martes, 20 de enero de 2009

ABSALON FIGURA DEL LUCERO HIJO DE LA MAÑANA

Material de estudio II Samuel 15-18, Ez.28:12
Hijo del hombre levanta endecha sobre el rey de Tiro.                                                               
La palabra “endecha”, tiene el significado de  una angustia muy intensa que alguien experimenta, cuando le ha ocurrido algo muy doloroso. Ésta endecha se expresa con un lamento en alta voz, y es usado normalmente en Israel, cuándo se pierde un ser querido.
 En Ezequiel Dios le habla al profeta, enviando un mensaje para el rey de Tiro, y  en el  28:12 le dice: Hijo de hombre, entona endechas sobre el rey de Tiro, y dile: Así dice Adonay YHVH: ¡Tú eras el sello de la perfección, Lleno de sabiduría y acabado de hermosura! En Edén, en el huerto de Dios estuviste. De toda piedra preciosa era tu vestidura: De cornerina, topacio, jaspe y crisólito, De berilo y ónice; zafiro y carbunclo, De esmeralda y de oro. Los primores de tus panderos y flautas estuvieron preparados para ti en el día de tu creación. Tú, querubín ungido, protector, Yo te constituí para esto. En el santo monte de Dios estuviste; En medio de las piedras de fuego te paseabas. Perfecto eras en todos tus caminos desde el día que fuiste creado, Hasta que se halló en ti maldad. A causa de la multitud de tus contrataciones Fuiste lleno de iniquidades, y pecaste. Por tanto Yo te degrado del monte de Dios, Y te destruyo, oh querubín protector, De en medio de las piedras del fuego.

Es  evidente que esos atributos no podían ser proferidos de la mente de Dios, para un hombre pagano como el rey de Tiro; de una manera indirecta, se estaba refiriendo al principal y más alto de los ángeles, a ese querubín llamado  Satanás.  Por supuesto que esas expresiones estaban dirigidas al ángel que se rebeló en su contra. Dando a su vez a entender el dolor que le provocó a Dios esa rebelión.

Al decir: En Edén, en el huerto de Dios estuviste; de toda piedra preciosa era tu vestidura; se evidencia que no se estaba refiriendo al citado rey, sino al que se constituyó enemigo de Dios. Si ese Edén, se trataba del mismo donde Dios puso a Adán o se trataba de otro no lo sabemos. Lo que sí se evidencia es: que tanto al ángel de más alto grado, como su obra maestra "el hombre" a ambos los puso en un Edén. Y en ambos Edén hubo un fracaso.

El haber sido Dios traicionado por este ángel sello de la perfección produjo, en Él una intensa angustia. (Endecha) Para darnos una idea de este dolor, más adelante podremos ver y tener una idea de esa endecha, en la reacción de David rey de Israel  cuando supo que su hijo Absalón había muerto.

Las contrataciones.
 Al mencionar la palabra en Ez. 28:18: “Con la multitud de tus maldades y con la iniquidad de tus contrataciones, nos  revela cómo Satanás trataba de conquistar con vanas e infundadas promesas  el favor de los ángeles que tenía a su mando, logrando así convencer a una parte de ellos. Quería llegar a ser  como Dios y sentarse junto a las estrellas (ángeles) de Dios, subir a las alturas de las nubes y ser semejante al Altísimo.
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Esto era exactamente lo que hacía el príncipe Absalón, y de su actitud se puede llegar a tener una pequeña idea de lo que aconteció en un pasado remoto en el cielo, entre Satanás y los ángeles que tenía a su mando, y como se llevó a cabo esa rebelión en contra de Dios.

El hermoso y elegante príncipe se levantaba temprano, y colocándose en el camino de la puerta principal de la ciudad de Jerusalén, trataba de conquistar el favor de los que acudían al rey su padre, para exponer sus problemas. Absalón era un hombre de una presencia extraordinaria, no había hombre como él por su excelente atractivo físico, no tenía defecto alguno, desde la planta de los pies hasta su cabeza. Su porte físico era lo que resaltaba de él, a los que llegaban para obtener justicia de parte del rey. A parte de su imponente presencia, era la solicitud y premura que demostraba al recibir a los que acudían a la capital para exponer su problema al rey.   

Así lo relata En 2 Samuel 15:1… “Aconteció después de esto, que Absalón se hizo de carros y caballos, y cincuenta hombres que corriesen delante de él. Y se levantaba Absalón de mañana, y se ponía a un lado del camino junto a la puerta; y a cualquiera que tenía pleito y venía al rey a juicio, Absalón le llamaba y le decía: ¿De qué ciudad eres? Y él respondía: Tu siervo es de una de las tribus de Israel. Entonces Absalón le decía: Mira, tus palabras son buenas y justas; mas no tienes quien te oiga de parte del rey. Y decía Absalón: ¡Quién me pusiera por juez en la tierra, para que viniesen a mí todos los que tienen pleito o negocio, que yo les haría justicia! Y acontecía que cuando alguno se acercaba para inclinarse a él, él extendía la mano y lo tomaba, y lo besaba. De esta manera hacía con todos los israelitas que venían al rey a juicio; y así robaba Absalón el corazón de los de Israel.

El muy sonriente príncipe, era el primero en saludar a los forasteros que llegaban a la ciudad, preguntándole luego de dónde venían, y cuál era la razón de su visita. Todo este recibimiento por el hijo del rey, con esa brillante diplomacia que ejercía, los recién llegados se sentían honrados y privilegiados de ser atendidos con tanta solicitud e individualmente por este ser tan especial. El ingenuo viajero quedaba confundido frente a la excelencia del recibimiento y la elegancia del príncipe que lo estaba entrevistando, y así comenzaba a relatar sus problemas; mientras su interlocutor lo miraba demostrando interés y atención.  

Por supuesto, él forastero ingenuamente veía en el príncipe interés y conmiseración. Luego Absalón le decía: "tus palabras son buenas y justa, más no tienes quien te oiga de parte del rey". A continuación daba rienda suelta a su plan oculto, manifestando el propósito principal de todo ese teatro, diciendo: “¡Quien me pusiera por juez de la tierra, para que viniesen a mí todos los que tienen pleito o negocios, que Yo les haría justicia!” Cuando alguno deslumbrado por todo este trato se acercaba para inclinarse, él le extendía la mano, lo tomaba y lo besaba. De esta manera Absalón robaba el corazón del pueblo de Israel.

Éste es un tipo de la contrataciones inicuas de la cual habla en Ezequiel 28 que posiblemente utilizó Satanás para soliviantar a esa tercera parte de los ángeles para que se unieran a su causa de levantarse en contra del Creador de todos ellos, con algún tipo de promesas. Acaso ¿no es este el mismo método usado por Satanás para encandilar y seducir? Así se nos revela en Ezequiel.  Es  el mismo método que utilizó en el huerto de Edén con nuestros primeros padres, el que puede transformarse en un ángel de luz, o haciéndose pasar por Dios, como dice en 2Tes.2:4 “el cual se opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto;b tanto que se sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios.”

Esta manera de teatro, la vanidad, son redes que atrapan a mucho, y si fuera posible engañarían también a los escogidos con sus milagros mentirosos. Pero el Espíritu de Dios que mora en sus hijos, descubre y rechaza todo lo que no proviene de Él.

Absalón continuaba en su plan de conquistar el corazón del pueblo, y a todos los que llegaban a Jerusalén le decía lo mismo: “tus palabras son buenas y justas” no importando el argumento, ya que el propósito no era el de juzgar con equidad, sino conquistar el corazón del pueblo. Después de cuatro años, y teniendo ya un grupo de cincuenta hombre con carros y caballos que corrían delante de él, decidió que había llegado el momento de sublevarse. Para tal fin se presenta delante de su padre el rey y le pide permiso para ir a Hebrón (lugar donde su padre fue ungido rey, y reinó allí sobre Judá durante seis años y medio) el pretexto que le mencionó fue: el de  pagar unos votos que le había hecho a Dios cuando estaba exilado en Siria; engañando así a su padre que creyó en sus palabras.

Para ese fin y con anticipación había convencido al primer consejero de  su padre, así que mandó a llamar a Ahitofel Ghilonita, el cual no hesitó en acudir a su llamado traicionando al rey. Ahitofel era muy amado por David y lo retenía como amigo, también como el primero y más sabio de sus consejeros. Con esta unión la conspiración se hizo poderosa y mucho pueblo se unía a Absalón, también envió mensajeros por todas las tribus de Israel diciendo: “Cuando oigáis el sonido de la trompeta diréis: Absalón reina en Hebrón. Mientras todo esto acontecía dieron aviso a David diciendo: El corazón de todo Israel se va tras Absalón.” 

Lo extraño de todo esto fue, que David como experimentado guerrero al tener conocimiento de los hechos no hesitó un solo momento para tomar la decisión de lo que era más conveniente; bien sea para no provocar la muerte de muchos, y para evitar una confrontación con su hijo. De manera que, él valiente guerrero intuyó que Absalón no le perdonaría la vida, ni a él ni a los que con él estaban. Así como buen estratega intuyó que el momento no era propicio para iniciar una lucha en defensa de su reinado, sino de huir para luego organizarse adecuadamente con una defensa y estrategia más apropiada para ese caso específico; el problema era que en esa conspiración, estaba involucrado su hijo al cual él amaba. Sin embargo sabía que Absalón no hesitaría un solo instante en eliminarlo para sentarse en su lugar.  

Meditando en todos estos acontecimientos, ¿no son acaso estos hechos un tipo de lo que Satanás aspiraba? en Isaías 14:13-14 lo confirma al decir: “Tú que decías en tu corazón: Subiré al cielo; (ese cielo de Dios que se menciona  únicamente  en Apocalipsis relacionándolo con la nueva Jerusalén) en lo alto, junto a las estrellas de Dios, (que posiblemente se refiera  a los ángeles) levantaré mi trono, y en el monte del  testimonio me sentaré, a los lados del norte; sobre las alturas de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo”. (Los paréntesis se agregaron para su respectiva explicación).

Este era el propósito de este ser que estando en una posición tan privilegiada, como la que tenía, y habiéndole Dios dotado de sabiduría, hermosura, siendo perfecto en todo, con un inmenso poder, y siendo el superior de muchos ángeles. Con todo esto no supo apreciar lo que se le había concedido, tuvo en poco la posición tan elevada que tenía. Habiéndole Dios dotado de todo eso, no estaba satisfecho, y comenzó a conquistar el favor de los ángeles con algunos ofrecimientos, y luego probablemente pronunciaba la frase que revelaba su propósito: “quien me pusiera por juez del universo”. Se enalteció por su hermosura y quiso ser como Dios. Se apresuró, no llegó a conocer bien a su creador, ni sus atributos, no sabía que Él conocía  lo más íntimo de sus creaturas, y conoce las intenciones de cada uno, y por supuesto todo lo que él estaba tramando.

A través de la actitud de Absalón, parece ser, como si la palabra de Dios nos quisiera mostrar, algo que aconteció en un pasado remoto. Se trata de esa crisis que hubo en el cielo, liderado por Satanás. El relato que leímos en Ezequiel 28, no puede en absoluto corresponder al rey de Tiro, sino que nos quiere revelar algunos detalles de esa rebelión como viéndolo a través de un velo, en la actitud de este Joven Absalón.

A este príncipe tampoco le faltaba nada, era amado por su padre y por ser hijo del rey tenía una posición privilegiada, su aspecto era el de un hermoso príncipe como ningún otro de sus hijos, era inteligente y planificador a largo plazo; como en el caso de Ammón su hermano, (por parte de otra esposa de David) que lo mató después de dos años de haber deshonrado a su hermana Tamar.

Aunque tenía todos estos privilegios no estaba satisfecho, quería más y quiso tomar el lugar de David su padre, quería sentarse en su trono, lo único que no calculó bien fue: Pensar que se estaba enfrentando únicamente a su ya viejo padre, y no tomó en cuenta para nada a Dios, el que disponía del trono. No pensó para nada, que por encima de su padre estaba Aquel que envió a Samuel para ungirle como rey de Israel. Absalón estaba como el apóstol Pablo “dando coces contra el aguijón”,  y evadiendo a Dios, que quita y pone reyes. Por otra parte David, por la unción que tenía y conocedor del carácter y las intenciones de su hijo tomó la decisión más apropiada para ese momento, no enfrentar a su hijo en esa oportunidad.  

Luego al conocer David que su principal consejero Ahitofel también lo había traicionado, entendió que la rebelión era firme, él sabía lo sabio que él era en dar sus consejos, y ésta vez esos acertados consejos serían en su contra. Así se dirige al único que podía ayudarle y con una corta oración dijo: “Entorpece oh Jehová, el consejo de Ahitofel.”  Y aconsejó a Husai, otro de sus consejero que permaneció fiel y le seguía, para que regresara y se presentara a Absalón diciéndole: “Rey yo seré tu siervo como hasta aquí lo he sido de tu padre, así seré siervo tuyo; luego añadió: Entonces tú harás nulo el consejo de Ahitofel.” Guiado  por Dios, David había comenzado la ofensiva introduciendo una persona de confianza, en el nivel más alto de las filas del enemigo, en el sitio donde se tomaban importantes y estratégicas decisiones. 

No se sabe mucho sobre Ahitofel, este inicuo consejero que corrió hacia el Príncipe, pero él dio dos consejos: El primero, de allegarse a las concubinas que su padre había dejado, el cual fue aceptado. El segundo consejo era un arma de doble filo para el mismo Absalón, porque Ahitofel se ofreció para llevar a cabo una misión que lo beneficiaría más a él, que al futuro rey.

Si esa era la intención para ese segundo fin se desconoce, pero esto fue lo que aconsejó: “Yo escogeré ahora doce mil hombres, y me levantaré y seguiré a David esta noche, y caeré sobre él mientras está cansado y débil de manos, lo atemorizaré, y todo el pueblo que está con él huirá, y mataré al rey solo.” Este plan en un principio pareció bien a Absalón y a los ancianos de Israel, pero, ¿qué hubiera pasado si Ahitofel llegara a matar a David? ¿Quién resultaría beneficiado de ese acto él o Absalón? Si él fue capaz de matar a David, que era un experto guerrero, cuan fácil hubiera sido eliminar al inexperto hijo, y quedarse él con el reino.

Si ése era el plan, nunca lo sabremos, pero al pedir Absalón una segunda opinión del igual sabio Husai este desbarató el acertado consejo de Ahitofel, Diciendo: que el consejo que había dado "esta vez Ahitofel" no era bueno; y después de dar algunos motivos, y resaltar las experiencias de David y sus estrategias para huir, le aconseja a Absalón que reuniera a todo Israel, tanto como la arena del mar y que él mismo fuera a la batalla; tocando así las fibras del orgullo del nuevo rey. Este plan les pareció mejor a Absalón y a sus ancianos, porque Dios había ordenado que el acertado consejo de Ahitofel se frustrara.

Por supuesto que el vanidoso ídolo de las multitudes mordió el anzuelo de la gloria. En sus pensamientos Absalón se diría: “Claro, tú tienes que ser el héroe del pueblo, un gran pueblo, un gran héroe, y un gran rey”, y aceptó el consejo de Husai. El sabio Ahitofel al saber que su plan fue rechazado, rápidamente vio el fracaso del nuevo plan y lo que le esperaría por haber traicionado al rey David; así que ensilló su asno, se fue por donde vino, ordenó su casa y se ahorcó.

Fue así que  Absalón reunió a todo Israel y pasó el Jordán, poniendo como jefe del ejército a Amasa; y acamparon en la tierra de Galaad. Al mismo tiempo David pasó revista al pueblo que tenía con él, y comenzó a organizarse para la batalla que vendría, avisado por Husai de lo que aconteció en el consejo de ancianos, y el plan que él sugirió y fuera aceptado. David dividió su ejército en tres grupos bajo el mando de Joab, Abisai e Itai y dio los lineamientos a sus tres generales, y luego acotó de tratar benignamente por amor a él mismo, al joven Absalón. Ya presentía que la batalla estaba a su favor, y que el rebelde no prevalecería por su falta de experiencia en la guerra, y por supuesto sería vencido.

Absalón tenía una hermosa cabellera, dice la palabra que al cortársela una vez al año, porque esta llegaba a fastidiarle, el peso del cabello era de unos dos Kilos. Se supone que para ese momento de la batalla tenía su pelo largo. La batalla no duró mucho tiempo, la experiencia del ejército de David y sus generales, no se podía comparar con un número improvisado de guerreros y con un líder inexperto. Lo cierto es que: “Absalón se encontró ante los siervos de David. Y Absalón iba montado en un mulo, y al pasar el mulo por debajo del ramaje de un gran roble, se le enredó fuertemente la cabeza en el roble, y “quedó suspendido entre los cielos y la tierra, “y el mulo que tenía debajo de sí, siguió adelante.” Según 2Sa.18:9 

 Esta expresión es muy significativa y digna de reflexión, su significado real está algo velado; tiene una doble enseñanza, que está reservada para aquel que quiere escudriñar y profundizar un poco más. Si nosotros tuviéramos que relatar ese hecho diríamos: Que a Absalón se le enredó su abundante pelo, en una maraña de ramas quedando colgado por el pelo entre las ramas de ese roble  y el suelo. Ya que en todo caso entre el cielo y tierra se encontraban esos chaparros, o ramas de ese roble y no Absalón.

Razón por la cual se supone que la palabra quiere enseñarnos  algo más, con esa expresión que dice: “él quedó suspendido entre cielo y tierra", vinculándolo posiblemente con el otro rebelde celestial, Satanás, que fue echado de ese lugar del trono y morada  de Dios y la tierra; de esa morada de luz inaccesible  del “cielo de Dios”.  Su actual sitio de acción, es un lugar intermedio entre esas piedras de fuego del trono de Dios y la tierra. De donde en el futuro será también  echado a la tierra al producirse una gran batalla entre él sus ángeles, y los del Arcángel Miguel como lo  relata en Apo 12:7. 

En Ezequiel 28:16  lo explica claramente dando a entender que Satanás fue arrojado de un lugar superior, a otro inferior, luego en el futuro será echado de ese lugar del  cielo en el cual ocupa a la tierra. Y  por  último será enviado al lugar que fue preparado para él y sus ángeles, el lago de fuego.

 El simple hecho que en el futuro será echado fuera del cielo a la tierra nos da a entender que en este momento todavía está en un estado intermedio entre ese cielo de Dios (que se encuentra más allá del tercer cielo) y la tierra. En el 28:16 lo aclara diciendo: “A causa de la multitud de tus contrataciones fuiste lleno de iniquidad, y pecaste; por lo que yo te eché del monte de Dios, y te arrojé de entre las piedras del fuego, oh querubín protector. Se enalteció tu corazón a causa de tu hermosura, corrompiste tu sabiduría a causa de tu esplendor; yo te arrojaré por tierra; delante de los reyes te pondré para que miren en ti.”

Cuando la palabra refiriéndose a Satanás nos dice: “yo te eché del monte de Dios y te arrojé de entre las piedras del fuego”. Posiblemente quiere enseñarnos que se trata de ese monte  dónde están esas piedras de fuego, que es el lugar donde mora Dios en el más alto cielo. Ese lugar que el apóstol describe en 1Timoteo 6:16 diciendo: “el único que tiene inmortalidad,  que habita en luz inaccesible;  a quien ninguno de los hombres ha visto ni puede ver, al cual sea la honra y el imperio sempiterno.”

 Ese lugar tiene que estar más allá de ese tercer cielo, es el lugar que solamente se nombra tres veces en Apocalipsis  3:12, 21:2 y 21:10 y en los tres sitios relacionados con la nueva Jerusalén que es la esposa del Cordero. Con esto se quiere decir que es un lugar aún más sublime que el tercer cielo que visitó el apóstol Pablo.

En ese monte de Dios y entre esas piedras de fuego estaba también Satanás como querubín protector del trono. Al pecar, Dios lo echó de ese sitio a uno menor, no especifica a cuál de los cielos, si es el en el tercero, segundo o primero lo cierto es que todavía está en algún lugar de esa inmensidad del cielo de los cielos; de donde será arrojado a la tierra en el futuro; ya que al ser arrojado del monte de Dios fue la primera sentencia, ahora falta la segunda.

Pero veamos lo que nos enseña la palabra de Dios al respecto ya que luego a su debido tiempo vendrá la segunda sentencia dada por Dios, en el verso Ez 28 verso 17 que dice: “Se enalteció tu corazón a causa de tu hermosura, corrompiste tu sabiduría a causa de tu esplendor; y te arrojaré por tierra.” Es de notar que la primera sentencia fue “por lo que te eché del monte de Dios y te arrojé de entre las piedras de fuego”, que está en tiempo pasado. En cambio en la segunda sentenciaY te arrojaré por tierra” el verbo esta en futuro. Este evento de ser arrojado del cielo a la tierra en efecto acontecerá al inicio del  período de la gran tribulación como dice en Ap.12:7: “Después hubo una gran batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles luchaban contra el dragón; y luchaban el dragón y sus ángeles; pero no prevalecieron ni se halló ya lugar para ellos en el cielo.  Y  fue lanzado fuera el gran dragón la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él.”  

De estas afirmaciones se puede deducir que Satanás, no está en ese lugar alto del monte de Dios, donde están esas columnas o piedras de fuego (ese cielo de Dios) lugar donde él en el principio había sido puesto. Tampoco se puede pensar que su morada está aquí en la tierra, porque todavía no ha llegado ese momento en el cual será echado del cielo; entonces ¿Dónde está?

La respuesta está en esa frase del relato del otro rebelde Absalón como un símil de Satanás: el cual “quedo suspendido entre cielo y tierra”. Está por ahora en suspenso en ese lugar secundario,  posiblemente en el segundo cielo; Ya que el apóstol Pablo al visitar el tercero no menciona haber visto a Dios ni a Satanás. Se supone que él estará luchando para conservar ese sitio, ya que mientras permanezca allí,  todos ellos están seguros y lejos de juicio. Eso será hasta que llegue el tiempo establecido por Dios, donde Jesucristo tomará el control de los cielos  y lo expulse definitivamente de ese lugar del cielo arrojándolo a la tierra, como dice en Ap.12:7.  

Ese cielo, donde se mueven Satanás y sus ángeles, tampoco es el cielo que nos cubre sino uno superior. Sin embargo se entiende que Satanás tiene acceso cuando Dios lo retiene necesario, a ese cielo donde mora Dios. El relato de Job lo aclara, cuando en esa ocasión que se reunieron los hijos de Dios, entre ellos se encontraba Satanás; ese pasaje de la palabra lo confirma.

Por lo que concierne a la tierra no solamente anda por ella, sino que de acuerdo con el ofrecimiento que le hizo a Jesucristo, la tierra y todo lo que en ella hay le pertenece. En Lucas 4:6 el diablo le dijo a Jesús: “A ti te daré toda esta potestad, y la gloria de ellos; porque a mí me ha sido entregada y a quien quiero la doy, si tú postrado me adorares todos serán tuyos.” Gracias a Dios que por medio de Jesucristo que ha pagado el precio del rescate con su vida, ya una gran parte de la humanidad que le pertenecía a Satanás ya no le pertenece más a él, sino al que pagó con su vida el precio del rescate.

Retomando el relato de Absalón, estando en esa posición colgado por el cabello fue reconocido por los soldados de David y contradiciendo la orden del rey lo mataron. Cuando David supo de la muerte de su hijo, lamentó profundamente esa pérdida. Así lo relata 2 Sam 18:33 lo lamentó: “Entonces el rey se turbó, y subió a la sala de la puerta, y lloró; y yendo, decía así: ¡hijo mío Absalón, hijo mío, hijo mío Absalón! ¡Quien me diera que muriera yo en lugar de ti, Absalón hijo mío, hijo mío!”.

Esta  endecha o actitud de David es muy significativa, y humanamente extraña. Cómo es posible que un hombre a sabiendas que alguien, aunque fuera su hijo, lo persigue para  matarle, pueda lamentar tan intensamente la muerte de su enemigo, que lo quería destronar y matar; prefiriendo que el muerto fuera él y no el que lo quería destronar.

Para poder entender esa actitud debemos regresar a aquel momento de la historia cuando el rey Saúl desobedeció lo que Dios le había ordenado, y Samuel le dijo al rey que por esa desobediencia ya su reino no sería permanente. 1Sa.13:14 y le dice: “Más ahora tu reino no será duradero. Jehová se ha buscado un varón conforme a su corazón, al cual Jehová ha designado para que sea príncipe sobre su pueblo.”  

Por medio del lamento de David, y su reacción por la muerte del hijo rebelde, la palabra  quiere darnos a entender que Dios no se alegra por la muerte del pecador, ni por los que se rebelaron en su contra, liderados por Satanás; ese hecho le ocasionó un dolor muy intenso que  se expresa con esa palabra “endecha”. Donde el relato bíblico  de la actitud de David, por tener un corazón conforme al de Dios, con el dolor que le causó la noticia de la muerte de su hijo Absalón, “el contendor del trono”, es una alegoría que nos quiere revelar, el dolor que le causó a Dios, la rebeldía de Satanás.

 Esta no es una conclusión que se da por una deducción lógica, sino que la misma palabra lo declara en Ez. 28:12 cuando Dios le dice a Ezequiel: “Hijo del hombre levanta endechas sobre el rey de Tiro.” Esta palabra “endecha”, tiene el significado de una angustia muy intensa que  los Israelitas manifestaban por la pérdida de algún ser querido. Por eso que a través de la reacción de David, la palabra nos quiere transmitir el dolor que le produjo a Dios, el pecado cometido por Satanás y los ángeles que lo acompañaron. Como también lamenta la muerte de todo pecador. En Ezequiel 28:23 lo confirma al decir: ¿Quiero yo la muerte del impío? Y en el 32 dice: Porque no quiero la muerte del que muere, dice Jehová el Señor. 

Todos los detalles expuestos, nos dan una idea de cómo Dios por medio de relatos de hechos acontecidos  en esta vida, da a entender lo que aconteció en un pasado remoto. Podríamos preguntarnos ¿Por qué este método, y no una clara explicación de lo que aconteció? se podrían dar  algunos  motivos, sin embargo solo serían suposiciones. Uno de ellos podría ser, la manera limpia de obrar por parte de Dios, para no tener ventajas sobre su enemigo Satanás, al revelar todos los detalles de lo acontecido.  

Lo que sí la biblia nos revela es: que hay una lucha continua en el cielo entre las fuerzas del bien y del amor, y las fuerzas del mal. 
Al parecer Satanás abriga la esperanza de obtener al final, una victoria sobre algunas promesas hechas por Dios a su pueblo Israel, para desacreditarlo delante de toda la corte celestial.

De allí los varios intentos de destruir a ese pueblo y evitar su redención, tales como, la contaminación de la raza humana en los días de Noé que causó el diluvio. El intento de  destruir al pueblo Judío organizado por Amán, que había sido honrado por el rey Asuero, como se relata en el libro de Ester; al  ser este honrado  por Asuero todos los siervos del rey lo reverenciaban y se inclinaban al pasar Amán, menos Mardoqueo que era Judío.  Al notar esa actitud, cuando supo que era judío y notando que no se arrodillaba en su presencia; llenándose de ira y por vengarse de él, procuró con un mandato del rey destruir a todos los judíos del reino. Pero no le dio resultado alguno, por el contrario pereció en la misma horca que había preparado para Mardoqueo.

Como con  el hambre en los siete años de abundancia  y carestía en Egipto, en el tiempo de Jacob, donde sus hijos  tuvieron que acudir  a Egipto por alimento; pero  Dios de antemano había preparado a José para alimentarlos. Al nacer  Jesús trató de eliminarlo con la matanza de los niños por orden de Herodes. Luego siendo él adulto lo tentó al ofrecerle todos los reinos de este mundo por pertenecerle, también sin resultado alguno.  En la dispersión, y bajo el régimen nazi, intentó nuevamente eliminar a Israel donde murieron unos seis millones de ellos. Aunque los mencionados  son solo algunos, los intentos no han tenido el resultado que él esperaba, y ningún otro tendrá éxito en el futuro. 

todas estas prueba tampoco tuvieron éxito pero él no se da por vencido y seguirá luchando tratando de desacreditar a Dios delante de la corte celestial.

Por supuesto que hay otros motivos y argumentaciones que no se nos han revelado, tal es el caso de Daniel que por veintiún días no fue posible que se le diera la respuesta Divina. En este caso no sabemos cuáles eran los argumentos que esgrimía Satanás para impedir que el ángel de Jehová (Jesucristo) le diera el mensaje  que Daniel esperaba recibir de parte  de Dios; pero fueron tres semanas de lucha, posiblemente esa firme persistencia de Daniel en  la oración fue lo que prevaleció para derrotarlo. Lo que pasó  no lo sabemos pero lo que sí es cierto es que: aun estando él vencido, todavía se aprovecha de ese poder e inteligencia que Dios le concedió en el principio para luchar en contra de su creador.

Luego el ángel le dice a Daniel que tenía que volver para pelear con el rey de Persia y luego vendría también el rey de Grecia. En otras palabras la pelea en el cielo es continua y seguirá hasta que Satanás y sus ángeles sean echados del cielo a la tierra donde se desarrollará la última batalla  del “conflicto de los siglos”; ya que no sabemos el tiempo o la edad de su creación ni la de su rebelión. Pero sabemos  que  los creyentes los hijos de Dios un día estaremos en ese lugar del “cielo de Dios “, juntos con todos los que alaban y glorifican a ese Dios tres veces santo. Amen así sea. 

Aggeo Palumbi octubre 2009, revisado abril 2015