miércoles, 10 de junio de 2020

QUE SERÁ DE NOSOTROS DESPUÉS DE LA MUERTE


                         QUE SERÁ DE NOSOTROS DESPUÉS DE LA MUERTE.
Proverbios. 14.12 Hay camino que al hombre le parece derecho; Pero su fin es camino de muerte.
PROLOGO.
Saber lo que será de nosotros después de la muerte, es uno de los misterios que muy a menudo pasa por la mente de gran parte de nosotros. Seguramente en algún momento de nuestra vida nosotros mismos nos hemos hecho esa pregunta, o hemos escuchado algunas de las teorías tradicionales que se han difundido; donde  muchas de ellas solamente sirven para confundir a los oyentes. Debido a que en su mayoría, son conceptos erróneos que salen de la fantasía de la mente humana. 
Antes de iniciar el desarrollo de este tema, e necesario entender que los seres humanos, sean hombres o mujeres, estamos compuesto de una tricotomía. Es decir que no somos únicamente un cuerpo que podemos ver y palpar, sino estamos compuestos de tres partes; ya que  Dios nos formó con un espíritu, un alma y un cuerpo. Esto no es algo que sale de la mente o del pensamiento  humano,  sino  lo que nos enseña la palabra de Dios en la primera carta del apóstol Pablo a los Tesalonicenses 5:23 que dice: “Y el mismo Dios de paz os santifique por completo;  y todo vuestro ser,  espíritu,  alma y cuerpo,  sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo.” Se aclara esto debido a que  hay quienes piensan que únicamente tenemos un cuerpo.  
                                                                               
Es por eso que para muchos el tema después de la muerte sin la guía de la Biblia, sigue siendo un misterio para la mente humana. Donde algunos al pensar en esa incógnita, sacan de sus mentes teorías que no se encuentran en la palabra de Dios.  
Donde hay quienes enseñan, esa falsa teoría que con la muerte termina todo, pereciendo alma y cuerpo. Basándose en ese versículo de Eclesiastés que se refiere únicamente al cuerpo, y no al alma y lo utilizan para apoyar esa teoría. Refiriéndose ese pasaje bíblico a los que viven debajo del sol, al cuerpo, y no del alma que es la parte que no perece.

Eclesiastes 9:5 dice: Porque los que viven saben que han de morir;  pero los muertos nada saben,  ni tienen más paga;  porque su memoria es puesta en olvido. También su amor y su odio y su envidia fenecieron ya; y nunca más tendrán parte en todo lo que se hace debajo del sol. Dando a entender que esa parte del cerebro donde se almacenan los recuerdos, es desecha al morir el cuerpo. Más  no el alma, ya que ella no muere,  como se explicará más adelante, con una enseñanza del mismo Jesús.
Otros enseñan o creen que al morir se reencarnarán nuevamente naciendo en otra persona u otro ser. Como aquellos que creen que al morir estarán confinados por un tiempo en un lugar llamado purgatorio, para luego de un período de tiempo en ese sitio, alcanzar el cielo o paraíso. No faltan los que se preguntan: ¿si al perder algún ser querido, en el más allá existe la posibilidad de reencontrarse y reconocerse? Como se puede notar hay varias teorías e incógnitas pero existe una sola verdad, que  la encontramos en la palabra de Dios, que es la que no revela la voluntad de Dios.      

Es interesante ahora preguntarse: ¿qué pasará realmente con mi alma después que se separe de este cuerpo al dejar este mundo? Bien en esta exposición es que se contesta esa pregunta. Dios como nuestro creador, no podía después de habernos dado la vida, habernos dejado en la obscuridad en un tema tan, pero tan importante como el  de saber “qué será de nosotros después de la muerte.”

Para saber con exactitud lo que nos espera a cada uno de nosotros al morir, y separarse el alma del cuerpo, debemos recurrir a la única fuente fidedigna, donde podremos estar seguros de obtener la verdad sobre este importante tema. Esto solo se puede encontrar en la Sagrada Biblia, la guía que Dios le dejó al hombre; y no dejarnos llevar por conceptos o tradiciones de hombres, fruto de la mente e imaginación humana. Ya que los pensamientos  humanos  y las tradiciones son las que tergiversan la verdad de la Biblia. Y toda teoría o enseñanza  que no esté acorde con la  palabra de Dios, es únicamente para  defender sus  falsas doctrinas.
En efecto, la palabra de Dios en varios de sus relatos, nos da a entender lo que le acontece al ser humano después de la muerte, al producirse  la separación de esos tres elementos de la siguiente manera: el espíritu vuelve a Dios quien lo dio. Eclesiastés 12:7 y el polvo vuelva a la tierra, como era, y el espíritu vuelva a Dios que lo dio.
Y el alma como se explicará más adelante, irá a uno de los dos lugares preparados para ella, bien sea en el Hades, o en el paraíso, siendo este el sitio que Jesús le dijo al ladrón en la cruz: hoy estarás conmigo en el paraíso. Esto dependiendo de su fe y obediencia a Dios. Y el cuerpo como todos sabemos al haber terminado el propósito por el cual nos fue dado, vuelve a la tierra de donde fue tomado al ser sepultado, terminando así su misión.

La palabra de Dios en varios escritos, nos da a entender que en el ser humano al morir, se efectúa la separación de esa tricotomía del espíritu, el alma y cuerpo. Donde todos sus sentidos, la conciencia, los recuerdos y pensamientos, permanecen en el alma; pudiendo reconocer a aquellas personas con las cuales compartió en esta vida, como comunicarse con otras almas etc. También se nos enseña, que en esa otra dimensión hay únicamente dos lugares que son: estar donde el alma es consolada con la presencia del Señor, o el otro donde estará atormentado, en solo pensar de no haber aprovechado de buscar a Dios mientras podía ser hallado. O escuchar el mensaje de Dios, en el momento oportuno.
 A continuación se explicará con detalles algunos de los relatos que se encuentran en la Biblia los cuales revelan y aclaran estas incógnitas, siendo ella la única guía confiable, y necesaria que Dios le ha dejado al ser humano.
Por último como un consejo para aquel que tenga la oportunidad de leer esta exposición, se quiere aclarar que este escrito no es para inducir a quien lo lea a un cambio de pensamiento, creencia o religión, sino el de poner a su alcance, temas que están contemplados y respaldados por la Biblia.
La cual, hay que considerarla como la única fuente digna de crédito, por ser la revelación que Dios le dejó al hombre como guía en su peregrinaje por este mundo. Es ella la que tiene que convencer, quien es que tiene la verdad y donde encontrarla.   
Uno de los propósito de esta exposición es, para que después de leer este escrito, poderlo comparar con lo que le han enseñado, y por su misma cuenta y razonamiento llegar a saber dónde está la verdadera respuesta a estas incógnitas.

Por último se añade, que de no creer que la Biblia sea la Palabra de Dios, donde le revela al hombre toda su historia desde su creación, hasta el fin de sus días, y aún más allá en el futuro; sería perder el tiempo en seguir su lectura, ya que toda su exposición está basada en los escritos que contiene la palabra de Dios; y no en una doctrina un credo o una  religión en particular.  

EL RICO Y LÁZARO.
Este relato, de la Biblia es el más completo y detallado, del tema que se está tratando, y se encuentra en el evangelio según San Lucas. Es importante resaltar, que únicamente Jesús podía revelar esta historia, ya que solamente  Él,  siendo el hijo de Dios, conocía todo lo concerniente al más allá. Pudiendo  así relatar con todo detalle la vida y facultades del alma en esa dimensión; que para hasta ese momento era  desconocido para nosotros los vivientes.

A continuación se trascribe el relato ya mencionado de Lucas 16.19,31: “19 Había cierto hombre rico que se vestía de púrpura y lino fino, celebrando cada día fiestas con esplendidez. Y un pobre llamado Lázaro yacía a su puerta cubierto de llagas, ansiando saciarse de las migajas que caían de la mesa del rico; además, hasta los perros venían y le lamían las llagas. Y sucedió que murió el pobre y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham; y murió también el rico y fue sepultado.  En el Hades alzó sus ojos, estando en tormentos, y vio* a Abraham a lo lejos, y a Lázaro en su seno. Y gritando, dijo: "Padre Abraham, ten misericordia de mí, y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua y refresque mi lengua, pues estoy en agonía en esta llama." Pero Abraham le dijo: "Hijo, recuerda que durante tu vida recibiste tus bienes, y Lázaro, igualmente, males; pero ahora él es consolado aquí, y tú estás en agonía. “Y además de todo esto, hay un gran abismo puesto entre nosotros y vosotros, de modo que los que quieran pasar de aquí a vosotros no puedan, y tampoco nadie pueda cruzar de allá a nosotros."  Entonces él dijo: "Te ruego, pues, padre, que lo envíes a la casa de mi padre, pues tengo cinco hermanos, de modo que él los prevenga, para que ellos no vengan también a este lugar de tormento." Pero Abraham dijo*: "Ellos tienen a Moisés y a los profetas; que los oigan." Y él dijo: "No, padre Abraham, sino que si alguno va a ellos de entre los muertos, se arrepentirán." Mas Abraham le contestó: "Si no escuchan a Moisés y a los profetas, tampoco se persuadirán si alguno se levanta de entre los muertos." La frase ellos tienen a Moisés y los profetas, hace referencia a los escritos de la Biblia dejados por ellos.
Hay quienes piensan y enseñan para sostener sus falsas teorías, que el anterior relato, es una parábola, y por supuesto algo figurado para una enseñanza y no algo real. Los que afirman tal cosa lo hacen con el fin de tranquilizar a sus feligreses, la situación de sufrimiento sin maquillaje alguno, de aquel que no se ajuste a las enseñanzas de la palabra de Dios, como lo revela el relato.

El estudioso de las escrituras, se dará cuenta que Jesús en ninguna de sus parábolas, mencionó el nombre específico de algún personaje de la vida real, como lo hizo en ese relato al nombrar a Lázaro y Abraham. Siendo ellos seres que realmente existieron, y que no vivían en ese momento de la enseñanza. De haber sido una parábola no tenía por qué haberlos nombrado.
Esto da a entender que no se trataba de una revelación didáctica, que se podría alcanzar con una parábola; sino de algo verídico y ajustado a la realidad, de la vida en ese más allá, que para ese momento  solamente era conocido por Jesús, que vino de esa dimensión al humanarse.
Es oportuno volver a repetir que este relato solo podía ser presentado por Jesús, el cual tenía pleno conocimiento de la situación de las almas que dejan este mundo después de la muerte. Este ejemplo es tan didáctico para los que son justificados por la fe en Dios, como para los incrédulos e impíos. En efecto el Señor inicia haciendo notar la diferencia de los dos intérpretes desde el momento de su muerte, ya que dice: sucedió que murió el pobre y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham; (el actual paraíso) y murió también el rico y fue sepultado.” Estableciendo así un trato completamente diferente después de la muerte, para ambos protagonistas.
Referente a ese lugar del  Hades que allí se menciona,  es necesario tener presente y aclarar, qué antes de la muerte y resurrección de Jesucristo, las almas de todos los que murieron, desde Abel que lo inauguró hasta Jesucristo; tantos las almas de los justos como de los impíos, estaban en ese  sitio llamado Hades. Como  la Palabra de Dios enseña y leímos, ambos sitios estaban separados  por un  gran abismo que  impedía el pase de un sitio a otro. Pero ambos estaban en ese sitio de espera.
Donde en el sitio que la palabra define como “el seno de Abraham”, estaban los justificados por su fe en obediencia a la ley de Dios. En el otro lugar estaban los  que no le hicieron caso, a las advertencias de los profetas enviados para enseñar el camino de la salvación del alma, y por medio de la palabra de Dios.
El  mismo rico testifica que en ese lugar estaba atormentado, en  pensar cómo desperdició la oportunidad que tuvo en esta vida, de buscar a Dios mientras podía ser hallado. Todo eso por seguir las enseñanzas de la tradición de los hombres, y no lo que Dios enseña y está escrito en su santa palabra.
Los que muchos no mencionan es: ¿qué Jesús hizo en esos tres días que permaneció en la tumba? Pues cuando Él murió descendió al Hades para predicar a las almas que estaban allí en especial a los que no creyeron a al mensaje de  Noé, ya que ellos no tenían todavía una ley escrita como dice en 1Pedro 3:19: en el cual también fue y predicó a los espíritus encarcelados, los que en otro tiempo desobedecieron,  cuando una vez esperaba la paciencia de Dios en los días de Noé,  mientras se preparaba el arca,  en la cual pocas personas,  es decir,  ocho,  fueron salvadas por agua.
 Luego Jesús a los que en esta vida confiaron en Él, que estaban cautivos en ese lugar, mencionado  como el seno de Abraham, los llevó otro lugar llamado Paraíso,  que es el que le prometió a ladrón estando en la cruz; Al decirle “hoy estarás conmigo en el paraíso”. Este acto de trasladar a los fieles que estaban cautivos allí, no se  podía efectuar antes que Él venciera en la cruz tanto al  pecado como a la muerte. Solo después de esa victoria Él pudo trasladar a los suyos que estaban retenidos allí a un nuevo y mejor lugar de consuelo.
Desde ese momento el Hades solamente quedó para los impíos, de todos  aquellos que nunca obedecieron ni obedecerán a Dios. Esto se puede confirmar y entender mejor al leer en Efesios 4.8,10 que habla de ese hecho diciendo: “por tanto, dice: cuando ascendió a lo alto, llevó cautiva una hueste de cautivos, y dio dones a los hombres. 9 (Esta expresión: ascendió, ¿qué significa, sino que él también había descendido a las profundidades de la tierra? (Hades) El que descendió es también el mismo que ascendió mucho más arriba de todos los cielos, para poder llenarlo todo.)”
Solo hay que añadir que este paraíso hay que considerarlo como dice en Apocalipsis 4.13 un lugar para que descansen de sus trabajos, Ya que ese  no es el lugar y destino final de los creyentes; porque para los que acuden a Dios como él dice en 1 Cor 2:9 le tiene maravillosas, Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, Ni han subido en corazón de hombre, Son las que Dios ha preparado para los que le aman.
Actualmente todos los que mueren creyendo  en Cristo, están reunidos en el paraíso en espera de ser revestidos de un cuerpo de gloria. Eso acontecerá cuando el Señor venga en las nubes con los que murieron ya resucitados, y los que vivamos en ese momento seremos  revestidos de un nuevo cuerpo al ser arrebatados, reuniéndonos con los que vienen con el Señor.
Para algunos que no creen que el alma sigue con vida después de la muerte, el pasaje de Lucas 23.24 donde Jesús le dice al ladrón en la cruz: "En verdad te digo: hoy estarás conmigo en el paraíso;" Tratan de cambiarle el sentido a la frase, porque no creen que el alma es eterna; ya que esta afirmación va en contra de sus teorías. Sin embargo esto no cambia absolutamente nada, ya que hay varios pasajes en las sagradas escrituras que afirman que el alma no muere, así como está demostrado en este relato del rico y Lázaro.
Regresando al relato de Lucas 16, el rico estaba en el Hades en una situación de tormento, mientras Lázaro aun estando en el mismo lugar, se encontraba donde era consolado de sus aflicciones humanas. Es preciso aclarar a este punto, que el rico no estaba allí por sus riquezas, ni Lázaro estaba en el lugar de consuelo por ser un pordiosero; sino por escuchar y obedecer obrando  conforme a los mandatos de Dios. Mientras que el rico hizo caso omiso a la ley de Moisés y los profetas, sinónimo de la Palabra de Dios.

En ese relato, resalta que se establece un dialogo entre el rico y Abraham, esto acontece como si ellos estuvieran en vida y con sus antiguos cuerpos. (A menudo al leer este relato de una manera superficial, suele ocurrir que algunos no toman en cuenta, que los que están conversando son las almas de estos protagonistas que se hablan, se ven, y oyen, cuyos cuerpos estaban en sus tumbas). Es en este momento cuando  surge  la pregunta: ¿con que cuerdas vocales hablaban, con que ojos veían, y con que  oídos oían; si sus cuerpos estaban en sus sepulcros? 
De manera que al leer este pasaje bíblico,  es preciso tener presente  que los cuerpos de estos personajes estaban en sus respetivas tumbas. Y el relato explica de una manera muy clara, cómo se  comporta el alma, después de estar separada de este cuerpo. Aunque pueda parecer extraña el alma continúa con vida, y con todas  sus facultades aún después de separarse del cuerpo. Esto nos da a entender, que las almas en esa otra dimensión al estar separadas del cuerpo tienen todas esas  facultades. Como seguramente podrán tener otras que no nos  han sido reveladas y no conocemos.

La primera cosa que se nos revela o resalta es que el alma es sensible y consciente de sus actos, ya que aunque el rico estaba en ese lugar, y en agonía, en ningún momento reclama que era injusto que estuviese en ese sitio. Él  sabía que ese era el lugar donde le correspondía estar por su comportamiento hacia la ley de Dios y el prójimo, por lo tanto él solo pedía un poco de alivio.
Luego dice que alzando sus ojos vio de lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno, considerando que los ojos de su antiguo cuerpo estaban sepultado en la tumba, donde yacía su cuerpo, nos preguntamos: ¿con que ojos él podía ver? Y luego ¿cómo podía reconocer a Abraham de tan lejos considerando que estaban separados por un gran abismo? Esto no da a entender que la capacidad que tiene el alma de ver, es muy superior a la humana.
Examinando otros detalles de ese relato, donde dice que había un gran abismo que los separaba, y que el rico gritando dijo: "Padre Abraham, ten misericordia de mí, y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua y refresque mi lengua, pues estoy en agonía en este lugar.” Esta  petición nos enseña que tenía tanto la facultad de reconocer a los demás como la de comunicarse con otras almas ya que nombra a Abraham y a Lázaro.
Luego para darnos a entender que los recuerdos de la vida, permanecen en el alma, sean estos buenos o malos, el rico nuevamente se dirige a Abraham y le dice: "Te ruego, pues, padre, que lo envíes a la casa de mi padre, pues tengo cinco hermanos, de modo que él (Lázaro) los prevenga, para que ellos no vengan también a este lugar de tormento." Esta petición nos da a entender que los que nos precedieron quisieran avisarnos y regresar para alertar a los familiares y parientes, del peligro que corren sus almas de no aceptar la salvación que Dios ofrece, tan solo con  creer en su Hijo Jesucristo de todo corazón para ser salvo.
No puede haber para el ser humano, un plan de salvación más sencillo y que agrade a Dios, como el que la Biblia, nos muestra en el libro a los Romanos 10.9, que dice: "que si confiesas con tu boca a Jesús por Señor, y crees en tu corazón que Dios le resucitó de entre los muertos, serás salvo; Porque con el corazón se cree para justicia, y con la boca se confiesa para salvación."

Eso es todo, sin todos esos enredos que el hombre y las tradiciones nos enseñan.
Como ya se explicó por la anterior conversación de los dos protagonistas, no existe posibilidad alguna, que alguien pueda regresar de ese lugar de los muertos a este mundo. Razón por la cual solo resta un camino y este es: que el hombre crea que Dios el Padre ha resucitado a Jesús de los muertos, y confiese o le diga con su boca a Dios: Padre yo creo de todo corazón que tú resucitaste a Jesús de entre los muertos.  

Algo más sencillo y seguro y bíblico que agrade a Dios para ser salvo no lo hay.
Dios hizo las cosas fáciles para la salvación del hombre, es el hombre con sus teorías e interpretaciones personales de la Palabra de Dios que lo complica todo.

CONCLUSIÓN
Muchas religiones para infundir a sus seguidores una sensación de seguridad de la salvación de sus almas, y obviar el castigo que estaba sufriendo el rico en el relato, tratan de presentar a sus devotos doctrinas no bíblicas que ofrecen una segunda oportunidad después de la muerte.

Esta segunda oportunidad no existe ni está contemplada en la palabra de Dios, la cual es muy clara al decir en el libro a los Hebreos 9:27 lo siguiente: “Y así como está decretado que los hombres mueran una sola vez, y después de esto, el juicio.             La anterior afirmación nos da a entender que tampoco existe o hay una segunda oportunidad que le es dada al hombre; aunque algunas teologías religiosas presenten alternativas para tranquilizar a sus fieles.
 Dando por sentado que: con la muerte No todo termina, la vida continúa y habrá un juicio.  Pero  ellos aun sabiendo que no están en la verdad continúan enseñando que hay otra oportunidad en el más allá.
 Sin mencionar a estas organizaciones eclesiásticas citaremos algunas de estas supuestas segundas e anti bíblica oportunidades fruto de las mentes humanas. Una de estas organizaciones religiosas enseña que cuando una persona muere termina su existencia, ese día perecen todos sus pensamientos, en otras palabras acontece la supuesta destrucción de su alma. Luego la vida de esta persona depende si esa alma está o no en la mente de Dios; o sea, si se portó bien en esta vida estará en la mente de Dios y él le resucitará, de lo contrario habrá desaparecido para siempre y no habrá de él más memoria.
El propósito de esta teoría es clara, enseña que se puede vivir una vida como mejor le parezca, sin preocuparse de lo que uno hace, ya que al final de sus días todo cesará no habrá más memoria de él, no sufrirá ningún castigo por sus pecados.  (Omitiendo completamente el caso del rico en el Hades que estaba sufriendo en aquel lugar). De modo que puede matar, robar adulterar, blasfemar de Dios y todo terminará sin castigo con la muerte de cuerpo. No se sabe de dónde surge esa teoría, pero se puede asegurar que no se encuentra en la palabra de Dios, ya que ella nos muestra todo lo contrario.

Otras creencias muy difundida y siempre con el propósito de huir del juicio de Dios, para el desobediente a sus mandatos y ordenamientos, han inventado, popularizado y dado a creer la doctrina de la reencarnación. Esta consiste que las personas obtienen  un cuerpo material no solamente una vez sino varias veces y en diversos cuerpos. El cristianismo rechaza la reencarnación ya que es contraria a las enseñanzas bíblicas, y contraria a la salvación por medio de Jesucristo y su resurrección.

Para esto solamente nos acogemos a los que dice la Palabra que da suficiente claridad al proceso establecido para la muerte del ser humano, la cual en Hebreos  9.27 como vimos anteriormente "Y así como está decretado que los hombres mueran una sola vez, y después de esto el Juicio". Si  este escrito bíblico no es suficiente,  es porque no se toma en cuenta para nada la palabra de Dios ni su veracidad.
Otros dan a creer a sus fieles, que el bautizo de los niños a temprana edad perdona el pecado original, si luego este vuelve a pecar, y muere sin confesarse por medio de un cura, y que este le dé una supuesta absolución; su alma irá a un lugar llamado purgatorio, donde estará por un tiempo. Luego si alguno de sus parientes paga una misa especial, él puede salir del purgatorio para ir al cielo. Si esta misa no se efectúa, pasado un período indefinido de tiempo, donde es de suponer que haya pagado por todos sus pecados, saldrá de ese sitio para alcanzar el cielo.                                 
Esta teoría, tanto como doctrina, comopor la palabra “purgatorio”, que ni siquiera se nombra en las sagradas escrituras, es una grave ofensa al plan de salvación, que Dios en su amor estableció para  la  humanidad. Ya que por reconciliar al mundo con Él, no habiendo otro medio, tuvo que enviar  a su Hijo para morir inocentemente en una cruz, para quitar el pecado que acusaba al  hombre.
 Estableciendo luego que, únicamente por creer en ese sacrificio tendría la vida eterna. Así lo afirma la palabra en el evangelio de Juan en el 3:16 que dice: “Porque de tal manera amó Dios al mundo,  que ha dado a su Hijo unigénito,  para que todo aquel que en él cree,  no se pierda,  mas tenga vida eterna.
De modo que esa doctrina es una grave ofensa  al plan de Dios para la salvación, porque si ese purgatorio, puede de alguna manera quitar o purgar la deuda del pecado, ¿Por qué la palabra de Dios hace tanto énfasis en el sacrificio de Jesús, simbolizándolo desde el Génesis con el sacrificio de un cordero, hasta su real cumplimiento con la muerte de Jesús en la cruz? Ya que si ese purgatorio puede hacer lo mismo, no era necesario el sacrificio de Jesucristo y su plan de salvación.  
Acerca de esas enseñanzas espurias, que para muchos son del cielo, hay dos versículos de la palabra de Dios, que cada mortal debería meditar atentamente en ellos ya que no todo lo que se pueda pensar proviene de Dios.

En Proverbios. 14.12 dice: Hay camino que al hombre le parece derecho; Pero su fin es camino de muerte." Y en Juan 3.19 "Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, (la luz es Cristo) y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas."
Los que engañan con esas teorías a la humanidad tendrán que rendir cuenta ante Dios, donde en el futuro  la misma palabra los condenará.
Antes de concluir, se quiere añadir algo referente al nuevo cuerpo que recibirán todos los que creen firmemente en Dios, aunque este tema pertenece a la resurrección. Como se ha venido explicando, acerca de lo que le ocurre al ser humano al morir. Y luego lo que le acontece al separarse el cuerpo del alma; al ser esta  desvestida de esa materia  con el cual vivió tanto tiempo  en este mundo.                  
Para que este tema pueda ser más completo, es necesario disertar brevemente sobre la resurrección. Guiándonos por lo que nos enseña la palabra de Dios tanto de esa separación, como cuando luego el alma es revestida nuevamente con un nuevo  cuerpo que es eterno, y de la misma  gloria de la de Jesucristo. Todo esto está prometido por Dios para todas las almas  que  le pertenecen a Él por acudir a Jesucristo.
De  modo que así como el Padre resucitó a su Hijo Jesucristo, de esa misma manera  lo hará con todos aquellos que le aman revistiéndolos de un cuerpo inmortal; tal como dice en Filipenses 3:21 “el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra,  para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya,  por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas. 
Dicho en otras palabras, el alma del creyente será revestida de un nuevo cuerpo de gloria que será eterno. Esa es una promesa de Jesucristo para todos los que creen en Él;  que se encuentra en el evangelio según San Juan 6:40 donde Jesús dice: ”Y esta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquel que ve al Hijo,  y cree en él,  tenga vida eterna;  y yo le resucitaré en el día postrero.”
Aggeo Palumbi 06/2011  revisado 11 de 2019 
aggeop@gmail.com