DE LA HIGUERA APRENDED LA PARÁBOLA. Puerto. Ordaz
12/17
Introducción:
El siguiente tema, es una exposición de las enseñanzas
que dejó Jesús referente a esas cosas que habrían de suceder en el
futuro, ya que todos los acontecimientos, de la actualidad apuntan a
lo que Él enseñó, que se encuentran en la Biblia,
que es la palabra de Dios. Estos escritos anuncian que
muy pronto, tendrán lugar tres importantes
eventos en el siguiente orden: A)- el arrebatamiento de la iglesia, B)- un
período de siete años de gran tribulación, y C)- el
glorioso regreso de Jesús a este mundo donde todos lo podrán contemplar al
venir en las nubes con sus santos millares.
Como se puede notar, antes de su regreso en forma visible, tendrá
lugar el evento más esperado por todos los creyentes en Jesucristo, este es: el
arrebatamiento de la iglesia. Al venir Jesús traerá ya resucitados a los que partieron de
este mundo, y los que estén en vida para ese momento, serán
transformados reuniéndose con aquellos que vienen con el Señor. Así lo relata en 1Tesalonicences
4:16. Que veremos más adelante.
Debido a que este acto, como lo explica el apóstol Pablo será
en un abrir y cerrar de ojos, es lógico
que nadie podrá presenciarlo; exceptuando por supuesto los que serán
arrebatados. Esta rapidez con la cual se
efectúa, es un detalle muy importante que marca las diferencias entre el arrebatamiento, y su regreso físico a este
mundo, después de los siete años de la
tribulación; evento ese donde todos lo podrán ver al presentarse con gran gloria y
esplendor al venir en las nubes.
Comencemos leyendo lo que Jesús les enseñó a sus discípulos como a
los más allegados de su pueblo, acerca de algunas de las señales que acontecerían
al acercarse los días de su regreso. En Marcos 13:22 les dice: “Porque se levantarán falsos Cristos y falsos
profetas, y harán señales y prodigios, para engañar, si fuese
posible, aun a los escogidos. Mas vosotros mirad; os lo he dicho
todo antes. Pero en aquellos días, después de aquella tribulación,
el sol se oscurecerá, y la luna no dará su resplandor, y las estrellas
caerán del cielo, y las potencias que están en los cielos serán
conmovidas. Entonces verán al Hijo del Hombre, que vendrá en las
nubes con gran poder y gloria.
Mar 13:27 Y entonces enviará sus ángeles, y juntará a
sus escogidos de los cuatro vientos, desde el extremo de la tierra hasta
el extremo del cielo. De la higuera aprended la parábola: Cuando ya su rama
está tierna, y brotan las hojas, sabéis que el verano está cerca.
Así también vosotros, cuando veáis que suceden estas cosas, conoced
que está cerca, a las puertas. De cierto os digo, que no pasará
esta generación hasta que todo esto acontezca. El cielo y la tierra
pasarán, pero mis palabras no pasarán. Pero de aquel día y de la hora
nadie sabe, ni aun los ángeles que están en el cielo, ni el
Hijo, sino el Padre. Mirad, velad y orad; porque no sabéis
cuándo será el tiempo.”
De la higuera aprended la parábola: “Cuando ya su rama está
tierna, y brotan las hojas, sabéis que el verano está
cerca. Así también vosotros, cuando veáis que suceden estas
cosas, conoced que está cerca, a las puertas. De cierto os
digo, que no pasará esta generación hasta que todo esto acontezca.
El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán. Pero de
aquel día y de la hora nadie sabe, ni aun los ángeles que están en el
cielo, ni el Hijo, sino el Padre.
En el anterior texto bíblico es importante notar, que el Señor sólo está enseñando a su pueblo, acerca de los tiempos como de las señales que anunciarían su
regreso a este mundo, donde todos lo podrían ver; no mencionando
nada acerca del arrebatamiento de la iglesia. Primero porque para ese
momento la iglesia no se había formado aun, y el segundo, porque ese evento no estaba
relacionado con el pueblo de Israel, sino a un grupo que creerían en Él. Este se
formaría después de su partida de este mundo, de todas las naciones, que es la
iglesia.
Acerca del tema que le correspondía a su pueblo de Israel, era únicamente
su regreso a este mundo, cuando las
futuras generaciones lo verían venir en las nubes después de ese período de
angustia; de la misma manera como algunos de ellos lo vieron cuando Él se
iba al cielo; como se relata en Hechos 1:10 que dice:
“Y estando ellos con los ojos puestos en el
cielo, entre tanto que él se iba, he aquí se pusieron junto a ellos
dos varones con vestiduras blancas, los cuales también les dijeron: Varones
galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús,
que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto
ir al cielo.”
De modo que Jesús no les menciona nada acerca del arrebatamiento, explicándoles
únicamente el orden que tendrían esos acontecimientos
en el futuro, que sería para las
generaciones de ese tiempo antes de su regreso. Ya que el arrebatamiento era para los que por fe creerían en Él, tanto por el
mensaje de su legado, como por el fundamento dejado a los apóstoles.
En la enseñanza que Jesús
les estaba dando, llama la atención el
tema central y esperanzador para las futuras generaciones, el de su regreso físico a este mundo. Estas cosas servirían tanto
para confortar a sus discípulos, como para las futuras generaciones que contemplarían ese glorioso evento.
Aunque entre los que estaban siendo enseñados, se encontraban Pedro, Jacobo y Juan, que ya habían presenciado la gloria de Jesús
en el monte de la transfiguración.
Dos importantes
características del arrebatamiento
Cuando el Señor venga por su Iglesia, se destacan dos cosas muy
importantes, que lo diferencian de ese regreso que será visible para todos. El primero es: que en ese acto Jesús
vendrá personalmente a buscar a la esposa; trayendo consigo ya resucitados, a
los creyentes que murieron en el período de la gracia; los cuales depositaron su fe en Él como el Hijo de Dios; sí lo
afirma en 1Tesalonicences 4:16 que dice: “porque el señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel,
y con trompeta de dios, descenderá del cielo; y los muertos en
Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos
quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para
recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor. Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras.”
El segundo es, que los que estén en vida en ese momento
serán arrebatados y transformados en una
fracción de segundo, “en un abrir y cerrar de ojos”. Dando esto a entender que
nadie podrá ver, o presenciar ese
magno acontecimiento. Así lo
enseña el apóstol Pablo, En 1Co 15:51, resaltando la
rapidez en la cual se efectuará al
decir: “He aquí, os digo un misterio: No todos
dormiremos; pero todos seremos transformados,
en un momento, en un abrir y cerrar de ojos,
a la final trompeta; porque se
tocará la trompeta, y los muertos serán
resucitados incorruptibles, y nosotros
seremos transformados.”
El regreso de Jesús después de
ser arrebatada la iglesia. Una
vez que la iglesia es quitada de esta tierra, iniciarán los eventos que Jesús
predijo, como también la aparición del anticristo; este será el inicio de ese anunciado período de tribulación para este mundo.
Con el fin de no emprender una explicación
detallada de este tema, se resumirá leyendo un solo versículo que nos habla de
esos nombrados cuatro caballos del
Apocalipsis, donde uno de ellos nos da una idea de la magnitud de esa destrucción al decir en el
6:8: “Miré, y
he aquí un caballo amarillo, y el que lo montaba tenía por nombre
Muerte, y el Hades le seguía; y le fue dada potestad sobre la
CUARTA PARTE DE LA TIERRA, (cerca
de 2000 millones) para
matar con espada, con hambre, con mortandad, y con las fieras
de la tierra.
Dos importantes
características de su regreso. Al finalizar ese período de gran angustia, de casi siete años, es que
regresa Jesús a esta tierra después de
unos 2000 años, con sus santos millares, de la misma manera, de cómo lo vieron cuando se fue al cielo; según lo
declararon los ángeles, en el
relato del libro de los Hechos 1:10 que dice: “Y
estando ellos con los ojos puestos en el cielo,
entre tanto que él se iba, he aquí
se pusieron junto a ellos dos varones con vestiduras blancas, los cuales
también les dijeron: Varones galileos,
¿por qué estáis mirando al cielo?
Este mismo Jesús, que ha sido
tomado de vosotros al cielo, así vendrá
como le habéis visto ir al cielo.” (Esto en lo que concierne a lo
visible no en gloria).
La primera particularidad, que se resalta en ese momento histórico de su regreso, es que todos podrán
contemplar ese espectáculo. Cumpliéndose
así lo que Jesús les estaba enseñando a
sus discípulos al decirle: “entonces verán al hijo del hombre que vendrá en las nubes con gran poder y
gloria.
Muchos ese día lo verán como una nueva esperanza de vida, mientras otros con temor y temblor. Como lo relata en Isaías 2: 19 diciendo: “Y se meterán en las cavernas de las peñas y en las aberturas de la tierra, por la presencia temible de Jehová, y por el resplandor de su majestad, cuando él se levante para castigar la tierra. ” Dándonos una idea de cómo se esconderán, al ver su gloriosa majestad, al descender sobre el monte de los olivos, donde toda altivez humana en ese momento será abatida.
La segunda característica de esa venida será, el de reunir a todos los esparcido de su pueblo Israel de entre todas las naciones, como ya leímos en Marco 13:27 que les dijo: “ Y entonces enviará sus ángeles, y juntará a sus escogidos de los cuatro vientos, desde el extremo de la tierra hasta el extremo del cielo.” Como se puede observar hay una gran diferencia con el arrebatamiento, donde Jesús viene personalmente, a recoger a la Iglesia. Mientras en su regreso a este mundo para recoger a los escogidos de su pueblo de Israel, claramente explica, que enviará a sus ángeles para recogerlos desde el extremo de la tierra, hasta el extremo del cielo.
Esta última frase contiene algo que nos hace meditar sobre ella, ya que, está claro que mande a sus ángeles para reunir a su pueblo, de los 4 extremos de la tierra, para que participen en el reino que les fue prometido en tiempos pasados. Pero lo que llama la atención es la última parte del versículo que dice: hasta el extremo del cielo.
Esto podría dar entender, que en su venida, Él reunirá a todos los escogidos de su pueblo, tanto de los que están en vida esparcidos por todo el mundo en ese tiempo, como de los que ya murieron. Esto da pie, para asociarlo al evento de la primera resurrección, tanto de los que estaban debajo del altar, en Apocalipsis en el 6:9 que dice: “Cuando el Cordero rompió el quinto sello, vi debajo del altar las almas de todos los que habían muerto como mártires por causa de la palabra de Dios y por haber sido fieles en su testimonio.”
Como también los que morirían por causa de la palabra de Dios y fe en Jesucristo durante la tribulación; Para que reinen con Él, cumpliendo así lo que les fue prometido en otro tiempo por los profetas del antiguo pacto.
Los que morirán en ese tiempo, lo explica claramente lo que le fue revelado al apóstol Juan, en Apo 20:4 que dice: “Y vi tronos, y se sentaron en ellos, y les fue concedido juzgar. Vi también las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por causa de la palabra de Dios, y a los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, ni habían recibido la marca en la frente y en su mano, y volvieron a vivir (resucitaron) para reinar con el Mesías mil años: esta es la primera resurrección.”
En esta resurrección se levantarán todos los del pueblo de Israel, como los gentiles que se unieron a Israel, depositando su confianza en Dios. Como los que dieron su vida por causa de la palabra de Dios y su testimonio, y los mártires de la gran tribulación.
Esto concuerda con lo que la palabra aclara, en la carta dirigida a los hebreos con el fin que participen todos juntos en ese reinado con su Salvador.
Así lo da a entender en Hebreos 11:39 al decir: “Y todos éstos, (refiriéndose a los que fueron fieles en las varias edades) aunque alcanzaron buen testimonio mediante la fe, no recibieron la promesa; habiendo Dios provisto para nosotros (refiriéndose a los Hebreos) alguna cosa mejor, para que ellos no fueran perfeccionados aparte de nosotros.”
Es decir, para que todos juntos, sean los que murieron depositando su confianza en el sacrificio del cordero, en diferentes épocas como está escrito en Hebreos 11, y los mártires por el testimonio de la palabra de Dios y su fidelidad de Apocalipsis 6:9, como los que fueron decapitados por causa del testimonio de Jesús por negarse a recibir la marca de la bestia en la frente y en su mano, en el 20:4.
A todos ellos el Señor los reunirá para participar en ese reino que les fue prometido. En ese tiempo Jesús el dador de la vida, les repartirá los cargos según lo establecido a cada uno; desde antes de la fundación del mundo como reyes, sacerdotes, maestros, administradores etc.
Algunos se preguntaran: ¿y nosotros la esposa? Muchas veces de los creyentes se oye decir “nosotros somos parte del cuerpo de Cristo”, pero no se llega a entender su real significado. ¿Acaso es difícil poder entender que donde está el esposo estará la esposa, y donde está el Rey de reyes allí estará la reina? De modo que si Jesucristo es el que dirigirá y guiará tanto a los reyes como a los sacerdotes, en el desempeño de sus labores en ese reinado de paz; eso mismo será nuestro trabajo ya que somos realmente una sola cosa con Cristo, con su misma mente y pensamientos.
Resumen. Todos los que no pertenecen a la esposa del Cordero, pero fueron escogidos por Dios para salvación, tanto de Israel como de los gentiles que se unieron a Israel, y resistieron los embates de Satanás, que no adoraron al anticristo ni recibieron su marca; hasta el punto de dar sus vidas, todos ellos resucitarán para reinar con Cristo en el milenio. Esto es lo que posiblemente nos quiere enseñar la frase que dice: para recogerlos desde el extremo de la tierra, hasta el extremo del cielo.
De la higuera aprended la
parábola.
De lo expuesto hasta ahora, el tema principal como ya se dijo,
eran las de la enseñanza de Jesús acerca de las señales y advertencias que
habrían antes de su regreso, al decirle en Marcos 13:28: “de la higuera aprended la parábola Cuando ya su rama está tierna, y brotan las
hojas, sabéis que el verano está cerca.”
En Venezuela sólo habrán algunos árboles de higos en
los andes, ya que el clima no es propicio para ese fruto. En cambio
en Europa en el invierno, a la higuera se le caen las hojas; y en
los meses de marzo y abril, reverdece con tiernas ramas y en el verano da su sabroso
fruto.
Pero lo importante no es
eso, ya que Jesús únicamente menciona la
higuera para captar la atención de los oyentes, y dejar en sus
mentes una enseñanza por medio de esa parábola. En
efecto, la parábola es una narración breve y simbólica de la que se
extrae una enseñanza sobre un tema más importante.
Lo que Jesús les quiere enseñar es: que así como sabían reconocer
cuando el verano se acercaba, al ver las tiernas ramas de la higuera; que
aplicaran esa misma metodología al ver, u oír de “guerras, rumores de
guerras, de naciones contra naciones, reino contra reino, terremotos
en muchas países, como destrucción, hambre y alborotos en varias partes. Que
todas esas señales le sirvieran para saber que su regreso estaría cerca,
a las puertas. (Es importante tomar en cuenta, que esas advertencias no eran tanto
para ellos, como para las futuras generaciones, es decir nosotros).
No creo que sea necesario mencionar con detalles todo lo que
está aconteciendo actualmente en el mundo, aparte de las actuales guerras
en países como Siria, Afganistán, Irak, como las amenazas de guerras para
varios países. Sabemos de los desastre ocasionados por
los huracanes, Irma, María, y Nate, en Nicaragua; que
provocaron muerte y enormes daños al alcanzar vientos de 300 a 500
kilómetro por hora. Afectando de esta manera varias
islas caribeñas como Cuba, Puerto Rico, República Dominicana, barbuda y Estados Unidos.
De enero a septiembre 2017 han habido 25 terremotos en el mundo,
siendo los más destructivos los de Filipinas, China, Italia y los
dos de México.
Ni hablar de los desastrosos ataques terroristas de
Londres, Alemania, Francia, y Somalia donde hubo otro atentado,
muriendo como 250 personas. Otra fue en las vegas donde murieron 59
y 517 fueron heridos; así como en otros estados de esa nación. Hace
solo unos días un ataque terrorista a una iglesia bautista en
Texas mataron a 26 y decenas fueron heridos. Es a estas cosas, que se refería
Jesús, con las ramas tiernas de la higuera como una señal de su pronto regreso.
Breve resumen dela primera parte.
Ya hemos visto el significado
de la enseñanza de Jesús a sus discípulos, cuando les dijo que aprendieran la
parábola de la higuera. Como también pudimos constatar que el tema
principal de esa enseñanza era, el de su
regreso a este mundo de una manera visible para toda la humanidad. Enseñándoles
que estaría precedido por unas señales que él les dio, para que supieran
cuando su regreso estaría cerca.
Al leer en marcos 13:25, los creyentes bien entrenados
que meditan en la palabra, de Dios, se darán cuenta que Jesús en ese pasaje, no hace
ninguna referencia al tema del arrebatamiento
de la iglesia.
Ya que cuando Él venga para tomar a la esposa, Jesús
vendrá personalmente con los que
murieron confiando en Él, los cuales resucitarán primero. También pudimos
ver que en ese evento nadie podrá
verlo, por ser en un abrir y
cerrar de ojos.
Como también en esa enseñanza, Jesús les advierte que antes de su
regreso a este mundo, habría una gran conmoción de parte de la misma
naturaleza. (Causado por ese período de gran tribulación que lo precedería). Por su misericordia, ese período será acortado, por amor a los escogido de su
pueblo; ya que de no hacerlo nadie se salvaría.
SEGUNDA PARTE.
En Marcos 13:25 Jesús les revela algunos de los fenómenos,
sean estos naturales o provocados por el hombre, que acontecerían en ese
tiempo antes de su regreso, al decir: “y las estrellas caerán del cielo, y las potencias
que están en los cielos serán conmovidas. Entonces verán al Hijo del
Hombre, que vendrá en las nubes con gran poder y gloria. y
entonces enviará sus ángeles. Y juntará a sus escogidos de los cuatro
vientos, desde el extremo de la tierra hasta el extremo del cielo.”
Por lo que aquí afirma, es importante tomar en cuenta la frase: “y entonces enviará sus ángeles para juntar a
sus escogidos”. Esto nos
da a entender claramente por las razones
que ya vimos, que no se está refiriendo a nosotros los creyentes, sino los de su pueblo de
Israel.
Ya que, en el pasaje que relata el arrebatamiento, en 1Ts 4:16,
dice claramente que es el mismo Jesús que vendrá por su iglesia diciendo:
“Porque el Señor mismo con
voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios,
descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego
nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados
juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así
estaremos siempre con el Señor. Por tanto, alentaos los unos a los otros
con estas palabras.”
El Señor continúa instruyendo a sus discípulos con todas las cosas
que ya hemos visto. Luego resume la enseñanza diciendo algo, que conviene
meditar sobre ellas, y darle una explicación lógica a esa frase de
Marcos 13:30 donde les dice:
“De cierto os digo, que
no pasará esta generación hasta que todo esto acontezca. el cielo y la
tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán. Pero de aquel día y de la
hora nadie sabe, ni aun los ángeles que están en el cielo, ni
el Hijo, sino el Padre. Mirad, velad y orad; porque no
sabéis cuándo será el tiempo. Es como el hombre que yéndose lejos,
dejó su casa, y dio autoridad a sus siervos, y a cada uno su
obra, y al portero mandó que velase. Velad, pues, porque no
sabéis cuándo vendrá el señor de la casa; si al anochecer, o a la
medianoche, o al canto del gallo, o a la mañana; para que cuando
venga de repente, no os halle durmiendo. Y lo que a vosotros digo,
velad."
Llama la atención y nos hace meditar la frase: “de cierto os digo, que no pasará esta
generación hasta que todo esto acontezca.” Esta
afirmación de Jesús, llama mucho la atención, por el énfasis que le da a
esa frase, y a la firmeza de lo que acababa de revelarles.
Enfatizando
que estuvieran seguros de ese cumplimiento, rematando luego con esa
frase “el cielo y la
tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán. Pero de aquel día y de la hora nadie sabe.”
Antes de continuar es oportuno aclarar que en esta
exposición, no hay ninguna intención de dar fecha, o de cometer el mismo
error de otros, que desde el año 1914 los denominados ” testigos” anunciaron que el Señor
regresaría en ese año; como otros que han estado poniendo fechas.
Hace solamente unos pocos años, un tal José Luis Miranda, predijo
que tanto él como sus seguidores el 30 de junio de 2012 se
transformarían, posiblemente aludiendo el arrebatamiento. Por supuesto en
ese día no pasó nada. Él murió el 16 de noviembre del 2013 sin ver
cumplida su profecía.
Para sustentar esta enseñanza, voy a referirme específicamente a
lo que Jesús les enseñó a sus discípulos, que esa generación no pasaría, hasta que
todas esas cosas acontecerían. Lo primero que viene a la mente son dos
preguntas, una de ella es: ¿a
cuál generación se estaba
refiriendo Jesús? Y la otra, ¿cuantos años se
necesitan para establecer
una generación?
Referente a la primera pregunta, ¿a cuál generación se estaba
refiriendo Jesús? Es absurdo pensar que se refería a la que los discípulos estaban viviendo en ese
momento.
Debido al hecho, que después
de la muerte y resurrección de Jesús; en
el año 66 de nuestra era, Israel se rebeló en contra del imperio romano. Esa revuelta
culminó con la destrucción de la ciudad de Jerusalén en el año 70, al
mando del general Tito. En ese tiempo, los romanos destruyeron el segundo
Templo y la mayor parte de Jerusalén, marcando así el inicio del
exilio o diáspora.
Donde los Líderes y la élites judías fueron desterrados,
asesinados o vendidos como esclavos. Luego más tarde Adriano, convirtió a
Jerusalén en una ciudad pagana y prohibió a los judíos de vivir allí. Fue
así que Judea y Samaria pasó a llamarse Siria Palestina. Esa es la
tierra que hoy día los palestinos reclaman, no tomando en cuenta para nada que esa tierra, le fue dada por el Dueño del
mundo a los israelitas.
De manera que es imposible que Jesús, se refiriera a
esa generación en la cual vivían los
discípulos, ya que esa generación se extinguió sin que acontecieran las cosas
que Jesús les había anunciado. Pasarían luego muchas generaciones desde ese
tiempo, sin que Israel existiera como nación para este mundo por casi
1880 años.
Pero no para Dios, ya que Él se reservó un
remanente, para un nuevo inicio, y el 14 de mayo del año 1948; David
Ben Gurión, leyó el en las Naciones Unidas, el acta de la declaración de
la Independencia del Estado de Israel. Volviendo a ser nuevamente una nación.
Lo que permitió que, después de varia generaciones y siglos
de espera, Israel volviera a ser una nación independiente, cumpliéndose muchas profecías bíblicas, que muestran el amor de
Dios hacia su pueblo; es decir la promesa del regreso de los judíos a la tierra que Dios les dio.
En Nehemía 1:8 relata esa promesa al decir: ”Acuérdate ahora de la palabra que diste a
Moisés tu siervo, diciendo: Si vosotros pecareis, yo os dispersaré por
los pueblos; pero si os volviereis a mí, y guardareis mis mandamientos, y
los pusiereis por obra, aunque vuestra dispersión fuere hasta el extremo de los
cielos, de allí os recogeré, y os traeré al lugar que escogí para hacer
habitar allí mi nombre.”
Es evidente que en ese año 1948, se cumplió esa promesa, con un
nuevo inicio para la nación de Israel. Este hecho histórico da lugar para
contestar la pregunta: ¿a cuál generación se estaba refiriendo
Jesús al decir: “que esa no
pasaría hasta que todo eso aconteciera?”
Una respuesta coherente a esa pregunta podría
ser: desde que Israel se restableció como nación en ese año.
Pudiendo así iniciar el conteo, para que esa profecía de Jesús tenga una
relación lógica con lo que Él afirmó. Por cierto el 26 de mayo del 2018 cumple
los setenta años desde su nuevo establecimiento como nación.
Contestando ahora la otra pregunta, ¿aproximadamente de cuantos años está formada una generación? Aunque
nos pudiéramos basar en lo que afirma el Salmo 90:10 que
dice: “Los días
de nuestra edad son setenta años; Y en los más robustos son ochenta años,
Con todo, su fortaleza es molestia y trabajo, Porque pronto pasan,
y volamos.”
Aunque esa profecía, fue dada primeramente para ese pueblo, lo fue también para las demás
generaciones en el futuro. Porque aunque la advertencia le
fue dada a los discípulos, al
decir: “Y lo que a vosotros
digo, a todos lo digo: Velad.” Es
decir que ese “a todos lo digo”, incluiría tanto a Israel, como a nosotros en
este tiempo a fin de que veláramos.
Debido a que esa profecía, era puntualmente para el pueblo de Israel, despertó esa curiosidad de averiguar cuál era el promedio de vida de una generación
en Israel. Fue así que el año pasado investigando en Internet para ver cuál era el promedio
de vida de ellos. La sorpresa fue, que no distaba mucho de lo que dice el
Salmo 90:10 ya que allí decía que el promedio de vida en Israel era de 78-80
años.
Ahora bien, si tomamos en cuenta que Jesús con su
profecía se estaría refiriendo a
esa nueva generación de Israel, después de su restauración en el año
1948, y a esa fecha le agregamos 78 años nos lleva al 2026, año
aproximado donde se cumpliría esa profecía que dice: “Entonces verán al Hijo del Hombre,
que vendrá en las nubes con gran poder y gloria. Y entonces enviará
sus ángeles, y juntará a sus escogidos de los cuatro vientos, desde
el extremo de la tierra hasta el extremo del cielo.”
Y sabiendo que el regreso de Jesucristo será después de los siete
años que la iglesia ha sido arrebatada; ya que seguramente el señor no
permitirá que su esposa pase por esa tribulación, la arrebató siete años antes.
Ahora bien si le quitamos a
2026 - 7 años, tendremos un posible arrebatamiento en el año 2019
de la iglesia. Como no sabemos con exactitud el número de años que Dios ha
establecido para esa generación, solo es necesario velar estar
alerta y no desmayar.
Tomando también en cuenta, que el Señor dijo que de aquel día y de
la hora nadie sabe; pero es posible que haya podido dejar un espacio abierto
para el mes y el año. No por casualidad Dios le dejó al pueblo
Hebreo la fiesta de las trompetas que corresponde a nuestro calendario a
los meses de septiembre y octubre, como el mes de su posible regreso.
A.Palumbi revisado el 04/ 2018.