,
con esa brillante diplomacia que ejercía, los recién llegados se sentían honrados
y privilegiados de ser atendidos con tanta solicitud e individualmente por este
ser tan especial. El ingenuo viajero quedaba confundido frente a la excelencia
del recibimiento y la elegancia del príncipe que lo estaba entrevistando, y así
comenzaba a relatar sus problemas; mientras su interlocutor lo miraba
demostrando interés y atención.
Por supuesto, él forastero ingenuamente veía en el
príncipe interés y conmiseración. Luego Absalón le decía: "tus palabras son buenas y justa, más no
tienes quien te oiga de parte del rey". A continuación daba rienda
suelta a su plan oculto, manifestando el propósito principal de todo ese
teatro, diciendo: “¡Quien me pusiera por juez de la tierra, para que
viniesen a mí todos los que tienen pleito o negocios, que Yo les haría justicia!”
Cuando alguno deslumbrado por todo este trato se acercaba para inclinarse, él
le extendía la mano, lo tomaba y lo besaba. De esta manera Absalón robaba el
corazón del pueblo de Israel.
Éste es un tipo de la contrataciones inicuas de la
cual habla en Ezequiel 28 que posiblemente utilizó Satanás para soliviantar a
esa tercera parte de los ángeles para que se unieran a su causa de levantarse
en contra del Creador de todos ellos, con algún tipo de promesas. Acaso ¿no es
este el mismo método usado por Satanás para encandilar y seducir? Así se nos
revela en Ezequiel. Es el mismo método que utilizó en el huerto de
Edén con nuestros primeros padres, el que puede transformarse en un ángel de
luz, o haciéndose pasar por Dios, como dice en 2Tes.2:4 “el cual se opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es
objeto de culto;b tanto que se sienta en el templo de Dios como Dios,
haciéndose pasar por Dios.”
Esta manera de teatro, la vanidad, son redes que
atrapan a mucho, y si fuera posible engañarían también a los escogidos con sus
milagros mentirosos. Pero el Espíritu de Dios que mora en sus hijos, descubre y
rechaza todo lo que no proviene de Él.
Absalón continuaba
en su plan de conquistar el corazón del pueblo, y a todos los que llegaban a
Jerusalén le decía lo mismo: “tus palabras son buenas y justas” no importando
el argumento, ya que el propósito no era el de juzgar con equidad, sino
conquistar el corazón del pueblo. Después de cuatro años, y teniendo ya un
grupo de cincuenta hombre con carros y caballos que corrían delante de él,
decidió que había llegado el momento de sublevarse. Para tal fin se presenta
delante de su padre el rey y le pide permiso para ir a Hebrón (lugar donde su
padre fue ungido rey, y reinó allí sobre Judá durante seis años y medio) el
pretexto que le mencionó fue: el de pagar unos votos que le había
hecho a Dios cuando estaba exilado en Siria; engañando así a su padre que creyó
en sus palabras.
Para ese fin y con
anticipación había convencido al primer consejero de su padre, así que
mandó a llamar a Ahitofel Ghilonita, el cual no hesitó en acudir a su llamado
traicionando al rey. Ahitofel era muy amado por David y lo retenía como amigo,
también como el primero y más sabio de sus consejeros. Con esta unión la
conspiración se hizo poderosa y mucho pueblo se unía a Absalón, también envió
mensajeros por todas las tribus de Israel diciendo: “Cuando oigáis el sonido
de la trompeta diréis: Absalón reina en Hebrón. Mientras todo esto acontecía
dieron aviso a David diciendo: El corazón de todo Israel se va tras Absalón.”
Lo extraño de todo
esto fue, que David como experimentado guerrero al tener conocimiento de los
hechos no hesitó un solo momento para tomar la decisión de lo que era más
conveniente; bien sea para no provocar la muerte de muchos, y para evitar una
confrontación con su hijo. De manera que, él valiente guerrero intuyó que
Absalón no le perdonaría la vida, ni a él ni a los que con él estaban. Así como
buen estratega intuyó que el momento no era propicio para iniciar una lucha en
defensa de su reinado, sino de huir para luego organizarse adecuadamente con
una defensa y estrategia más apropiada para ese caso específico; el problema
era que en esa conspiración, estaba involucrado su hijo al cual él amaba. Sin
embargo sabía que Absalón no hesitaría un solo instante en eliminarlo para
sentarse en su lugar.
Meditando en todos
estos acontecimientos, ¿no son acaso estos hechos un tipo de lo que Satanás
aspiraba? en Isaías 14:13-14 lo confirma al decir: “Tú que decías en tu
corazón: Subiré al cielo; (ese cielo
de Dios que se menciona únicamente en Apocalipsis relacionándolo con la nueva
Jerusalén) en lo alto, junto a las estrellas de Dios, (que posiblemente
se refiera a los ángeles) levantaré
mi trono, y en el monte del testimonio
me sentaré, a los lados del norte; sobre las alturas de las nubes subiré, y
seré semejante al Altísimo”. (Los paréntesis se agregaron para
su respectiva explicación).
Este era el propósito de este ser que estando en una
posición tan privilegiada, como la que tenía, y habiéndole Dios dotado de
sabiduría, hermosura, siendo perfecto en todo, con un inmenso poder, y siendo
el superior de muchos ángeles. Con todo esto no supo apreciar lo que se le
había concedido, tuvo en poco la posición tan elevada que tenía. Habiéndole
Dios dotado de todo eso, no estaba satisfecho, y comenzó a conquistar el favor
de los ángeles con algunos ofrecimientos, y luego probablemente pronunciaba la
frase que revelaba su propósito: “quien me pusiera por juez del universo”. Se
enalteció por su hermosura y quiso ser como Dios. Se apresuró, no llegó a
conocer bien a su creador, ni sus atributos, no sabía que Él conocía lo más íntimo de sus creaturas, y conoce las
intenciones de cada uno, y por supuesto todo lo que él estaba tramando.
A través de la actitud de Absalón, parece ser, como si la palabra de Dios nos quisiera mostrar, algo que aconteció en un pasado remoto. Se trata de esa crisis que hubo en el cielo, liderado por Satanás. El relato que leímos en Ezequiel 28, no puede en absoluto corresponder al rey de Tiro, sino que nos quiere revelar algunos detalles de esa rebelión como viéndolo a través de un velo, en la actitud de este Joven Absalón.
A través de la actitud de Absalón, parece ser, como si la palabra de Dios nos quisiera mostrar, algo que aconteció en un pasado remoto. Se trata de esa crisis que hubo en el cielo, liderado por Satanás. El relato que leímos en Ezequiel 28, no puede en absoluto corresponder al rey de Tiro, sino que nos quiere revelar algunos detalles de esa rebelión como viéndolo a través de un velo, en la actitud de este Joven Absalón.
A este príncipe tampoco le faltaba nada, era amado
por su padre y por ser hijo del rey tenía una posición privilegiada, su aspecto
era el de un hermoso príncipe como ningún otro de sus hijos, era inteligente y
planificador a largo plazo; como en el caso de Ammón su hermano, (por parte de
otra esposa de David) que lo mató después de dos años de haber deshonrado a su
hermana Tamar.
Aunque tenía todos estos privilegios no estaba
satisfecho, quería más y quiso tomar el lugar de David su padre, quería
sentarse en su trono, lo único que no calculó bien fue: Pensar que se estaba
enfrentando únicamente a su ya viejo padre, y no tomó en cuenta para nada a
Dios, el que disponía del trono. No pensó para nada, que por encima de su padre
estaba Aquel que envió a Samuel para ungirle como rey de Israel. Absalón estaba
como el apóstol Pablo “dando coces contra el aguijón”, y evadiendo a Dios, que quita y pone reyes. Por
otra parte David, por la unción que tenía y conocedor del carácter y las
intenciones de su hijo tomó la decisión más apropiada para ese momento, no
enfrentar a su hijo en esa oportunidad.
Luego al conocer David que su principal consejero
Ahitofel también lo había traicionado, entendió que la rebelión era firme, él
sabía lo sabio que él era en dar sus consejos, y ésta vez esos acertados
consejos serían en su contra. Así se dirige al único que podía ayudarle y con
una corta oración dijo: “Entorpece oh
Jehová, el consejo de Ahitofel.” Y aconsejó
a Husai, otro de sus consejero que permaneció fiel y le seguía, para que
regresara y se presentara a Absalón diciéndole: “Rey yo seré tu siervo
como hasta aquí lo he sido de tu padre, así seré siervo tuyo; luego añadió:
Entonces tú harás nulo el consejo de Ahitofel.” Guiado por
Dios, David había comenzado la ofensiva introduciendo una persona de confianza,
en el nivel más alto de las filas del enemigo, en el sitio donde se tomaban importantes y estratégicas decisiones.
No se sabe mucho sobre Ahitofel, este inicuo
consejero que corrió hacia el Príncipe, pero él dio dos consejos: El primero,
de allegarse a las concubinas que su padre había dejado, el cual fue aceptado.
El segundo consejo era un arma de doble filo para el mismo Absalón, porque
Ahitofel se ofreció para llevar a cabo una misión que lo beneficiaría más a él,
que al futuro rey.
Si esa era
la intención para ese segundo fin se desconoce, pero esto fue lo que
aconsejó: “Yo escogeré ahora doce mil hombres, y me levantaré y seguiré
a David esta noche, y caeré sobre él mientras está cansado y débil de manos, lo
atemorizaré, y todo el pueblo que está con él huirá, y mataré al rey solo.” Este
plan en un principio pareció bien a Absalón y a los ancianos de Israel, pero,
¿qué hubiera pasado si Ahitofel llegara a matar a David? ¿Quién resultaría
beneficiado de ese acto él o Absalón? Si él fue capaz de matar a David, que era
un experto guerrero, cuan fácil hubiera sido eliminar al inexperto hijo, y
quedarse él con el reino.
Si ése era el plan, nunca lo sabremos, pero al pedir Absalón una segunda opinión del igual sabio Husai este desbarató el acertado consejo de Ahitofel, Diciendo: que el consejo que había dado "esta vez Ahitofel" no era bueno; y después de dar algunos motivos, y resaltar las experiencias de David y sus estrategias para huir, le aconseja a Absalón que reuniera a todo Israel, tanto como la arena del mar y que él mismo fuera a la batalla; tocando así las fibras del orgullo del nuevo rey. Este plan les pareció mejor a Absalón y a sus ancianos, porque Dios había ordenado que el acertado consejo de Ahitofel se frustrara.
Si ése era el plan, nunca lo sabremos, pero al pedir Absalón una segunda opinión del igual sabio Husai este desbarató el acertado consejo de Ahitofel, Diciendo: que el consejo que había dado "esta vez Ahitofel" no era bueno; y después de dar algunos motivos, y resaltar las experiencias de David y sus estrategias para huir, le aconseja a Absalón que reuniera a todo Israel, tanto como la arena del mar y que él mismo fuera a la batalla; tocando así las fibras del orgullo del nuevo rey. Este plan les pareció mejor a Absalón y a sus ancianos, porque Dios había ordenado que el acertado consejo de Ahitofel se frustrara.
Por supuesto
que el vanidoso ídolo de las multitudes mordió el anzuelo de la gloria. En sus
pensamientos Absalón se diría: “Claro, tú tienes que ser el héroe del pueblo,
un gran pueblo, un gran héroe, y un gran rey”, y aceptó el consejo de Husai. El
sabio Ahitofel al saber que su plan fue rechazado, rápidamente vio el fracaso
del nuevo plan y lo que le esperaría por haber traicionado al rey David; así
que ensilló su asno, se fue por donde vino, ordenó su casa y se ahorcó.
Fue así que Absalón reunió a todo Israel y pasó el Jordán,
poniendo como jefe del ejército a Amasa; y acamparon en la tierra de Galaad. Al
mismo tiempo David pasó revista al pueblo que tenía con él, y comenzó a
organizarse para la batalla que vendría, avisado por Husai de lo que aconteció
en el consejo de ancianos, y el plan que él sugirió y fuera aceptado. David
dividió su ejército en tres grupos bajo el mando de Joab, Abisai e Itai y dio
los lineamientos a sus tres generales, y luego acotó de tratar benignamente por
amor a él mismo, al joven Absalón. Ya presentía que la batalla estaba a su
favor, y que el rebelde no prevalecería por su falta de experiencia en la
guerra, y por supuesto sería vencido.
Absalón tenía una hermosa cabellera, dice la palabra
que al cortársela una vez al año, porque esta llegaba a fastidiarle, el peso
del cabello era de unos dos Kilos. Se supone que para ese momento de la batalla
tenía su pelo largo. La batalla no duró mucho tiempo, la experiencia del
ejército de David y sus generales, no se podía comparar con un número improvisado
de guerreros y con un líder inexperto. Lo cierto es que: “Absalón se encontró ante los siervos de David. Y Absalón iba montado en
un mulo, y al pasar el mulo por debajo del ramaje de un gran roble, se le
enredó fuertemente la cabeza en el roble, y “quedó suspendido entre los cielos
y la tierra, “y el mulo que tenía debajo de sí, siguió adelante.” Según
2Sa.18:9
Esta
expresión es muy significativa y digna de reflexión, su significado real está
algo velado; tiene una doble enseñanza, que está reservada para aquel que
quiere escudriñar y profundizar un poco más. Si nosotros tuviéramos que relatar
ese hecho diríamos: Que a Absalón se le enredó su abundante pelo, en una maraña
de ramas quedando colgado por el pelo entre las ramas de ese roble y el suelo. Ya que en todo caso entre el cielo
y tierra se encontraban esos chaparros, o ramas de ese roble y no Absalón.
Razón por la cual se supone que la palabra quiere
enseñarnos algo más, con esa expresión
que dice: “él quedó suspendido entre
cielo y tierra", vinculándolo posiblemente con el otro rebelde celestial,
Satanás, que fue echado de ese lugar del trono y morada de Dios y la tierra; de esa morada de luz
inaccesible del “cielo de Dios”. Su actual sitio de acción, es un lugar intermedio
entre esas piedras de fuego del trono de Dios y la tierra. De donde en el
futuro será también echado a la tierra al
producirse una gran batalla entre él sus ángeles, y los del Arcángel Miguel
como lo relata en Apo 12:7.
En Ezequiel 28:16 lo explica claramente dando a entender que
Satanás fue arrojado de un lugar superior, a otro inferior, luego en el futuro será
echado de ese lugar del cielo en el cual
ocupa a la tierra. Y por último será enviado al lugar que fue preparado
para él y sus ángeles, el lago de fuego.
El simple
hecho que en el futuro será echado fuera del cielo a la tierra nos da a
entender que en este momento todavía está en un estado intermedio entre ese cielo
de Dios (que se encuentra más allá del tercer cielo) y la tierra. En el 28:16
lo aclara diciendo: “A causa de la
multitud de tus contrataciones fuiste lleno de iniquidad, y pecaste; por lo que
yo te eché del monte de Dios, y te arrojé de entre las piedras del fuego, oh
querubín protector. Se enalteció tu corazón a causa de tu hermosura,
corrompiste tu sabiduría a causa de tu esplendor; yo te arrojaré por tierra;
delante de los reyes te pondré para que miren en ti.”
Cuando la palabra refiriéndose a Satanás nos dice: “yo te eché del monte de Dios y te arrojé de
entre las piedras del fuego”. Posiblemente quiere enseñarnos que se trata
de ese monte dónde están esas piedras de
fuego, que es el lugar donde mora Dios en el más alto cielo. Ese lugar que
el apóstol describe en 1Timoteo 6:16 diciendo: “el único que tiene inmortalidad,
que habita en luz inaccesible;
a quien ninguno de los hombres ha visto ni puede ver, al cual sea la
honra y el imperio sempiterno.”
Ese lugar tiene que estar más allá de ese
tercer cielo, es el lugar que solamente se nombra tres veces en
Apocalipsis 3:12, 21:2 y 21:10 y en los
tres sitios relacionados con la nueva Jerusalén que es la esposa del Cordero.
Con esto se quiere decir que es un lugar aún más sublime que el tercer cielo
que visitó el apóstol Pablo.
En ese monte de Dios y entre esas piedras de fuego
estaba también Satanás como querubín protector del trono. Al pecar, Dios lo
echó de ese sitio a uno menor, no especifica a cuál de los cielos, si es el en
el tercero, segundo o primero lo cierto es que todavía está en algún lugar de
esa inmensidad del cielo de los cielos; de donde será arrojado a la tierra en
el futuro; ya que al ser arrojado del monte de Dios fue la primera sentencia,
ahora falta la segunda.
Pero veamos lo que nos enseña la palabra de Dios al
respecto ya que luego a su debido tiempo vendrá la segunda sentencia dada por
Dios, en el verso Ez 28 verso 17 que dice:
“Se enalteció tu corazón a causa de tu hermosura, corrompiste tu sabiduría a
causa de tu esplendor; y te arrojaré por tierra.” Es de
notar que la primera sentencia fue “por lo que te eché del monte de Dios y
te arrojé de entre las piedras de fuego”, que está en tiempo pasado. En cambio en la segunda sentencia, “Y te arrojaré por tierra” el verbo
esta en futuro. Este evento de ser arrojado del cielo a la tierra en efecto
acontecerá al inicio del período de la
gran tribulación como dice en Ap.12:7: “Después hubo una gran batalla
en el cielo: Miguel y sus ángeles luchaban contra el dragón; y luchaban el
dragón y sus ángeles; pero no prevalecieron ni se halló ya lugar para
ellos en el cielo. Y fue
lanzado fuera el gran dragón la serpiente antigua, que se llama diablo y
Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y sus
ángeles fueron arrojados con él.”
De estas afirmaciones se puede deducir que Satanás, no está en ese lugar alto del monte de Dios, donde están esas columnas o piedras de fuego (ese cielo de Dios) lugar donde él en el principio había sido puesto. Tampoco se puede pensar que su morada está aquí en la tierra, porque todavía no ha llegado ese momento en el cual será echado del cielo; entonces ¿Dónde está?
La respuesta está en esa frase del relato del otro
rebelde Absalón como un símil de Satanás: el cual “quedo suspendido entre cielo y tierra”. Está por ahora en suspenso
en ese lugar secundario, posiblemente en
el segundo cielo; Ya que el apóstol Pablo al visitar el tercero no menciona
haber visto a Dios ni a Satanás. Se supone que él estará luchando para
conservar ese sitio, ya que mientras permanezca allí, todos ellos están seguros y lejos de juicio.
Eso será hasta que llegue el tiempo establecido por Dios, donde Jesucristo tomará
el control de los cielos y lo expulse
definitivamente de ese lugar del cielo arrojándolo a la tierra, como dice en
Ap.12:7.
Ese cielo, donde se mueven Satanás y sus ángeles,
tampoco es el cielo que nos cubre sino uno superior. Sin embargo se entiende
que Satanás tiene acceso cuando Dios lo retiene necesario, a ese cielo donde
mora Dios. El relato de Job lo aclara, cuando en esa ocasión que se reunieron
los hijos de Dios, entre ellos se encontraba Satanás; ese pasaje de la palabra
lo confirma.
Por lo que concierne a la tierra no solamente anda
por ella, sino que de acuerdo con el ofrecimiento que le hizo a Jesucristo, la
tierra y todo lo que en ella hay le pertenece. En Lucas 4:6 el diablo le dijo a
Jesús: “A ti te daré toda esta
potestad, y la gloria de ellos; porque a mí me ha sido entregada y a quien
quiero la doy, si tú postrado me adorares todos serán tuyos.” Gracias
a Dios que por medio de Jesucristo que ha pagado el precio del rescate con su
vida, ya una gran parte de la humanidad que le pertenecía a Satanás ya no le
pertenece más a él, sino al que pagó con su vida el precio del rescate.
Retomando el relato de Absalón, estando en esa
posición colgado por el cabello fue reconocido por los soldados de David y
contradiciendo la orden del rey lo mataron. Cuando David supo de la muerte de
su hijo, lamentó profundamente esa pérdida. Así lo relata 2 Sam 18:33 lo lamentó: “Entonces
el rey se turbó, y subió a la sala de la puerta, y lloró; y yendo, decía así:
¡hijo mío Absalón, hijo mío, hijo mío Absalón! ¡Quien me diera que muriera yo
en lugar de ti, Absalón hijo mío, hijo mío!”.
Esta endecha o
actitud de David es muy significativa, y humanamente extraña. Cómo es posible
que un hombre a sabiendas que alguien, aunque fuera su hijo, lo persigue
para matarle, pueda lamentar tan
intensamente la muerte de su enemigo, que lo quería destronar y matar;
prefiriendo que el muerto fuera él y no el que lo quería destronar.
Para poder entender esa actitud debemos regresar a
aquel momento de la historia cuando el rey Saúl desobedeció lo que Dios le
había ordenado, y Samuel le dijo al rey que por esa desobediencia ya su reino
no sería permanente. 1Sa.13:14 y le dice: “Más ahora tu reino no será
duradero. Jehová se ha buscado un varón conforme a su corazón, al
cual Jehová ha designado para que sea príncipe sobre su pueblo.”
Por medio del lamento de David, y su reacción por la
muerte del hijo rebelde, la palabra quiere darnos a entender que Dios no se alegra
por la muerte del pecador, ni por los que se rebelaron en su contra, liderados por
Satanás; ese hecho le ocasionó un dolor muy intenso que se expresa con esa palabra “endecha”. Donde el
relato bíblico de la actitud de David,
por tener un corazón conforme al de Dios, con el dolor que le causó la noticia
de la muerte de su hijo Absalón, “el contendor del trono”, es una alegoría que nos
quiere revelar, el dolor que le causó a Dios, la rebeldía de Satanás.
Esta no es una conclusión que se da por una
deducción lógica, sino que la misma palabra lo declara en Ez. 28:12 cuando Dios
le dice a Ezequiel: “Hijo del hombre
levanta endechas sobre el rey de Tiro.” Esta palabra “endecha”, tiene
el significado de una angustia muy intensa que los Israelitas manifestaban por la pérdida de
algún ser querido. Por eso que a través de la reacción de David, la palabra nos
quiere transmitir el dolor que le produjo a Dios, el pecado cometido por
Satanás y los ángeles que lo acompañaron. Como también lamenta la muerte de
todo pecador. En Ezequiel 28:23 lo confirma al decir: ¿Quiero yo la
muerte del impío? Y en el 32 dice: Porque no quiero la muerte del que muere,
dice Jehová el Señor.
Todos los detalles expuestos, nos dan una idea de
cómo Dios por medio de relatos de hechos acontecidos en esta vida, da a entender lo que aconteció
en un pasado remoto. Podríamos preguntarnos ¿Por qué este método, y no una
clara explicación de lo que aconteció? se podrían dar algunos motivos, sin embargo solo serían suposiciones.
Uno de ellos podría ser, la manera limpia de obrar por parte de Dios, para no
tener ventajas sobre su enemigo Satanás, al revelar todos los detalles de lo
acontecido.
Lo que sí la biblia nos revela es: que hay una lucha continua en el cielo entre las fuerzas del bien y del amor, y las fuerzas del mal. Al parecer Satanás abriga la esperanza de obtener al final, una victoria sobre algunas promesas hechas por Dios a su pueblo Israel, para desacreditarlo delante de toda la corte celestial.
De allí los varios intentos de destruir a ese pueblo
y evitar su redención, tales como, la contaminación de la raza humana en los
días de Noé que causó el diluvio. El intento de destruir al pueblo Judío organizado por Amán, que
había sido honrado por el rey Asuero, como se relata en el libro de Ester; al ser este honrado por Asuero todos los siervos del rey lo
reverenciaban y se inclinaban al pasar Amán, menos Mardoqueo que era Judío. Al notar esa actitud, cuando supo que era
judío y notando que no se arrodillaba en su presencia; llenándose de ira y por
vengarse de él, procuró con un mandato del rey destruir a todos los judíos del
reino. Pero no le dio resultado alguno, por el contrario pereció en la misma
horca que había preparado para Mardoqueo.
Como con el
hambre en los siete años de abundancia y
carestía en Egipto, en el tiempo de Jacob, donde sus hijos tuvieron que acudir a Egipto por alimento; pero Dios de antemano había preparado a José para
alimentarlos. Al nacer Jesús trató de
eliminarlo con la matanza de los niños por orden de Herodes. Luego siendo él adulto
lo tentó al ofrecerle todos los reinos de este mundo por pertenecerle, también
sin resultado alguno. En la dispersión,
y bajo el régimen nazi, intentó nuevamente eliminar a Israel donde murieron
unos seis millones de ellos. Aunque los mencionados son solo algunos, los intentos no han tenido el
resultado que él esperaba, y ningún otro tendrá éxito en el futuro.
todas estas prueba tampoco tuvieron éxito pero él no se da por vencido y seguirá luchando
tratando de desacreditar a Dios delante de la corte celestial.
Por supuesto que hay otros motivos y argumentaciones
que no se nos han revelado, tal es el caso de Daniel que por veintiún días no
fue posible que se le diera la respuesta Divina. En este caso no sabemos cuáles
eran los argumentos que esgrimía Satanás para impedir que el ángel de Jehová (Jesucristo)
le diera el mensaje que Daniel esperaba
recibir de parte de Dios; pero fueron
tres semanas de lucha, posiblemente esa firme persistencia de Daniel en la oración fue lo que prevaleció para
derrotarlo. Lo que pasó no lo sabemos
pero lo que sí es cierto es que: aun estando él vencido, todavía se aprovecha
de ese poder e inteligencia que Dios le concedió en el principio para luchar en
contra de su creador.
Luego el ángel le dice a Daniel que tenía que volver
para pelear con el rey de Persia y luego vendría también el rey de Grecia. En
otras palabras la pelea en el cielo es continua y seguirá hasta que Satanás y
sus ángeles sean echados del cielo a la tierra donde se desarrollará la última
batalla del “conflicto de los siglos”;
ya que no sabemos el tiempo o la edad de su creación ni la de su rebelión. Pero
sabemos que los creyentes los hijos de Dios un día
estaremos en ese lugar del “cielo de Dios “, juntos con todos los que alaban y glorifican
a ese Dios tres veces santo. Amen así sea.
Aggeo Palumbi octubre 2009, revisado abril 2015