lunes, 16 de febrero de 2009

JESÚS EL CAMINO FÁCIL DE LA SALVACION

Pro.14:12 Hay camino que al hombre le parece derecho; pero su fin es camino de muerte. -

Seguramente alguna vez en la vida hemos tenido la experiencia de buscar la dirección de alguien o un negocio, y para llegar hemos preguntado por tal barrio, por tal calle, o por tal comercio, y por supuesto tuvimos alguna dificultad para conseguir tal destino. Hubiera sido mucho más fácil, si hubiéramos tenido a la mano un planito o un mapa de tal dirección, que hubiese indicado el camino exacto para llegar al destino buscado. Algo similar acontece hoy día, con algunos que buscan una dirección espiritual para estar bien con Dios; simple y llanamente porque su espíritu les hace sentir que no están en la correcta vía, y sienten un vacio, una necesidad de algo que les hace falta, y les proporcione paz y seguridad a su alma. También en este caso necesitamos algo escrito que nos guie para alcanzar ese objetivo.

Algunos al no encontrar el camino para llenar ese vacío ahogan sus penas en el alcohol, en algún juego, drogas, reuniones con amigos, bailes, mujeres o las mujeres con hombres, etc. otros recurren a alguna religión buscando esa paz interior, y con el pasar del tiempo se dan cuenta que tampoco en la religión está lo que buscan. Al encontrarse solos en sus meditaciones se dan cuenta que persiste ese “no sé qué” que le hace falta a su vida.

LA NECESIDAD DEL ALMA NUESTRA OTRA NATURALEZA

El problema está, que en las mayorías de los casos se confunde una necesidad innata que hay en nosotros en nuestra alma, la cual trata de buscar a su creador y Dios, para establecer una comunión con él. Pero en la mayoría de los casos no encontramos el camino por nosotros mismos; ya que comenzamos a confundir esa necesidad espiritual con alguna necesidad material. Por ejemplo: solemos pensar “que feliz sería si pudiera casarme y formar una familia”, luego que la tiene, “que feliz sería si tuviera un apartamentico proprio” luego el deseo de un carrito etc. Y aun obteniendo todas esas cosas, ese vacío interno, esa insatisfacción permanece latente en su vida. (Si este no es tu caso y estas conforme con la vida que llevas y tienes paz en tu alma, no siga leyendo este escrito ya que estaría perdiendo tu tiempo.)

De lo anterior se desprende que hay en nuestra vida dos naturalezas, una es la espiritual y otra la material. La espiritual casi no la conocemos, la material nuestro cuerpo la conocemos aunque no muy bien; cada una de ellas ha de ser tratadas de manera adecuada, y separadamente. Para la parte material concerniente a nuestro cuerpo conocemos muy bien los cuidados, y necesidades que se requieren para su bienestar; estos son: una sana alimentación, no sometiéndolo a demasiado esfuerzos o trabajo, no exponiéndolo a excesos de alcohol, cigarrillos, ni por supuesto las drogas, que ofuscan nuestra mente para pensar adecuadamente, e inducen al cuerpo a cometer actos, que luego al pasar su efecto nos arrepentiríamos, y en muchos casos sin remedio alguno.

Como nuestro cuerpo es un elemento tangible, lo vemos, lo palpamos, conocemos sus reacciones naturales, sus necesidades tales como: hambre, sed, sueño, necesidades fisiológicas, limpieza etc. Hemos aprendido a conocerlo y a suplir convenientemente las urgencias requeridas para sustentarlo. Podría extenderme mucho más sobre su cuidado, pero el propósito de este escrito no es hablar sobre el tema del cuerpo, que tenemos, y conocemos, ya que tenemos a nuestro alcance una infinidad de escritos y consejos para su cuidado; sino, de hablar de esa otra naturaleza que poseemos, y por cierto muy poco conocida. Ella es ignorada por una gran mayoría, mientras otros niegan por completo de poseerla; sin saber que es la parte más importante de nuestra existencia, la que algún día tendrá que enfrentar a su creador, esta es el alma.

Los humanos nos diferenciamos de los animales porque Dios dotó al hombre de un alma viviente, por el soplo de vida que le dio así dice en Ge.2:7 Entonces Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y soplo en su nariz aliento de vida, y el hombre llegó a ser un alma viviente; fíjese la expresión bíblica "alma viviente." Como podemos ver el hombre está dotado de un alma que trata de buscar y regresar al que la dio, o sea Dios. Pero está sujeta a un cuerpo que por su naturaleza pecaminosa la gobierna y más bien la aleja de Dios.

¿PORQUE NO ENTENDEMOS EL LENGUAJE DEL ALMA?

En la mayoría de los casos, nuestra existencia se reduce a una vida en busca del bienestar del cuerpo, y aunque se hace notoria, una sensación de insatisfacción interna del alma, ésta se confunde con una ansiedad del cuerpo, que nos impulsa a afanarnos más en esta vida, en la búsqueda de mejorar nuestra situación económica a fin de proporcionar, mejores comodidades y esparcimientos para el bienestar del cuerpo. Pero ese bienestar no satisface el alma, razón por la cual algunos de esos ricachones, que la vida le proporcionó de todo a veces se quitan la vida; por no saber interpretar la necesidad o la voz del alma. Para el alma normalmente nunca hay un tiempo para dedicárselo a fin buscar “ese algo” (porque no hemos aprendido a considerar su existencia) aunque a veces se hace el propósito con toda la buena voluntad, para alcanzar una meta espiritual. Sin embargo los afanes de esta vida nos impide llenar ese vacío, que hay en nuestro diario vivir, acompañado a veces por un temor a la muerte; dando la sensación como si faltara algún elemento para estar satisfecho y tener una tranquilidad mental.

Alguien pudiera pensar y decir: ¿Porqué Dios no nos instruyó a cuidar el alma, de la misma manera como nos dotó de estímulos para cuidar el cuerpo? tales como: el hambre, la sed, etc. Pues Dios sí nos dotó de ese sentido, solo que él se refleja en nuestra vida por una insatisfacción, un “algo”, como una voz que clama internamente en nuestra mente, pero sencillamente la confundimos con una necesidad material, y tratamos de satisfacerla con actividades, bebidas, comidas, bienestar, y goces, o desconocerla borrándola de nuestra mente para no pensar en ella.

Pues bien, Dios le dejo al hombre un escrito y un plan muy bien documentado para satisfacer el alma y tener un encuentro con él; de no haberlo hecho se podría considerar como un desamparo de su parte, y tampoco pudiera reclamarle al hombre cosa alguna. Ese escrito, documento, o testamento, como se le quiera llamar que le dejo al hombre se llama: la Biblia. Una gran mayoría la tiene como un libro más de su biblioteca, pero no se molestan en leerla, unos porque no tienen tiempo, otros porque dicen no entenderla, otros porque no creen que sea la palabra de Dios, etc. Y ella es la viva voz de Dios para el hombre y el bálsamo del alma creámoslo o no.

DIOS LE HA PROPORCIONADO AL HOMBRE UNA GUIA, LA BIBLIA

Hay algunos que dicen que la Biblia es muy difícil para entenderla, ¿Será posible pensar que Dios hace al hombre, lo dota de inteligencia, le deja un libro que contiene las instrucciones para acercarlo a él, y resulta que esa Biblia es tan complicada que el hombre no la pueda entender? ¿No le parece esa una infeliz escusa para justificarse, y evadir su lectura, como la responsabilidad que tenemos hacia aquel que nos dio la vida?

Otros alegan que hay muchas religiones que se basan en la Biblia, yo le preguntaría a los que tienen esa evasiva opinión ¿la has leído para saber cuál es el camino, la verdad, y la vida que ella contiene? No puedo creer que alguien que de verdad quiera buscar a Dios y lee la Biblia, ella no le revele cual es la verdad de entre las varias tendencias religiosa o facilitarle la interpretación del libro sagrado, que aquieta y alimenta el alma.

Hay otra tendencia popular que dice todos los caminos llevan a Roma, o sea que al final todas esas religiones conducen a Dios, Pues los que tienen y se apoyan en esa teoría le digo que las cosas de Dios no funcionan de esa manera, y en el libro de proverbios 14:12 dice: Hay camino que al hombre le parece derecho; pero su fin es camino de muerte. como se puede ver que no todos los caminos llevan a Dios. Hay un solo camino, una sola verdad, y una sola vida y esta es la que ofrece Jesucristo, el mismo lo dijo en el evangelio según San Juan 14:6 cuando Jesús le dijo a los oyentes: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre sino por mí. Este escrito nos enseña que Dios ha establecido un solo camino para el hombre y este es a través de Jesucristo. No hay otro que el hombre pueda escoger.

También hay otro grupo que al manifestarle que la salvación del alma consiste en creer firmemente en Jesucristo, confesándolo como su Salvador, y que éste es el único camino para ser salvo; esto les parece tan sencillo que se resisten en creerlo, porque están acostumbrado a que hay dar algo, para obtener algún favor divino, hacer promesas, penitencias, o rezos repetitivos de padre nuestro, ave maría, gloria patris etc. Luego por otro lado dicen que la Biblia es difícil de entenderla, sin que ni siquiera la han abierta para leer su contenido.

Preguntaría: ¿Por qué hay miles y millones que la hemos leída, la hemos podido entender y no la retenemos tan complicada como algunos pretenden presentarla? ¿Acaso somos más inteligentes de los demás? No, absolutamente no, sino que oímos o leímos su palabra y Dios nos concedió la fe para creer en él. No se necesita un alto nivel de estudios o de sabiduría, más bien a los humildes les ha revelado el evangelio. Bien lo dijo Jesús en una de sus oraciones en Juan10:21 En aquella misma hora Jesús se regocijó en espíritu, y dijo: Yo te alabo, oh Padre, Señor del cielo y de la tierra porque escondiste estas cosas de los sabios y entendidos, y las has revelado a los niños. (Los humildes) Sí Padre porque así te agradó.

Podría parecer que Dios le hizo al hombre las cosas muy complicadas, para alcanzar la paz y la salvación del alma. Hay una inquietud en nosotros los humanos que nos impulsa a buscar a Dios, pero nos detenemos frente a tantas complicaciones de religiones, doctrinas y ritos; que confunden. Así quedó de confundido Pilato, cuando Jesús le dijo que él había venido a este mundo para dar testimonio de la verdad; y Pilato le preguntó: ¿que es la verdad? Pues cada religión se atribuye la verdad tergiversándola y a veces la respaldan con la misma Biblia; que es la guía que Dios le dejo al hombre para darse a conocer. Nosotros le hacemos más caso a lo que nos enseñan desde pequeños, que lo que podemos investigar por nosotros mismos ya de adultos en la palabra de Dios.

Dios por medio de Jesucristo, abrió un camino hacia él muy sencillo, es el diablo que usando la mente de hombres engañadores, lo han complicado todo, y lo seguirán complicando. Jesús en cierta ocasión dijo; Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.

Dios le ha abierto al hombre un camino hacia él, tan sencillo que para algunos les puede parecer increíble por lo simple que es; el mismo Jesús lo afirmó en cierta oportunidad expresándolo de esta manera: Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí que soy manso y humilde de corazón; y hallareis descanso para vuestras almas. Porque mí yugo es fácil y ligera mi carga.

EL ENEMIGO ENTORPECE QUE EL HOMBRE SE ACERQUE A DIOS

Conozco un joven que al aceptar a Jesucristo como su salvador el enemigo le puso en su mente que ahora tenía que dejar de andar en la moto que había comprado, y el joven dejó de seguir al Señor por su moto. ¿Qué tenía que ver la moto con su creencia? Nada, pero esa es la forma como Satanás trabaja con los humanos, para hacerles ver las cosas difíciles y para que no crean en el Salvador de sus almas. Le presenta dificultades de rechazo por parte de sus familiares, le presenta prohibiciones, tales como: ahora tienes que dejar de fumar, de tomar cerveza, de ir a fiestas, comer tal o cual cosa. Todas artimañas del enemigo para distraer el sencillo mensaje bíblico.

Dios aconseja por medio del escrito por el apóstol Pablo: "todo me es lícito, más no todo me conviene;" Dios requiere confianza en él, luego el Espíritu de Dios se encargará de guiarlo a lo que más le conviene. El que pone barrera es el Diablo poniéndole en la mente, ¿Qué dirán ahora tus amistades, tu papá, mamá, tu esposa o esposo? Como si ellos al final respondieran por uno delante de Dios. Cada alma responde por su vida, y cuando estemos delante de Dios, de nada sirven los demás.

Alguien podrá pensar que en palabras las cosas parecen fáciles, pero en la realidad es todo lo contrario; pues no, no es así, sería injusto de parte de Dios, si fuera lo contrario de lo que él dice, lo que pasa es que a nosotros no cuesta a veces creerlo y aceptarlo por lo simple que Dios ha hecho las cosas para acercarse al hombre. Leyendo la historia de Naamán en 2 de Reyes 5 podremos ver como a veces somos nosotros los que complicamos las cosas sencillas de Dios. (Es bueno leer primero este interesante relato antes de continuar)En este relato se puede ver como el hombre trata de modificar la sencillas cosas de Dios ordena para nosotros.

EL HOBRE ES EL QUE COMPLICA LAS COSAS

Según el relato este Naamán, general del ejército Sirio era un hombre leproso; una muchacha israelita que había sido tomada cautiva, servía en casa de Naamán, ella le dijo a su esposa, que si el general le rogaba al profeta que estaba en Israel, el profeta le podría sanar de esa lepra. Tan sencillo como eso, Naamán creyó en esa posibilidad de sanar, y se preparó para ir a Israel. Dio el primer paso en creer, pero comenzó a actuar y pensar a su manera, y preparó muchos dones para llevar, a lo mejor por la difundida costumbre que hay de pagar, dar alguna cosa para dejar de sufrir, o para recibir algo de Dios, así fue que preparó para llevar consigo (10 talentos de plata, 6000 piezas De oro, 10 mudas de vestidos) No, no Naamán estas actuando a tu manera, no debes complicar las cosas, la sanidad de Dios no se compra. La muchacha te dijo muy claramente, que les pidieras al profeta, y él te sanaría.

Él se consideraba un hombre muy importante, además era rico y podía comprar todo lo que deseaba, como también la sanidad, y hasta al mismo profeta. Es así como el hombre tuerce las cosas y las complica, porque eso de ir al profeta y pedirle le parecía demasiado simple, había que darles algo al profeta y a Dios, para pagarle su favor.

Preparado que hubo todo lo que pensaba llevar, se dirige al rey de Siria, y este le da una carta dirigida al rey de Israel para que le sanara la lepra. Fue así que en lugar de buscar al profeta, se presentó al rey de Israel con esa carta para que él lo sanara de su lepra; NO Naamán, no es al rey que te dijo la muchacha, no hagas las cosas a tu manera, ella te dijo que era al profeta que tenías que buscar. Es típico del hombre no acatar, ni obedece la voz de Dios, que normalmente proviene de un ser humano. Y luego pretende recibir de Dios por otros medios y caminos que no son de Dios.

Al leer el rey de Israel la Carta que le trajo Naamán rasgó sus vestidos en señal de enfado, creyendo que esa era una treta del rey de Siria para buscar la ocasión para una guerra. Cuando el profeta Eliseo supo que el Rey había rasgado sus vestidos envió su siervo a decirle que se lo enviara a él para que supiera que había profeta en Israel.

Luego Naamán se dirige al humilde hogar donde estaba el profeta, se presentó con sus soldados, caballos, y carros, derrochando autoridad, privilegios de riqueza y generalato. No Naamán, tú para Dios eres un simple mortal, como todos los demás y no tienes trato especial ni por traer una carta de rey, ni por tu nobleza, y rango de general del ejército Sirio.

Cuando llegó, se paró a la puerta de la casa del profeta Eliseo, y para su sorpresa y enojo, Eliseo ni siquiera salió a verlo por curiosidad, y envió su siervo que le dijo al hombre fuerte de Siria: el profeta le manda a decir, que vaya y se lave 7 veces en el rio Jordán, y tu carne se restaurará, y serás limpio.

Cuando oyó eso, de un siervo del profeta, le pareció como una bofetada moral a su alta dignidad, se quedo aturdido, confundido, se enojó y dijo: Abana Y Farfar ríos de Damasco ¿no son mejores que todas la aguas de Israel? si me lavare en ellos ¿no seré también limpio? NO Naamán, esos ríos de Siria podrán ser más limpios, pero Dios te manda a lavarte en el Jordán, es tan simple como lo oíste.

Pues, quedó confundido, las cosas no le salieron como él pensaba, porqué él decía para sí: saldrá el profeta, invocará a Dios levantará su mano, tocará mi cuerpo y sanará la lepra. NO Naamán, no es a tu manera, ni como tú piensas. Es como Dios quiere y manda; tu criada te lo dijo, pídele al profeta y él te sanará, tu lo que tienes que hacer es obedecer y dejar de pensar y actuar a tu manera.

Se fue enojado, desilusionado, y parloteando, le hirieron su orgullo. Y dijo que en Siria había mejores ríos que el Jordán. Despreciando a Israel, al profeta y por supuesto a Dios. Entonces se le acercaron sus siervos y le dijeron “Padre mío si el profeta te hubiera mandato una gran cosa ¿no la harías? Cuanto más diciéndote lávate y serás limpio. Las cosas de Dios son simples y llenas de amor para todos, aunque él hombre como general sirio, siempre había sido enemigo del pueblo de Israel.

De su decisión ahora dependía todo, podía por su orgullo seguir enfadado, y regresar a Siria leproso como había venido, u obedecer y depositar su fe en Dios y ser limpio. Acertadamente aceptó el consejo, se humilló delante de Dios y de sus siervos, se zambulló 7 veces en el Jordán, y se cumplió la palabra del profeta, y su carne se volvió como la de un niño.

Las cosas de Dios son simples, Dios ha hecho para nosotros las cosas para que las podamos entender; lo que acontece es que nosotros tenemos la tendencia de interpretarlas a nuestra manera, de verlas según nuestra forma de pensar. No hermano o Amigo, no debemos complicar las cosas como Naamán; es sencillo buscar la voluntad de Dios en su palabra, ella es la verdad, y es vida para nuestra naturaleza espiritual. No debemos complicar nuestra vida con pensamientos y doctrinas de segunda mano; busquemos la verdad en la fuente, en la palabra de Dios, y que sea su autor intelectual (Dios) el que le revele su voluntad, y para tener un concepto proprio.

OTRO EJEMPLO DE FE PARA OBTENER EL FAVOR DE DIOS

Otro ejemplo de lo sencillo que Dios hace las cosas, (bueno sencillo entre comilla porque él todo lo puede) sería mejor decir lo fácil que nos pone las cosas de manera que podamos acatarlas, basada en la fe que podamos depositar en él que todo lo puede; porque sería absurdo pensar que las aguas del rio Jordán en Israel sanen la lepra bañándose siete veces en él. Ese era un acto de obediencia que Dios usó para Naamán exclusivamente para enseñarle como él trabaja por caminos que son diferentes a nuestros pensamientos. He aquí otro ejemplo:

Cuando el pueblo de Israel salió de Egipto llegaron a un sitio donde había muchas serpientes, este relato se encuentra en Números 21:9, y varios fueron mordidos por ellas y murieron, Moisés oyendo el clamor del pueblo, le oró a Dios por la salud del pueblo, y la respuesta fue: Hazte una serpiente de metal (de bronce) y ponla en un hasta, en lo alto del campamento; y será que todo aquel que fuere mordido y mirare la serpiente vivirá. Dios no quitó las serpientes, pero dio un remedio basado principalmente en un acto de fe en él. Que esto nos parezca, absurdo es cierto, al igual como el lavarse 7 veces en el Jordán para que sanara la lepra; estas cosas parecen increíbles, estamos de acuerdo, pero funcionan cuando Dios lo dice y Él cumple siempre lo que promete.

¿El resultado? Cuando una serpiente mordía a alguno del pueblo y este miraba la serpiente de bronce en el alto del campamento vivía. Ellos tenían la misma alternativa que tuvo Naamán, regresar a Siria leproso, u obedecer y ser sano de su lepra. El que era mordido, podía no creer que eso funcionara, y morir envenenado, o confiar mirando la serpiente de bronce, y seguir viviendo, el resultado dependía de él de su fe en la palabra de Dios.

UN PLAN SENCILLO PARA EL HOMBRE HOY

¿Que diríamos del sencillo plan que Dios ha provisto para la salvación del hombre y la mujer hoy día? sin muchas complicaciones doctrinales, ni ritos religiosos, sin sacrificio ni recitar tantos, padre nuestro, y ave maría, o promesas de buen comportamiento, para recibir el perdón, ni pagar para dejar de sufrir etc. Lo único que Dios requiere es: que confiemos en él, y creamos que es galardonador de los que le buscan.

Lo que dice la palabra de Dios, es lo que él requiere hoy para cada ser humano de este mundo, y todo depende de nosotros de aceptar o no, lo que él nos ofrece. También nosotros tenemos la misma disyuntivas delante de la propuesta de Dios, permanecer como estamos, alejados de Dios y su palabra, u obedecer y entrar en el maravilloso mundo de la salvación y descanso del alma. Dios manda lo siguiente en el evangelio según San Juan 3:14 que dice: Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que Jesucristo sea levantado, para que todo aquel que en él cree no se pierda mas tenga vida eterna.

Nos puede parecer muy sencillo pero funciona, así como funcionó en el anterior ejemplo, no depende de nuestro intelecto o razonamiento, solo se necesita que dejemos que Dios actúe en nuestra vida, creyendo por fe en Jesucristo, lo demás le pertenece a él como hacerlo. Siempre se trata de la misma decisión para cada uno, e individualmente en este mundo, creer o rechazar la oferta que Dios nos propone.

UN TESTIMONIO DE CREER EN SU PALABRA

Es obvio que Dios tiene una forma diferente de llamar para cada uno de nosotros recuerdo como Dios me llamó siendo joven, tenía 21 años; vivía solo en Caracas en un cuarto alquilado en casa de unos amigos. Como no tenía muchas amistades, mis horas libres las dedicaba en leer novelas de policía, y de tanto leer mi mente estaba tan entrenada en las tramas que al solo leer dos o tres capítulos ya me imaginaba quien era el malo, el traidor, o el asesino; esto le restaba interés a la lectura.

Fue así que un día dejé de leer una novela, y estaba buscando otro tipo de lectura que fuera diferente, en eso recordé de un nuevo testamento que me regaló mi hermano, lo tomé y me dispuse a leerlo y en la cubierta me llamó mucho la atención el verso de Romanos. 10:9 que dice: que si confesare con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios levanto a Jesús de los muertos eres salvo. Me extrañó mucho ese escrito, y me hice esta pregunta: ¿Eso quiere decir que yo soy salvo? Porque desde pequeño siempre había creído eso de la muerte y resurrección de Jesucristo.

Me interesé en el argumento y seguí leyendo, en el verso que le sigue el 10 del mismo capítulo que dice: Porque con el corazón se cree para justicia pero con la boca se confiesa para salvación; entonces me dije: ¿Será que tengo que decirlo con mis palabras que yo creo en la resurrección de Jesús? Fue así que quise probar, y mentalmente preparé una confesión de lo que más o menos iba decirle a Dios, que consistía en lo siguiente: “Dios mío yo sí creo que tu levantaste a Jesús de los muertos.” ¿Sencillo verdad?

Recuerdo que esa tarde de enero de 1956 me puse de pie al lado de mi cama y me preparé para decir en voz audible mi pequeña confesión de fe, de creer en la resurrección de Jesucristo, y comencé diciendo: Dios mío…. Y al pronunciar esas dos palabras no pude seguir se me formó como un nudo en mi garganta, comencé a llorar y llorar me arrodille y apoyado en mi cama seguí llorando por largo rato; ¿porqué lloraba? No lo sé, sería de gozo por haber encontrado el camino para esa inquietud interna, de la paz y salvación del alma, posiblemente era el mismo gozo que experimentó Naamán al verse sano de esa lepra. Todavía no comprendía nada de la salvación, de creer que Jesús murió por mis pecados, etc. Estaba como un niño recién nacido doctrinalmente. Dios se encargaría de lo demás, como en efecto lo hizo.

Dios no me dejo hablar, el conocía las intenciones de mi corazón, y ese era el momento, la hora de la llamada de Dios a la puerta de mi corazón. El había preparado todo y no conociendo casi nada de la Biblia con solamente dos versículos de su palabra y la fe en su palabra fueron más que suficientes para tener una experiencia personal con él. Para Naamán fue la palabra de Dios a través del profeta Eliseo, para el pueblo de Israel fue la palabra de Dios a través de Moisés, para mí fue la palabra de Dios a través de ese nuevo testamento. Dios le habla al hombre en diferentes maneras, y siempre es lo mismo, bien sea escrito o por algún mensajero no importa de dónde provenga, siempre que esté en concordancia con la Biblia. Romanos 10:17 dice: Así que la fe es por el oír, y el oír por la palabra de Dios.

Es pues la fe, la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. Hebreos 11:1 Dios ilumine tu vida a través de su palabra. Dios ti bendiga.

Aggeo Palumbi revisado noviembre 2009