EL ÁRBOL Y NABUCODONOSOR. Daniel capítulo 4 05/20
Introducción.
El siguiente tema, trata de una profecía
de doble cumplimiento, que tuvo su primera
realización en el tiempo del imperio babilónico; y se repetirá de nuevo en
un futuro no muy lejano. En el capítulo 4 de Daniel, la palabra de Dios hace
referencia, y nos presenta de una manera
un tanto velada lo que acontecerá en los últimos tiempos. Es decir, poniendo como ejemplo un enorme árbol,
el cual en un primer plano tipificaba al
imperio babilónico y su rey Nabucodonosor; en su segunda y futura realización hace referencia a un nuevo
imperio que surgirá en el futuro, cuyo gobernante será igual en su manera de
actuar al anterior Rey de Babilonia. Cuyo líder
estará presente para los últimos tiempos
en los cuales estamos viviendo.
Ese gran árbol, que representaba el imperio babilónico, creció en ese tiempo de tal manera que dominaba las naciones del
mundo. En el tiempo que le fue dada esa profecía a Daniel, el imperio se encontraba próximo a caer
definitivamente. Sin embargo, como ya se mencionó este relato es también un tipo, de otro semejante que surgirá en el
futuro. El cual dominará a las naciones al estilo, que lo hacía el imperio babilónico en el tiempo del reinado de
Nabucodonosor.
Tanto la caída del antiguo imperio babilónico, como el que se
formaría en el futuro lo relata el profeta Jeremías en 51:53-55 al decir: “Aunque Babilonia llegue tan alto como los cielos y haga sus
fortificaciones increíblemente resistentes, aun así yo enviaré enemigos para
que la saqueen. ¡Yo, el SEÑOR, he hablado! ¡Escuchen! Oigan el llanto de Babilonia, el
sonido de la gran destrucción que surge de la tierra de los babilonios. Pues el SEÑOR
destruye a Babilonia; silenciará su
vozarrón. Oleadas de enemigos
golpean contra ella; resuenan en la ciudad los ruidos de batalla.” VTV
Sin embargo,
en el relato bíblico aunque ese árbol se
refiere al imperio babilónico, es también un
prototipo, de otro imperio que tendrá las mismas características principales que tenía el anterior imperio
de Nabucodonosor. Este otro estará presente en el futuro, al acercarse el fin
del tiempo concedido a las naciones gentiles. Donde su gobernante también se vanagloriará, de su fama y poder
como lo hizo el rey de Babilonia, al no reconocer a Dios como el que gobierna
por encima de todas las naciones.
El relato profético, también se refiere a la
persona del rey Nabucodonosor, dando a entender
que por un período de siete años sería separado del reino, hasta que
reconociera que el que rige los destinos del mundo es Dios y no el hombre.
Luego de siete tiempos sería
restablecido por un corto período.
Ya que la
caída de su imperio aconteció unos años más
tarde, durante el reinado de Baltasar, que
fue conquistado por Ciro el grande. De manera que esa profecía hay que
interpretarla de dos diferentes maneras; donde la primera se refiere al rey que se le
cortaría el entendimiento incapacitándolo para seguir reinando. Luego de
un período de tiempo; le sería devuelta
su capacidad y entendimiento y ser restablecido
de nuevo como rey.
La segunda
interpretación sería, acerca de un imperio que estará presente en los últimos tiempos,
con aspiraciones de dominio mundial, y con un líder que se creerá de ser el más poderoso de este
mundo y humillando a las demás naciones.
Este de
igual manera, como aconteció con el
imperio babilónico, será imposibilitado de actuar, como el dominante fiscal, e interventor de las naciones de este mundo. Dando
a entender que el dominio de ese imperio
será debilitado al punto de quedar solamente su tronco y raíces. Con una nueva mentalidad, al entender y reconocer que hay un
Dios que realmente rige el destino de las naciones, y no el hombre. Como dice
en Daniel 4:25:…. hasta que conozcas que el Altísimo tiene
dominio en el reino de los hombres, y
que lo da a quien él quiere.
EL
REY NABUCODONOSOR RELATA EL SUEÑO.
En Daniel 4:10 -12”Mientras estaba
acostado en mi cama, soñé esto: vi un enorme árbol en medio de la tierra. El
árbol creció muy alto y se hizo fuerte y se elevó hacia los cielos para que
todo el mundo lo viera. Sus hojas eran verdes y nuevas, y tenía abundancia de
fruta para que todos comieran. Los animales salvajes vivían bajo su sombra y
las aves anidaban en sus ramas. Todo el mundo se alimentaba de ese árbol.”
Aunque el sueño de ese enorme árbol, le fue
dado por Dios a Nabucodonosor, es el profeta Daniel que da la interpretación
del sueño, revelando que se refería al rey. Al mismo tiempo proféticamente, tiene un importante
significado acerca de otro imperio como de su
gobernante en los últimos
tiempos. Donde muy pronto no solamente a
él le será quitado e dominio, sino al
mundo entero con por nuevo y eterno Rey.
De modo que, de la misma manera como ese
árbol fue cortado e inutilizado, el próximo imperio del futuro, también será incapacitado
para actuar y dominar sobre las demás naciones de este mundo. Sin embargo, su
suerte no será la misma del anterior reino, el cual desapareció para siempre; ya que tanto el
tronco como sus raíces permanecieron plantadas
en la tierra, dando a entender que su destrucción no será total como aconteció
con el babilónico.
No sabemos cómo ocurrirá esa repentina caída, de manera que únicamente
se dirá, que tendrá una paulatina recesión, seguida de una inactividad total. Esa situación servirá
para poder entender que hay un ser supremo que reina sobre todo. Este compás de tiempo, podría muy
bien referirse o coincidir con los
acontecimientos de esa última de las setenta semanas de Daniel, o de los siete
años de la gran tribulación.
En ese tiempo de la caída
de ese último imperio, por las nuevas condiciones de un reino
establecido por Dios, como por haberse efectuado un cambio de mentalidad de los
dirigentes mundiales, tal como aconteció con el rey. En ese tiempo ya no podrá existir
más, ningún otro imperio, o espíritu de jactancia de dominio y vana gloria que existió
antes de la caída de ese imperio.
Esto
será, por el establecimiento de un nuevo y eterno reino, donde
todos tendrán que aprender y reconocer, que el único que gobierna este mundo es
nuestro Señor y Dios Jesucristo, quien recibió todo
poder del Padre en el cielo y en
la tierra.
Habiendo entendido que el rey
Nabucodonosor en ese sueño era el
representante del imperio babilónico, y el árbol se refiere tanto a su imperio como a su persona; se da inicio a un examen más minucioso de los
acontecimientos de ese árbol, con los
tiempos que actualmente vivimos. Tomando como base ese orgullo del rey, pensando que tanto él como su imperio eran lo
máximo, y esa babilonia era su obra maestra.
El
rey no entendió, que Dios lo había escogido a él como un
instrumento a su servicio, para
dominar y castigar tanto a su pueblo de
Israel, como a las demás naciones; esa fue la razón que le permitió que creciera de esa manera. Esa
misma actitud y falta de entendimiento,
será el proceder de un futuro líder de ese imperio que surgirá en los últimos
tiempos.
Una explicación detallada del sueño del rey.
Dan 4:20 “El árbol que viste,
que crecía y se hacía fuerte, y cuya copa llegaba hasta el cielo, y que se veía desde todos los confines de la
tierra. El árbol que usted vio crecía alto y se hacía fuerte y se elevaba hacia
los cielos para que todo el mundo lo viera… Ese árbol es usted, su Majestad. Pues usted
ha crecido y se ha hecho fuerte y poderoso; su esplendor llega hasta el cielo y
su gobierno hasta los confines de la tierra.
Está claro que ese árbol representaba al imperio
babilónico, cuyo gobernante era Nabucodonosor;
ya Dios anteriormente le había revelado a
Jeremías “que ese rey era su siervo”; Permitiendo así que creciera y se hiciera fuerte en gran
manera. Él sería usado por Dios, para castigar inclusive a Israel su pueblo, que
se había apartado de Él, así como para
destruir a Jerusalén y el templo de
Salomón que ya lo tenían como un ídolo.
Es
muy posible que los
sacerdotes y pueblo de Israel, llegaran a pensar que al tener el templo, tenían
asegurado a Dios en medio de ellos. Lo principal allí no era el templo o el edificio
en sí, sino la presencia de Dios en ese lugar, al estar el pueblo en comunión y
obediencia a su palabra.
(Algo parecido a lo que paso con los
hijos del sacerdote Elí, cuando llevaron
con ellos el arca para combatir a los filisteos, pensando que con eso ganarían
la batalla. en esa oportunidad, los filisteos no solamente los derrotaron, sino que se
llevaron el arca, porque Dios a causa de sus pecados ya no estaba a favor de su pueblo,).
De manera que Nabucodonosor, se dedicó a fortalecerse y a embellecer a
Babilonia de tal manera que su fama se esparció por todas partes. Como lo afirma el anterior pasaje bíblico al decir: “Y cuya copa llegaba
hasta el cielo, y que se veía desde todos los confines de la tierra”.
De modo que este relato, es una figura tanto del imperio de esa época,
como la profética, del tiempo del fin del dominio del hombre
sobre este mundo. Donde su futura interpretación será: que al acercarse ese
lapso concedido por Dios a los gentiles,
habrá un imperio, con las mismas
características de ese árbol; es decir, de gran fama mundial, tanto en
riqueza, fortaleza, popularidad y dominio
al estilo del imperio babilónico.
CARACTERÍSTICAS DE ESE
FUTURO ÁRBOL O FUTURO IMPERIO.
En el 4:21 dice: “cuyo follaje era hermoso, y su
fruto abundante, y en que había alimento para todos, debajo del cual moraban las bestias del campo, y en cuyas ramas anidaban las aves del cielo.”
Las
características de ese futuro imperio, según relata la palabra de Dios, resalta
tanto el esplendor como su presunción al decir: “cuyo follaje era hermoso”, Luego destaca
la abundancia de alimento y frutos, para todos seres vivientes que se cobijaban y protegían debajo de su sombra.
Todos los que acudían debajo de su sombra, tenían la
ventaja de contar con los insumos necesarios para vivir. “Ya que había alimento para todos, debajo del cual
moraban las bestias del campo, y en
cuyas ramas anidaban las aves del cielo.”
Hay que acotar que las ramas
y las hojas son los pulmones de
las plantas, y es por allí que “respiran”. Dando a entender que hay un
interrelación entre el tronco y el follaje. Este tronco se podría tomar como un tipo del imperio, y las ramas y el follaje las naciones que sustentan a esa
potencia; ya que ambas son necesarias para que ambas
puedan sustentarse.
Dicho
en otras palabras, los pueblos que estarían
de acuerdo, tanto con sus leyes como en la manera de ordenar las cosas, y sus políticas
estarían bajo su sombra, para así obtener protección, beneficios y favores; de
no sujetarse, estaría bajo su acoso y amenazas.
De modo que solamente el que estuviera pegado a
ese árbol tendría sus beneficios y favores. Como el dominio que tiene el tronco del árbol que proporciona la savia a las ramas y a las
hojas.
Algo así o una semejanza, al ejemplo que nos dejó
Jesucristo de la necesidad de estar unidos
a Él como la vid. Aunque claro con un fin muy diferente, ya que estar
adheridos a Él no era, ni es, para
esclavizarnos sino para darnos libertad.
Al decir en Juan 15:5: “Yo soy
la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.”
LA SENTENCIA DEL MENSAJERO DE DIOS PARA
EL ÁRBOL.
Esta parte,
corresponde a la sentencia de un enviado de Dios, (un ángel) que le revela al
rey lo que acontecería en el futuro, tanto a él como a su imperio, tipificado
por ese imponente árbol. Debido
a que esta profecía está relacionada con lo que acontecerá en los últimos tiempos; ya está
actualmente en proceso de formación otra
Babilonia con características similares a
la de ese tiempo. Cuya popularidad será
como lo describe la escritura en Daniel 4:20:… El árbol que usted vio crecía alto y se
hacía fuerte y se elevaba hacia los cielos para que todo el mundo lo viera.
Al tener
la anterior profecía del árbol, una doble aplicación, la sentencia del vigilante
no se dirige ni al rey, ni a su imperio,
sino directamente al árbol. Es Daniel que luego le revela el significado del sueño y la sentencia al monarca, que en
poco tiempo sería inhabilitado y separado
del reinado. Esa separación solo sería por
un período de tiempo. Luego por lo que relata el capítulo 5, vemos como poco
tiempo después cae también el imperio babilónico.
Solo resta que
esa sentencia se aplique a ese imperio mundial
que la palabra de Dios en
Apocalipsis 18:11 la presenta como una Babilonia
económica con los respectivos lamentos de los que tenían relaciones comerciales con ese imperio,
el cual estará presente al finalizar el
tiempo concedido por Dios a los gentiles.
Cuya
sentencia se encuentra en Dan 4:13 que dice: … he aquí
un vigilante y santo descendía del cielo. Y clamaba
fuertemente y decía así: Derribad el
árbol, y cortad sus ramas, quitadle el follaje, y dispersad su fruto; váyanse las bestias que están debajo de
él, y las aves de sus ramas.
La
sentencia de derribar ese árbol o imperio, está dividido en varias etapas, ya
que no contemplaba de eliminarlo por completo, sino solamente de inutilizarlo
por el tiempo establecido por Dios. Al decir: “DERRIBAD EL ÁRBOL, CORTAD
SUS RAMAS, quitadle
el follaje, DISPERSAD SU FRUTO Y váyanse
las bestias que están debajo de él, y
las aves de sus ramas. Mas la cepa de sus raíces dejaréis en la
tierra, con atadura de hierro”.
Al agregar el ángel esa última parte, es para indicarnos que el propósito de ese juicio para ese
imperio, será por un tiempo determinado y no su total destrucción. Con el fin de que
se cumpla tanto el plan de Dios, como para abatir todo espíritu de orgullo y
grandeza humana, que no toma en
cuenta al que realmente dirige a las naciones; ya que esa actitud de vanagloria, está actualmente muy de
moda.
Todo lo explicado es para que se entienda, que solamente
Dios es el que permitió en el
pasado, como en el presente a las
naciones crecer, hasta el punto de obtener fama mundial.
De modo que al decir que ese árbol: “llegara
hasta el cielo, y que se veía desde
todos los confines de la tierra”, tiene que entenderse,
y estar muy claro que esa fama y prosperidad, ni en el pasado, como tampoco en el futuro, fue y será fruto de la obra y poder del hombre; sino del “Altísimo que tiene el dominio en el reino de los
hombres, y lo da a quien él quiere.”
LA
ADVERTENCIA DE DANIEL A NABUCODONOSOR.
Por lo
que concierne al rey, Daniel le advirtió
lo que le acontecería al interpretarle el sueño diciéndole en el 4:25: Te echarán de entre los hombres, y con las
bestias del campo será tu morada, y con hierba del campo te apacentarán como a
los bueyes, y con el rocío de los cielos serás bañado; y pasarán siete tiempos
sobre ti, hasta que reconozcas que ’El Altísimo tiene dominio en el reino de
los hombres, y que lo da a quien Él quiere. 27 Por tanto, oh rey,
acepta mi consejo: redime tus pecados con justicia, y borra tus iniquidades mostrando misericordias
para con los oprimidos por si tal vez pueda haber una prolongación de tu
tranquilidad.
Posiblemente, debido al consejo recibido en
ese momento hizo caso, en redimir sus pecados y hacer misericordia a los
oprimidos. Pero al transcurrir
el tiempo y ver que nada pasaba, olvidó
el consejo, como la advertencia que le
dieron; y se atribuyó el mérito de haber
llegado a ser tan poderoso.
Fue así
que al cabo de doce meses de haber recibido esa revelación, y el consejo del siervo de Dios, que él se encontraba paseando en el palacio real de Babilonia, y al
no haber entendido su posición de humano en esta vida, ni quien tiene el dominio real de este mundo; el
rey dijo: ¿No es ésta la gran Babilonia que yo edifiqué para la casa real con la fuerza de mi poder, y para
gloria de mi majestad?
No, rey, no fue tu fuerza y poder que edificó ese gran imperio,
fue Dios que permitió que todo eso y
llegara a ser grande. Aún estaba la palabra en la boca del rey, cuando vino una voz del cielo que dijo: “A
ti se te dice, rey Nabucodonosor: El
reino ha sido quitado de ti; y de entre los hombres te
arrojarán, y con las bestias del campo será tu morada, y con hierba del campo te
apacentarán como a los bueyes, hasta que
reconozcas que el Altísimo tiene el dominio en el reino de los hombres, y lo da a quien él quiere. ” De esta manera le
aconteció, todo lo que Daniel le había revelado anteriormente que le sucedería.
Lo
mismo acontecerá en el futuro, con todos los que piensan que el destino de las
naciones está en sus habilidades, fuerzas y poder.
Sin tomar en cuenta al Altísimo
Dios, que rige y dirige los destinos de las naciones, para el cumplimiento de todos
sus planes revelados en los escritos de la Biblia.
De manera que el imperio que se levantará en el futuro cercano,
tendrá el mismo espíritu de grandeza de Nabucodonosor, al no reconocer que es Dios quien domina todo, y humilla
a los que andan con soberbia.
Seguramente el Rey o gobernante de ese futuro imperio, pensará con orgullo en su grandeza y se expresará de una manera parecida a la de Nabucodonosor.
¿Acaso no hay hoy día, naciones que se ufanan
de su grandeza como si eso fuera obra de sus manos? En lugar de reconocer que hay un ser supremo que
rige las naciones del mundo, y que todo
se ajusta al plan que Dios tiene para
este planeta.
Como la
sentencia para ese árbol, se divide en
varias etapas, estudiaremos cada una de
ellas por separado, con el fin de poder entender de manera más amplia, el
propósito de la profecía, para el tiempo final del gobierno humano.
Para los
actuales gobernantes que se ufanan de tener
poder, deberían entender que el mismo
consejo profético enviado para
Nabucodonosor es también para ellos al decir:
27 Por tanto, oh rey, acepta mi consejo: redime tus pecados con justicia,
y borra tus iniquidades mostrando
misericordias para con los oprimidos, por si tal vez pueda haber una
prolongación de tu tranquilidad.
DERRIBAD EL ÁRBOL Y
CORTAD SUS RAMAS.
Viendo
proféticamente, el proceso del derribo de ese árbol simbólico de un imperio, primero
constaba, EN
CORTAR SUS RAMAS, pudiendo esto interpretarse, como
amputar del tronco todo el dominio que tiene este sobre las ramas. Esas ramas podrían
representar, pueblos y naciones que estén ligados u obligados a tener una dependencia
de “la savia del tronco” que ofrece ese imperio. Que se irían apartando
paulatinamente de esa dependencia y sumisión, que tenían anteriormente.
Segundo, SE LE QUITARÍA EL FOLLAJE , Ya que existe un vínculo entre el tronco, las ramas y el follaje, que es el
único medio para que el árbol pueda subsistir,
debido a que las hojas, retribuyen al tronco
con los frutos, (pudiendo esto tipificar los recursos de la nación
esclava) ya que ningún imperio regala o
beneficia a otras naciones.
En
efecto la tercera sentencia es DISPERSAD SU FRUTO, es sabido que el propósito de cada imperio es solamente uno,
el de dominar y enriquecerse, como de
auto sustentarse de los que están bajo su dominio. De modo que en el futuro le
serán cortadas esas ramas, que están
bajo la dependencia del tronco; por algún
medio que Dios determine, impidiéndole así la posibilidad de ejercer dominio
sobre las otras naciones.
QUITADLE EL FOLLAJE.
Es propicio aclarar que en la versión Reina
Valera, Podría parecer ilógico, que primero diga de cortar las ramas del árbol,
y luego agregue quitadle el follaje; ya que al cortar las ramas las hojas se secan y caen automáticamente.
Pero la Nueva Traducción Viviente de la Biblia,
nos aclara mejor ese proceso dando a entender que la orden del mensajero es
para que se ejecute todo en un solo momento, y no como una secuencia de cosas al decir: en el 4:14 El
mensajero gritó: ‘¡Talen el árbol y córtenle las ramas! ¡Sacúdanle las hojas y
desparramen su fruta! Espanten los animales salvajes que están bajo su sombra y
las aves que están en sus ramas.
Esto claramente nos da a entender que no se trata
solamente de una sentencia para rey
Nabucodonosor, ni de un simple
árbol, sino de una doble aplicación de lo que representa proféticamente
para el futuro; al terminar el tiempo
que Dios les ha concedido a los gentiles. Y no solamente
a ese imperio comercial, sino también al religioso. Así está previsto
para esas dos Babilonias (cuyo significado es confusión) tanto para la
religiosa, como para la comercial que se menciona Apocalipsis 18.
Es notorio que actualmente existen dos imperios el religioso, y el político económico
con gobernantes al estilo del rey Nabucodonosor, los cuales no escatiman esfuerzo
alguno, para difundir que son los seres más poderosos de este mundo.
Es bueno aclarar que estos dos imperios, el religioso y el económico, no es
que surgirán en el futuro ya que “existen
actualmente”, ni que su caída será para
un futuro muy lejano. De modo que por el momento solamente se disertará sobre el
político económico.
Ese imperio como
se dijo está actualmente activo, ya que son varias las naciones que se
atribuyen ser las más poderosas de este
mundo. Sin embargo solamente Dios es el que sabe el destino y desarrollo de cada una de ellas, como la que se gloriará
de su fuerza y poder en el futuro. Ya que no es el sentir de este estudio
condicionar la mente de los lectores, en nombrar alguna de ellas.
Seguramente muy pronto alguien pondrá en alto la grandeza de esa nación, donde
muchas más pequeñas tienen que estar sujetas a ese poderío, para que puedan
vivir tranquilas, y recibir “la savia”
necesaria para subsistir. Toda nación tanto grande como pequeña, deberían reconocer a Dios como
él que levanta y abate los reinos, y obedecer a sus mandatos.
Como se
puede ver si se le aplica a ese imperio la función de las hojas, que en el
árbol es de producir los frutos, al quitársele
las ramas y el follaje ya no le será posible continuar con lo que podía
producir, hasta el momento que el árbol fuera abatido. Es decir esa producción de bienes y alimentos, que intercambiaba entre las
naciones, antes de ser cortado, ya no podrá continuar haciéndolo; el 4:21 lo ratifica
claramente al decir: “cuyo
follaje era hermoso, y su fruto abundante, y en que había alimento para todos, debajo del cual moraban las
bestias del campo, y en cuyas ramas
anidaban las aves del cielo.”
Este corte o recesión que sufrirá ese imperio, se podría relacionar
con ese tercer jinete, del capítulo 6 de
Apocalipsis, que es símbolo del hambre que vendrá en este mundo. Ya que ese
productor de alimentos no estará en capacidad de hacerlo. Todo lo expuesto, nos indica que se avecinan tiempos difíciles para este mundo.
DISPERSAD SU FRUTO. Cuando algo acontece,
sea por fenómenos naturales, catástrofes, guerras, o pestilencias, las
consecuencias son: imposibilidad de producir alimentos, con sus consecuencias
de pobreza y hambre, donde todos sufren debido a la escasez. Esta se refleja tanto en el
hombre como en los animales. Esta es la
razón por la cual el mensajero dice: “váyanse las bestias que están debajo de
él, y las aves de sus ramas”.
Ya que al ser derribado, no había razón alguna para los
animales estar cobijados en ese árbol, desde
ese momento ya no sería útil el estar allí; al dejar de ser
productivo, ni poder ofrecer su sombra. De
la misma manera acontecería con el imperio
babilónico, que al estar en la cúspide
del poder en el tiempo de su prosperidad, es abatido completamente por la
voluntad de Dios. Como ya leímos en Jeremías
51 que dice: ¡Yo, el SEÑOR, he
hablado! ¡Escuchen! Oigan el llanto de Babilonia, el sonido de la gran
destrucción que surge de la tierra de los babilonios. Pues el SEÑOR
destruye a Babilonia; silenciará su
vozarrón.
Así lo describe en Dan 4:12 que: “Su follaje era
hermoso y su fruto abundante, y había en él alimento para todos. Debajo de él se ponían a la sombra las
bestias del campo, y en sus ramas hacían
morada las aves del cielo, y se mantenía de él toda carne.
Aunque esa situación pueda causar trastornos a la
humanidad entera, sólo será por poco tiempo. Ya que después le siguen tiempos más saludables para todas
las naciones, porque Jesucristo con sus
escogidos, establecerán un reino eterno,
y ningún otro imperio podrá en adelante volverse
a levantar; debido a que concluyó el
tiempo concedido por Dios a Satanás por medio de los pueblos gentiles, para que gobiernen este mundo.
Desde ese momento todo cambiará, así lo dice en Daniel
2:44: “Y en los días de estos
reyes el Dios del cielo levantará un reino que no será jamás destruido, ni será
el reino dejado a otro pueblo;
desmenuzará y consumirá a todos estos reinos, pero él permanecerá para siempre.” Siendo este un reino que será
igual para todos es decir para grandes y pequeños sin favoritismos.
Este nuevo reino, será de paz y justicia, allí no habrá ninguna
nación que se enseñoreará de otra para esclavizarla. Ni quien obligará a otras con
amenaza de guerra por ser más poderosa; sino que cada uno disfrutará del fruto
de su trabajo como lo relata en Isaías 65:22
al decir: “No edificarán para que otro habite, ni plantarán para que otro coma; porque según los días de los árboles serán
los días de mi pueblo, y mis escogidos
disfrutarán la obra de sus manos.”
En
el pasaje que veremos a continuación, es donde un vigilante y santo sentencia proféticamente el
corte de ese árbol. Luego el profeta Daniel es el que le da al rey una explicación
del sueño que tuvo. Este versículo se podría dividir en cuatro partes, de las
cuales dos de sus sentencias; se refieren directamente al imperio babilónico, y
a un futuro imperio haciendo referencia al
árbol; mientras las otras dos, conciernen
directamente a lo que le acontecería al rey.
Dan
4:23 “Y en cuanto a lo que vio el rey, un vigilante y santo que descendía del cielo
y decía: 1)Cortad
el árbol y destruidlo; 2) más
la cepa de sus raíces dejaréis en la tierra.
3) Con atadura de hierro y de bronce en la hierba
del campo; y sea mojado con el rocío del
cielo, y con las bestias del campo sea
su parte.
4) Hasta que pasen sobre él siete tiempos”
La primera parte del
pasaje, se refiere a ese árbol como ya se dijo, siendo un tipo tanto del
imperio babilónico del tiempo de Nabucodonosor, como de ese otro que estará
presente en estos últimos tiempos. Donde se le cortaría toda
su capacidad de dominio y productividad al
decir: Cortad el árbol
y destruidlo. En otras palabras rendirlo inútil para ostentar el dominio.
La
segunda parte, es donde el vigilante da a
entender que la destrucción del árbol no sería total, solamente sería inutilizado
al decir: “la cepa de sus raíces dejaréis en la tierra.” Quedarían
únicamente sus raíces y
tronco para subsistir, como recuerdo de
la gloria que tuvo en otro tiempo.
La
tercera parte, claramente se refiere a lo que le
acontecería al rey como persona, con todos los detalles, inclusive de su
restauración. Después de él reconocer, que es
Dios quien domina todo; y le acontece
todo como lo decretó el ángel.
La cuarta y última parte, establece el tiempo que pasaría el rey sin tener el dominio de su imperio al decir: “HASTA QUE PASEN
SOBRE ÉL SIETE TIEMPOS.” (siete años) Luego en el 4:26 al hablar
de su restauración dice: “Y en
cuanto a la orden de dejar en la tierra la cepa de las raíces del mismo
árbol, significa que tu reino te quedará firme, luego que reconozcas que el cielo gobierna.”
La
sentencia para el árbol.
Lo primero a considerar, es esa sentencia del vigilante al
decir: Cortad el árbol
y destruidlo. Aunque ese
juicio está dirigido contra el imperio y
el rey, no se puede pasar por alto que la profecía
tiene doble significado o alcance.
Ya que sería difícil o imposible poder
conciliar lo que expresa el verso 4:21, si se refiriera únicamente al rey, al decir:
“cuyo follaje era hermoso, y su fruto abundante, y en que había alimento para todos,
debajo del cual moraban las bestias del campo,
y en cuyas ramas anidaban las aves del cielo.” Ya que esas palabras no pueden referirse al rey como tal sino a su
imperio; que no cayó en ese momento sino después de que el rey fuera restaurado;
reinando Baltasar posiblemente su nieto.
Está claro, que no
todo lo expresado por el vigilante, se relaciona directamente con el rey, dando lugar a pensar que se refiere también a
su gran imperio. Donde muchos pueblos, y animales vivían bajo ese régimen, con abundante alimento para
todos. Teniendo también en cuenta, que el imperio a su vez se beneficiaba de los pueblos que estaban bajo su
dominio.
De modo que la
predicción para ese árbol, es aplicable, tanto al imperio de esa época como al mismo rey; y
proféticamente, a un imperio similar que estará presente en el futuro al final
del tiempo concedido por Dios a los pueblos gentiles. Cuyo imperio tendrá también un corte similar al
de ese árbol, donde de alguna manera sería podado e inutilizado, hasta dejarlo sin
poder alguno.
Sin embargo como
ya se dijo, será derribado de tal
manera que no podrá ejercer más el poder
que haya podido acumular; sea este en el campo político-militar, como en el económico y productivo de su tiempo.
Será una recesión total, nunca registrada en el tiempo de su existencia, y solamente por la misericordia de Dios, no será destruido
totalmente como lo afirma el vigilante al decir: “más la cepa de
sus raíces dejaréis en la tierra.”
La enseñanza que nos
puede dar a conocer esa frase es: que su total destrucción no está contemplada
en esa profecía, sino un doloroso y
humillante corte, una lección donde tendrá tiempo suficiente para recapacitar, reaccionar y entender, que hay
uno sólo que rige los destinos de este
mundo. Y se le quite tanto al gobernante
como a sus ministros todas las pretensiones de grandeza y dominio.
En ese tiempo ya
no habrá posibilidad de que se levante nación alguna
con la aspiración de dominio. Ya que estará reinando el Rey de reyes, y las leyes de paz y justicia serán emanadas
desde la sede de ese gobierno que ya no
tendrá fin.
La
sentencia perteneciente a rey.
La tercera parte
es la que realmente concierne a la suerte del rey Nabucodonosor, ya que lo que dijo el vigilante se cumplió en
el rey al decir: “con atadura de
hierro y de bronce en la hierba del campo; y sea mojado con el rocío del
cielo, y con las bestias del campo sea
su parte, hasta que pasen sobre él siete tiempos.”
Cuando Daniel le
explica al rey el sueño le advirtió que redimiera sus pecados y desde
ese momento de la advertencia, habían
pasado doce meses sin que nada aconteciera, y seguramente todo lo que Daniel le había explicado tal vez no lo tomó muy en cuenta llegando a pensar que todo eso era un simple sueño, pero al no hacer caso de la revelación, ni del
consejo que le dio el profeta.
Como lo revela la misma palabra, estando en su palacio él mismo rey pronunció su sentencia, al no reconocer
al que tiene el dominio de todas las cosas, sean de este mundo como del
universo al decir: Al
cabo de doce meses, paseando en el
palacio real de Babilonia, habló el rey y dijo:
¿No es ésta la gran Babilonia que yo edifiqué para casa real con la
fuerza de mi poder, y para gloria de mi
majestad? Aún estaba la palabra en la boca del rey, cuando vino una voz del cielo: A ti se te
dice, rey Nabucodonosor: El reino ha sido quitado de ti.”
En todo ese tiempo no había aprendido la
lección, ni por todas las revelaciones
que Dios le dio, ni por las maravillas, (del milagroso rescate de los tres
hebreos) pudo hacer caso al consejo que recibió. Como a muchos hoy día que se les habla del
amor de Dios y de Jesús, como el
Salvador de sus almas y no le prestan
atención alguna.
Pero
todo lo que está escrito en la Biblia
que es la palabra de Dios, tiene su
tiempo y le llega el momento de su cumplimiento. El mismo Jesús en tres
de los cuatro
evangelios claramente lo afirma al decir: “El cielo y la tierra pasarán, pero mis
palabras no pasarán.
En este
caso del rey, todo se cumplió conforme a lo que le fue explicado por Daniel,
doce meses antes al decirle en el 4:32: “y de entre los hombres te
arrojarán, y con las bestias del campo
será tu habitación, y como a los bueyes
te apacentarán; y siete tiempos pasarán
sobre ti, hasta que reconozcas que el
Altísimo tiene el dominio en el reino de los hombres, y lo da a quien él quiere. En la misma hora
se cumplió la palabra sobre Nabucodonosor,
y fue echado de entre los hombres;
y comía hierba como los bueyes, y
su cuerpo se mojaba con el rocío del cielo,
hasta que su pelo creció como plumas de águila, y sus uñas como las de las aves. Mas al fin
del tiempo yo Nabucodonosor alcé mis ojos al cielo, y mi razón me fue devuelta; y bendije al Altísimo, y alabé y glorifiqué al que vive para
siempre, cuyo dominio es
sempiterno, y su reino por todas las
edades.”
Con
esto termina este relato profético el cual abarca, tanto ese tiempo del gran
imperio babilónico, al mando del
rey Nabucodonosor, como su castigo, y la caída de ese imperio.
Las historias se repiten en el tiempo.
Como las cosas se repiten, proféticamente en
el futuro surgirá un gran imperio, con un gobernante que también desestimará a
Dios actuando como Nabucodonosor. El cual se atribuirá el poder y dominio, no dando la gloria a Dios, que permitió su crecimiento.
Este pondrá en alto tanto su imperio como su ego; no
reconociendo al único que tiene el
dominio eterno de todas las cosas, tanto
en el cielo como en este mundo.
Muy
pronto, tanto ese futuro imperio como su gobernante serán cortados, para dar
paso a un ser despreciable (el anticristo) que estará al mando de una coalición
de diez reyes, los cuales tomarán por un
breve período, el control de este mundo, por esos siete años. (Siete tiempos)
Luego aparecerá Jesucristo en persona con sus santos, para establecer ese prometido “reino de Dios”. Como también se presentara a su pueblo de Israel, que lo rechazó en su primera venida a este mundo.
Este
reinado iniciará con un período de mil años, donde regirá la paz y la justicia, cuyo gobierno como se dijo
tendrá su sede en Jerusalén. Al finalizar este milenio, iniciará otro que no
tendrá fin como lo profetizó Daniel en
el 2:44 diciendo: “Y en los días de
estos reyes el Dios del cielo levantará un reino que no será jamás
destruido, ni será el reino dejado a
otro pueblo; desmenuzará y consumirá a
todos estos reinos, pero él permanecerá
para siempre.” Amen
Aggeo
Palumbi, junio de 2017- revisado abril 2020