Interpretar adecuadamente el quinto sello de
este capítulo 6, nos facilitará tener un amplio conocimiento, acerca de algunos
otros pasajes de este libro, que han sido y son difíciles de poderlos entender
plenamente. Algunos de esos temas siempre han sido una incógnita para los
estudiantes de este libro, tales como:
·
¿Quiénes son los de este grupo de almas, que están debajo del altar?
·
¿Quiénes son los consiervos y hermanos que se mencionan en ese sello?
·
¿Quiénes son los “invitados a la cena de la fiesta de las bodas del Cordero”?
·
¿Quiénes son los que resucitarán en la primera resurrección?
Todas estas, como otras preguntas se
responden con la correcta interpretación de este quinto sello.
Cuando el Señor se le apareció a Daniel, en la visión, del capítulo 10 de su libro,
relata que en el cielo hubo una oposición de 21 días para poderle revelar las
cosas que acontecerían en el porvenir, referente
al pueblo de Israel. Luego en el capítulo 12:4 concluye diciéndole: “Pero tú, Daniel, cierra las palabras y sella el rollo hasta el
tiempo del fin. Muchos correrán de aquí para allá, y la ciencia será aumentada”.
Se pudiera pensar que esa última frase,
podría referirse al aumento científico que ha habido, y el progreso obtenido por la ciencia hasta este siglo XXI. Pero ¿por qué no pensar que hacía
referencia al conocimiento de los planes de Dios? Ya que por no ser la profecía para el tiempo de
Daniel, el Señor le dijo que los sellara. Y debido a que ahora estamos en ese “tiempo
del fin”; ha llegado el momento de abrir
los sellos, y es el mismo Cordero que los abre, y así está dando a entender su
palabra.
Para concluir esta breve introducción, se
dirá que el tema central de este estudio es resaltar, que nuestro grande y
Eterno Dios, tiene tres pueblos que ha amado de tal manera que dio Su vida para
pagar la deuda de nuestros pecados. Estos son: Israel, los hermanos ismaelitas
hijos de Abraham y la Iglesia.
¿Qué es lo que nos
enseña el quinto sello?
En Apocalipsis 6:9 nos dice: “Cuando abrió el quinto sello, vi debajo del altar las almas
de los que habían sido asesinados por causa de la palabra de Dios y por causa
del testimonio que tenían. Y clamaban a gran voz, diciendo: ¿Hasta cuándo,
Soberano Señor, Santo y Verdadero, no juzgas y vengas nuestra sangre de los que
moran en la tierra? Y a cada uno le fue dada una túnica blanca, y les fue dicho
que descansaran aún un poco de tiempo, hasta que se completara el número de sus
consiervos, el de sus hermanos que debían ser asesinados también como ellos”. El contenido de este quinto sello resulta
algo difícil de poderlo entender cabalmente, razón por la cual, para
interpretarlo adecuadamente hay que formularse varias preguntas tales como:
1. ¿En qué tiempo acontece ese clamor?
2.
¿Quiénes son los que claman venganza
al Señor?
3.
¿Cuál era la petición de ellos?
4.
¿Por qué no se les había hecho
justicia hasta ese momento?
5.
¿Cuál es el significado de esa
túnica blanca?
6.
¿Por qué tenían que descansar
todavía un poco de tiempo.
7.
¿Quiénes son los consiervos y
hermanos que serían ser asesinados
8.
¿Quiénes
son los siervos de Dios?
Con la ayuda de Dios, se tratará de contestar
cada una de estas preguntas, algunas con
la misma palabra de Dios, y otras con una lógica razonada, ya que para ciertas
cosas no tenemos una revelación abierta de parte de la Biblia. Es posible que
luego de leer este escrito, para algunos la enseñanza haya sido satisfactoria;
mientras para otros no lo será, aunque estos últimos, muchas veces no presentan
argumentos que aporten algo para dar más claridad al tema. Teniendo siempre
presente, que el Espíritu revela las cosas del futuro como a Él le place, y
siempre que se tenga una disposición y deseo de aprender.
1.- En qué tiempo acontece ese clamor.
El clamor a que se refiere esta parte es la del verso 6:10 que dice: “Y clamaban a gran voz, diciendo: ¿Hasta cuándo, Señor,
santo y verdadero, no juzgas y
vengas nuestra sangre en los que moran en la tierra?”
El relato en cuestión se desarrolla, durante
los acontecimientos del día de venganza del Señor, es decir en el período de la
gran tribulación; después que la iglesia haya sido arrebatada.
Esto se puede deducir del verso 4:1 de Apocalipsis,
donde al encontrarse el Apóstol Juan en la isla de Patmos, después de haber
recibido una visión en esa isla, como la orden de escribir a las siete
iglesias, recibe el llamado de subir al cielo; oyendo una voz como de trompeta
que le dijo "sube acá."
Este
llamado no es otra cosa, que un sinónimo del arrebatamiento de la iglesia. Teniendo
en cuenta que de no ser así, Dios hubiera muy bien podido darle a Juan toda la
revelación del libro estando tanto en el
cuerpo, como en espíritu en esa isla. De la misma manera como estando allí, ya
le había dado una visión, que se encuentra desde el 1:12 hasta el 16.
Con esto Dios quiso establecer que la
revelación de Apocalipsis a Juan se dividiría
en tres partes, como lo explica en el verso 1:19 donde le ordena esas
tres fases al decirle: “Escribe las cosas que
has visto, y las que son, y las que han de ser después de estas”.
Las que has visto:
corresponden a esa visión que Dios le dio A Juan que abarca desde el 1:12 al 16, que al ver al Señor en su gloria cae como muerto
a sus pies.
Las
que son: Corresponden tanto a la situación de
las siete iglesias de ese tiempo de Juan, (que abarca desde el 2:1 al 3:21) que al mismo tiempo, servirían
como una enseñanza para las iglesias actuales, para no caer en los mismos errores, hasta el
regreso del Señor para ser arrebatada.
Las
que han de ser después de estas: Aquí surge la
pregunta: ¿después de que?, de las cosas que se le mostrarían al subir en
espíritu al cielo, ya que su cuerpo permanecería en la isla de Patmos, hasta
terminar la misión que se le había encomendado, de escribir todo lo que se le
iba a mostrar. Abarcando desde esa
subida al cielo tipo del arrebatamiento, hasta todos los hechos después del
período intermediario del milenio.
Es
importante como ya se dijo, tener presente que Dios hubiera podido seguir
revelándole a Juan todo el libro de Apocalipsis en esa isla. Pero en el
4:1 le ordena "sube acá”, como para
establecer una diferencia con ese traslado, sinónimo del arrebatamiento. Con el
fin de separar las cosas que acontecerían después de ese glorioso evento de la
iglesia; donde ya la esposa estaría
resguardada.
De
manera que desde ese momento en que Juan sube al cielo, todo el escrito que
sigue no es para la iglesia, debido a
que ella se encuentra en el cielo. De
modo que todo corresponde a las cosas que vendrán después del arrebatamiento, o
sea lo que corresponde a la gran tribulación hasta el capítulo 19, donde aparece de nuevo la iglesia, como
la esposa en las bodas del cordero. Toda
la anterior aclaratoria es para poder entender, en qué tiempo acontece ese clamor
de Apo 6:10.
Regresando al primer punto. Resumiendo,
ese clamor acontecerá durante el período de los días de angustia para este
mundo. El motivo de ese clamor, es probable que sea para diferenciar el grupo
de la iglesia que ya había sido
glorificado y resucitado; de otro grupo igualmente de redimidos, que no
estaba todavía completo. Estos tenían que esperar para que se completara ese
número determinado por Dios. Destacando a su vez, que pertenecen a otro, que no es de
la iglesia.
Por la respuesta que se les da, se puede apreciar
que ellos tenían que esperar un tiempo más, hasta que
se completara con otros mártires, que morirían por la misma causa y fe de
ellos; para luego resucitar todos juntos en la primera resurrección.
Como
se puede observar en la secuencia de ese capítulo 6, ya se habían abierto anteriormente cuatro sellos. Esto nos
pudiera dar a entender que no acontece al inicio de la tribulación, sino entre
el final de los 1260 días y el inicio de la segunda parte. Al abrir ahora este quinto sello, es donde Juan ve que había un grupo de ALMAS, “que habían sido asesinados por causa de la palabra de Dios y por
causa del testimonio que tenían”.
Es posible como ya se dijo, que para ese
momento, todavía no hubiera iniciado el segundo período, donde la bestia o
anticristo, comenzaría a obligar bajo amenaza
de muerte a los que no lo adoren, ni acepten ser sellados. Puesto que los
primeros tres años y medio serán de una aparente paz, para que el anticristo
pueda confundir tanto a Israel, como al mundo entero.
Para
ese específico momento, es de suponer que así como Dios en anteriores
oportunidades libró a Noé del juicio del diluvio, y a Lot de la
destrucción de Sodoma, habrá librado con
el arrebatamiento, a los creyentes para que no pasen por ese período de
venganza, de la tribulación. Como lo asegura en 1Ts 1:10 que dice:
“y esperar de los
cielos a su Hijo, al cual resucitó de
los muertos, a Jesús, quien nos libra de la ira venidera.” De manera que en ese tiempo, de la apertura del quinto sello,
ya los creyentes estarán en el cielo revestidos de ese cuerpo
de gloria.
Amen, así sea. Y que eso
nos de amor hacia nuestros familiares a amigos para que tampoco ellos
pasen por ese tiempo de angustia.
2.- Quiénes son los que claman venganza al
Señor.
Sea por el clamor, como por la respuesta que
reciben en ese momento, se puede deducir
que ese grupo continuaba desvestido del cuerpo de resurrección; por las razones
que se exponen a continuación.
Pero ante todo, se quiere aclarar con el fin
de no crear confusión lo siguiente: quienes son los de este grupo que según
dice en Apo 6:9
“Cuando
abrió el quinto sello, vi bajo el altar
las almas de los que habían sido muertos
por causa de la palabra de Dios y por el testimonio que tenían.”
Cuando la palabra de Dios nos habla de
mártires, hay que diferenciar entre los que pertenecen al cristianismo, que
dieron sus vidas por su fe en Jesucristo,
sea cual fuera el momento. Comenzando con Esteban como el primer mártir del
cristianismo, y muchos otros israelitas que pudieron morir por la causa de
Cristo, como los mártires, los de las catacumbas de Roma, el coliseo romano, las
inquisiciones del clero, la inquisición española. Como los que son perseguidos y
muertos en la actualidad en algunas naciones. De modo que: todos los que
murieron por esa causa como los que morirán en el futuro por amor a Jesús,
hasta el momento del arrebatamiento, llegarán a pertenecer a la esposa del
Cordero, sean gentiles como israelitas.
Diferenciándose de los que no conocieron a
Jesús, sea por pertenecer a épocas anteriores a Jesucristo, que fueron muertos
por su fe en la palabra y en el
sacrificio del cordero de Dios; que vendría como sustituto por sus
pecados, y por el testimonio que tenían
en las diferentes épocas.
Como por ejemplo antes que viniera
Jesucristo, en el tiempo de Antíoco Epifanes, por los años 170 a. de Cristo. Donde muchos judíos
murieron por su fe bajo su mando; estos nunca conocieron a Cristo el Emanuel. (Dios
con nosotros) Como también durante el nazismo
donde fueron casi exterminados etc. Entre ellos se encontraban también gentiles
prosélitos judaizantes que se unieron a la fe de Israel.
Regresando a los creyentes en Jesucristo, que
murieron en diferentes épocas, como los
que son perseguidos y muertos en la actualidad en algunas naciones, todos ellos
resucitarán físicamente con la venida de Cristo en el arrebatamiento. (Aunque
sabemos que para Dios ya hemos resucitado según lo afirma en Efe 2:6) esos
mártires del cristianismo no pertenecen a ese grupo de almas que están debajo
del altar; sino a la iglesia.
El
hecho que se menciones que están debajo del altar, eso podría ser sinónimo del
sitio donde se sacrificaba el cordero. Como señalando que murieron estando
amparado por la fe en ese futuro sacrificio que se efectuaba sobre el altar;
donde el sumo sacerdote sacrificaba cada
año por el pueblo. Siendo esa fe en el cordero el único medio de salvación,
y para que fueran revestidos de esa
túnica blanca como dice en Apo 6:11 “Y se les dieron vestiduras blancas, y se les dijo que descansasen todavía un poco
de tiempo, hasta que se completara el
número de sus consiervos y sus hermanos,
que también habían de ser muertos como ellos!
De manera que la palabra lo menciona, con el
fin de trasmitirnos, que esa túnica blanca no se les concedió por su fidelidad
y testimonio, o por dar sus vidas. Sino por estar cubierto por ese altar
símbolo del sacrificio del cordero, iniciando con ese sacrificio que hizo Abel,
mirando hacia el futuro que lo justificó. Descartando así toda otra ideas, o pensar que la salvación de ellos era por pertenecer a la nación de Israel.
Igualmente
como hoy día, pueda ser para los cristianos, la madera de la cruz un
símbolo de fe en Aquel que murió en ella; y se pudiera decir que los creyentes
estamos debajo de esa madera de la cruz donde
se efectuó el sacrificio de Jesús.
Resumiendo, la palabra nos da a entender que son israelitas.
Primero,
porque ellos forman parte de un grupo mucho más grande de mártires, que dieron
sus vidas por guardar la palabra de Dios y el testimonio. En cuyo plan macro
Dios dispuso un determinado número; que para ese momento aún no se había
completado; siendo ellos solamente una
parte de ese conjunto.
Segundo, para que se completara ese número, ellos tenían que esperar los que
tenían que morir como ellos, en el último intento satánico de engañar a la
humanidad durante ese período de la gran tribulación al exigir exigiendo adoración.
Por último, como lo explica en Apocalipsis 20:4 tanto los que están debajo del altar
como este otro grupo (de consiervos y hermanos) que morirían por la misma causa
durante la tribulación, conformarán ese conjunto de almas, que resucitarán en
la primera resurrección y reinarán con Cristo durante el milenio. Esos mártires
posiblemente son los que nos revela la
palabra en Hebreos 11:36 al 40 que dice:
“Y otros sufrieron la prueba de escarnios públicos y azotes,
además de cadenas y cárcel; fueron apedreados, tentados, aserrados, murieron
pasados a cuchillo; anduvieron errantes vestidos con pieles de ovejas, con
pieles de cabras, indigentes, afligidos, maltratados; ¡el mundo no era digno de
ellos!, deambulando por desiertos y montes, en las cuevas y cavernas de la
tierra. Y todos éstos, aunque alcanzaron buen testimonio mediante la fe, no
recibieron la promesa; habiendo Dios provisto para nosotros alguna cosa mejor,
para que ellos no fueran perfeccionados aparte de nosotros”. (Aquí esa palabra “nosotros”
se refiere al pueblo hebreo a los cuales está dirigida la carta).
3.-¿Cuál era la petición de ellos.
La petición que le hacen al Señor, podría
parecer como un reclamo, pero no es así,
hay que entenderlo como un ruego, donde resalta la paciencia y la longanimidad
del Señor. En el 6:10 de la versión NTV
dice: Ellos clamaban al Señor y decían: «Oh, Soberano Señor, santo y verdadero, ¿cuánto tiempo hasta que
juzgues a la gente de este mundo y tomes venganza de nuestra sangre por lo que
nos han hecho?». Pedían un justo juicio hacia los que sin temor
truncaron su derecho a la vida que Dios
les había concedido en la tierra.
4.- ¿Por qué no se les había hecho justicia
hasta ese momento?
Es lógico que la Palabra no nos dé todos los
detalles que Dios tiene en su mente, como su voluntad y sus planes. Sin embargo se puede entender
claramente que ese grupo tenía que alcanzar ese determinado número que Dios
dispuso en su sola potestad. Como leímos
en Hebreos 11:40: “para que no fuesen ellos perfeccionados aparte de nosotros.” Esa era
la causa por la cual todavía no se les había hecho justicia.
De
manera que Dios dispuso que todos ellos fueran glorificados y resucitados al
mismo tiempo. Esto debería servir, para los que no creen en la gran
tribulación, donde Dios tiene previsto todo hasta sus mínimos detalles; con la muerte de muchos otros en el futuro próximo por el anticristo, para
que todos ellos reinen con Cristo por su amor, fe y constancia.
Luego de lo cual, todos ellos en conjunto volverían a la
vida al mismo tiempo con cuerpos de
gloria terrenal, como la Palabra enseña. Donde en (1Cor.15:40) revela la existencia de dos tipos de cuerpos
diferenciando los celestiales de lo
terrenales. Aunque ambos reinarán con el
Mesías, administrando con justicia
durante el milenio y para siempre. El Señor y Rey de reyes en ese tiempo repartirá
a cada uno de ellos tanto los ministerios, como el reinado y el sacerdocio, que
ocuparán, según Él disponga para ese período de paz.
Un paréntesis y aclaratoria sobre el tema de reyes y sacerdotes.
Es propicio aclarar en este momento, lo que
algunos creyentes piensan referente a los cargos de “Reyes y sacerdotes”, diciendo que esos ministerios son para nosotros los creyentes. Eso no es lo
que la palabra de Dios enseña, ni es no es la correcta interpretación de ese
pasaje. Primeramente porque el sacerdocio le fue asignado a la tribu de Leví. Desde
el inicio de su ministerio, Dios instruyó a Moisés diciéndole en
Éxo 40:13 “Y
harás vestir a Aarón las vestiduras sagradas,
y lo ungirás, y lo
consagrarás, para que sea mi sacerdote.
Después harás que se acerquen sus hijos,
y les vestirás las túnicas; y los ungirás, como ungiste a su padre, y serán mis sacerdotes, y su unción les servirá por sacerdocio perpetuo, por sus generaciones.” luego en Éxodo 19:6 Dios le dice: "Y vosotros me seréis un reino de Sacerdotes, y gente santa. Estas son las palabras que dirás los hijos de Israel."
Debido a lo
que enseña ese escrito; no hay razón alguna para que Dios lo haya cambiado para el futuro reino, ya
que Él no se equivoca en lo que dice y hace.
Referente al reinado terrenal, este le fue
prometido a David y a su descendencia para siempre; según se lee en 2 Sam 7:16 diciéndole: “Y será afirmada tu
casa y tu reino para siempre delante
de tu rostro, y tu trono será estable eternamente. Conforme a todas estas
palabras, y conforme a toda esta visión,
así habló Natán a David. Y entró el rey David y se puso delante de Jehová, y
dijo: Señor Jehová, ¿quién soy yo, y qué es mi casa, para que tú me hayas traído hasta aquí? Y aun
te ha parecido poco esto, Señor
Jehová, pues también has hablado de la casa de tu siervo en lo por venir. ¿Es así como procede el hombre, Señor Jehová?”.
Realmente no creo que Dios cambie de parecer,
con lo que le prometió a David, ni encuentro apoyo bíblico para pensar que eso pueda variar, y que
le quite el cetro a la tribu de Judá,
como también lo profetizó Jacob antes de
morir diciendo en Gén 49:10: “No será quitado el cetro de Judá, Ni el legislador de entre sus pies, hasta que llegue Siloh, Y sea
suya la obediencia de los pueblos.”
Referente a nosotros, que somos de la fe en
Jesucristo, al leer detenidamente en el capítulo 17 de Juan, nos daremos cuenta
que los que creemos en Jesucristo, pasamos a ser una sola cosa con el Padre y
con el Hijo. En Juan 17:21 lo afirma diciendo: “para que todos sean uno;
como tú, oh Padre, en mí,
y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros;
para que el mundo crea que tú me
enviaste. La gloria que me diste, yo les
he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno”. De modo que la
Palabra nos enseña que la esposa es una sola cosa con Dios.
Al ser una sola cosa con Cristo, se entiende
que lo somos también del Rey de reyes, y del Sacerdote eterno. Esto nos
coloca jerárquicamente, sobre los reyes
y sacerdotes. Como también lo afirma su palabra para la Iglesia con
una promesa de un sacerdocio real.
En
efecto en 1 Pedro 2: 9 dice: “Mas vosotros
sois linaje escogido, real
sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que
os llamó de las tinieblas a su luz admirable”. Este pasaje si es para la iglesia, y es en este período que tenemos el oficio del sacerdocio real, para enseñar y
proclamar la salvación por medio del sacrificio perfecto de Jesucristo. Esto
es, mientras perdure el tiempo que Dios tiene establecido para los gentiles;
de anunciar y
enseñar las virtudes de la gracia de Dios que nos ha sido revelada, comenzando
por nuestra casa, hasta todos los que nos rodean.
Muy
a menudo se oye de algunos creyentes decir: “Nosotros
seremos reyes y sacerdotes de Dios”. Aferrándose al
versículo de Apo 5:10, que
dice: “y nos has
hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes,
y reinaremos sobre la tierra.” Como ya vimos nada de
eso es para los creyentes.
Esa promesa como esos oficios, son tanto para
Israel, como para los que están debajo del altar, y para los que morirán
durante la gran tribulación, los cuales resucitarán al regreso de Jesús a este
mundo con su esposa, donde todo ojo le verá. Es en ese tiempo que el Rey de reyes repartirá
esos oficios, para reyes y sacerdotes, según está establecido con las promesas
e instrucciones que fueron dadas desde tiempos antiguos.
En ese tiempo cuando Jesús regrese a este
mundo con sus santos millares, al poner sus pies en el monte de los olivos de
donde también se fue al cielo, Él se
presentará su pueblo, y derramará de su gracia y perdón sobre esa nación. Al reconocerle
ellos como su Mesías, y entender el error que cometieron sus antepasados al
entregarlo para que lo crucificaran llorarán profusamente.
Así lo presenta Zacarías en el 12:10 diciendo: “Y derramaré sobre la casa de David, y sobre los moradores de Jerusalén, espíritu de gracia y de oración; y mirarán a mí, a quien traspasaron, y llorarán como se llora por hijo
unigénito, afligiéndose por él como
quien se aflige por el primogénito. En aquel día habrá gran llanto en Jerusalén, como el llanto de Hadadrimón en el valle de
Meguido.”
Cuando eso acontezca, que Dios derrame sobre
la casa de David y sobre los habitantes de Jerusalén espíritu de gracia y de
oración, y el pueblo de
Israel reconozca a Jesús, como su Mesías; se restablecerá el sacerdocio
levítico, para enseñar a los pueblos durante el milenio, la sublime Historia de
cómo Jesús dio su vida en la cruz para salvar a la humanidad.
Será en ese tiempo cuando Israel le dirá a la humanidad: que al
venir el Mesías al mundo la primera vez, al nacer el Emanuel, (Dios con
nosotros) de una virgen llamada María, ellos actuaron en su contra al
entregarlo para ser crucificado. Cumpliéndose así el escrito de Isaías 53:3, Que aunque lo
leerían en el templo muchas veces no llegaron
a entender su significado, este dice: “Despreciado y
desechado entre los hombres, varón de
dolores, experimentado en
quebranto; y como que escondimos de él
el rostro, fue menospreciado, y no lo
estimamos”.
Para ese tiempo nosotros como la esposa, ya
estaremos unidos a nuestro Salvador, siendo parte de ese reinado, por ser una
sola cosa con Él, el eterno y real sacerdote.
Seguramente algunos creyentes al leer esto se
entristezcan y digan: ¿Y qué de nosotros
los creyentes, no reinaremos con Cristo? Pues hay que entender que nosotros
somos una sola cosa con ÉL, todos los demás grupos reinarán con Cristo y con la
esposa, que seremos la cabeza de todo, ya que jerárquicamente ella es una sola cosa
con el Rey. De modo que tampoco seremos reyes y sacerdotes, porque
formamos parte de la esencia divina de ese amoroso Dios.
5.- Cuál es el significado de
esa túnica blanca?
Hay quienes piensan, que esa vestidura o
túnica blanca que se les dio a los que estaban debajo del altar es como un
cuerpo provisional, hasta que llegue el momento del cuerpo definitivo de la
resurrección; no sé de dónde pueda surgir esa teoría y como respaldarla
con la Palabra de Dios.
Una enseñanza del significado simbólico de
esa túnica, o vestidura la tenemos
cuando Dios le da instrucciones a Moisés, acerca de cómo tenía que estar vestido Aarón o el que entrara al lugar santísimo en Lev 16:2 dice: … “Tiene que vestirse
con la túnica de lino y la ropa interior de lino que se usa directamente sobre
la piel. Amarrará la faja de lino a su cintura y se pondrá sobre la cabeza el
turbante de lino. Estas son vestiduras sagradas.”
(Así como esa vestimenta sacerdotal era requisito indispensable para presentarse
en ese lugar santo, la túnica blanca es la vestidura necesaria para estar
delante en la presencia de Dios en el cielo). De manera que el correcto
significado de esa metáfora de la túnica blanca, nos la da la misma palabra,
dando a entender que solamente por el sacrificio de Jesús podemos ser
revestidos con un manto de justicia para poder ocupar ese lugar santo; Esta solo
se recibe por la fe en Dios sin las
obras. Es así que a todos los que se les adjudica esa vestidura, es sinónimo de
que ha sido cubierto del manto de la gracia y del perdón otorgado por los méritos del Cordero de Dios, por su obra redentora.
En Apocalipsis 19:8 de NTV lo aclara, aunque aquí se refiere a la esposa,
el concepto metafórico es el mismo: “A ella se le ha concedido vestirse del lino blanco y puro de la más
alta calidad. Pues el lino de la más
alta calidad representa las buenas acciones del pueblo santo de Dios.”
Es interesante este calificativo, donde claramente da a entender que hay otra
vestidura de menor calidad. Aunque algunos estudiosos de la Palabra no estén de
acuerdo con esta teoría, alegando que para Dios todos somos iguales, al afirmar
que Él no hace acepción de personas. Seguramente
no han profundizado en 1 Co 15:40 donde enseña la existencia de esa diferencia
al decir: “Y hay cuerpos celestiales, y
cuerpos terrenales; pero una es la
gloria de los celestiales, y otra la de los terrenales.”
Esto
claramente lo enseña el apóstol Pablo acerca de la resurrección, donde aclara
que hay cuerpos celestiales (herederos
de cielo) y cuerpos terrenales; que
heredarán cielo y tierra nueva; y luego enfatiza la diferencia en gloria entre
ellos.
Y nosotros los de la fe tendremos uno semejante a la gloria de Jesucristo.
Como dice en Filip 3:21: “El cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra,
para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual
puede también sujetar a sí mismo todas las cosas.”
De
modo que esa vestidura es solo una metáfora, de cómo Dios apreció la muerte de la cual ellos fueron objeto,
dando sus vidas por el testimonio que tenían, de ser judíos, de ser
circuncisos, de tener fe; esperar un Mesías, y por guardar la palabra de Dios, que les ordenaba todo eso;
fue el motivo para que les quitaran el derecho a la vida en este mundo.
6.- ¿Por qué tenían
que descansar todavía un poco de tiempo.
La razón por la cual ese grupo tenía que
esperar un poco de tiempo, es como se dijo, porque ellos eran solamente una parte
de un grupo mucho más grande. Cuyo número solo Dios lo conoce, ya que ellos van
a llevar las riendas de este mundo durante el milenio. De modo que tanto ellos
como los que serán decapitados durante la gran tribulación, Dios los resucitará
en la primera resurrección y estarán encargados junto con Jesucristo de la
administración de su reinado terrenal, como ya se dijo anteriormente y ratificado en Apo 20:4.
Esto
nos da entender que los de dejo
del altar son israelitas y prosélitos,
que murieron en un tiempo anterior al de Jesucristo; muchos de ellos en mano de
Antíoco Epífanes unos 170 años antes de
Cristo. Estos no llegaron a conocer al Emanuel. Aun cuando creían por fe, en
el sacrificio del cordero y en la venida del Mesías, que fue la causa por la
cual le quitaron la vida. Mientras en el 20:4 claramente se le agrega que estos otros murieron por la palabra de Dios y por el
testimonio de Jesucristo.
Es en ese momento de la historia, que este otro grupo serán “decapitados por causa
del testimonio de Jesús y por causa de la palabra de Dios, y a los que no
habían adorado a la bestia ni a su imagen, ni habían recibido la marca en la frente
y en su mano, completaron el número que Dios
escogió y volvieron a vivir para reinar con el Mesías mil años: Ésta es la
primera resurrección.”
De
modo que estos otros son mártires que, habrán creído en ese tiempo de la
tribulación bien por el mensaje de los dos testigos enviados por Dios al pueblo
de Israel, en los primeros tres años y medio, o por la palabra de los 144.000
judíos, que serán las primicias del Israel en reconocer a Jesucristo y divulgar
el mensaje salvador en su propio idioma. En ese tiempo
muchos del pueblo escogido, reconocerán el error de sus antepasados y haber dado las
espaldas y rechazado al Mesías. Razón
por la cual no se sujetarán a las exigencias de la bestia y del falso
profeta luchando hasta la muerte por su fe.
7.- ¿Quiénes son los
consiervos y hermanos que debían ser asesinados? Queda
claro que este grupo debajo del altar son israelitas, y los consiervos son
otros connacionales como ellos. Y los hermanos son tanto ismaelitas como
gentiles prosélitos, que se unieron a la
fe de Israel, que fueron decapitados como ellos. Al completarse ese número previamente
establecido por Dios, con los consiervos
y hermanos; todos resucitarán para reinar con Cristo en el milenio.
Es importante notar, como sabemos que la palabras consiervo da a entender de
otros siervos iguales a ellos, Mientras los hermanos, se refiere tanto a
gentiles, que se unirían a la fe de Israel y al Cordero de Dios. Más adelante
se explicará con detalles por qué se les llama siervos.
Nótese que para el grupo que está debajo del altar, en Apo
6:9 da a conocer el motivo
por el cual fueron ejecutados diciendo: “que
habían sido muertos por causa de la palabra de Dios y por el testimonio que tenían”. Dando a entender que para ese tiempo su fe
estaba basada en el sacrificio del
cordero y la palabra de Dios; sin nombrar a Jesucristo.
Mientras para los que morirían como ellos durante la
futura tribulación, en Apo 20:4 tiene
una variante muy importante, que
determina que sería en una época posterior a la de Jesús, ya que Juan vio:
“las almas de los
decapitados por causa del testimonio de
Jesús y por la palabra de Dios.” donde claramente se le agrega la palabra Jesús.”
A este punto, debería de estar muy claro,
aplicando un poco de lógica, que tanto los que están debajo del altar los
cuales tenían que esperar, “aún un poco de tiempo,” como los que morirían durante la gran
tribulación, no pueden pertenecer al
grupo de la esposa; ya que esas ejecuciones se prolongarían hasta el final
de la tribulación.
Mientras el
número de la esposa ya estaba conformado desde el momento que la esposa fue
arrebatada, concluyendo así el tiempo concedido por Dios a los gentiles como la edificación de la Iglesia. Como lo prometió
Jesús en Mateo 16:18 que lo haría, diciéndole a Pedro, que
edificaría su iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella.
8.- ¿Quiénes
son los siervos de Dios?
En
varias oportunidades Dios ha manifestado que Israel era su siervo, de manera
que los consiervos son siervos iguales a ellos. En lo que se refiere a los
hermanos, como se explicó, estos son tantos ismaelitas descendientes del otro hijo de Abraham como gentiles.
En
Isaías 44:21 dice: “Oh Jacob, acuérdate de esto, Porque eres mi siervo, Israel; Te he
formado, mi siervo eres tú, Oh Israel, no serás olvidado por mí”. Y en el 45:4 agrega: “Por amor de mi siervo Jacob, de
Israel mi escogido, Te he llamado por tu nombre, aunque no me conocías, Te he
dado honroso apellido”. Hay que entender bien que Dios en
ningún momento se ha olvidado de su pueblo.
Ahora
bien, se podría resumir esto diciendo, que los que están debajo del altar
tienen que esperar que termine la gran
tribulación para ser revestidos. Esta espera no es para los creyentes,
ya que ellos ya fueron revestidos y ya están con el Señor, como la esposa. En
Apocalipsis 19:7 dice: “¡Alegrémonos y regocijémonos
y démosle gloria!, porque las bodas del Cordero han llegado, y su Esposa se ha
preparado”. Así que
la iglesia ya está lista para las bodas.
Seguramente ellos son los
bienaventurados, e invitados a las bodas
del Cordero, que se efectuará en el cielo. Como dice en Apocalipsis 19:9: “Y me dijo: Escribe: Bienaventurados los que han sido
invitados a la cena de la fiesta de las bodas del Cordero. Y me dijo: Éstas son
palabras verdaderas de Dios”.
ÚLTIMA
PARTE DEL ESTUDIO DE “EL QUINTO SELLO”
Referente
a estos dos grupos, al completarse el número determinado por Dios en su
plan, en Apocalipsis 20:4 la Palabra dice:
“Y vi tronos, y se sentaron en ellos, y les fue
concedido juzgar. Vi también las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por causa de la palabra de Dios, y a los que no
habían adorado a la bestia ni a su imagen, ni habían recibido la marca en la
frente y en su mano, y volvieron a vivir para reinar con el Mesías mil años:
Ésta es la primera resurrección”.
Conclusión. Haciendo un resumen de este argumento tenemos, según lo que se acaba de
explicar, que todos los creyentes, comenzando desde Adán, Abel etc. Que
creyeron y confiaron en el sacrificio del cordero en el pasado, como el último
creyente en Jesucristo en este período de la gracia, TODOS PODRÍAN ser revestidos con un cuerpo celestial y formar parte
de la esposa del Cordero.
La
razón de utilizar la condicional “podrían”,
se debe a dos pasajes bíblicos que se encuentran uno en Daniel 12, y el otro en
Hebreos 11 que pueden ser interpretados de diferentes maneras; los cuales son difíciles
de explicar, cosa que veremos más adelante. Como también hay argumentos que dan a entender,
que no apoyan que formen parte de la esposa del Cordero.
Uno
de ellos es: que la edificación de la iglesia, inicia con los apóstoles y
termina con el arrebatamiento. Y ellos no están dentro de ese lapso. Todo esto como se dijo son opiniones, aparte de lo
que Dios tenga en su plan general o macro, para cada uno de los grupos en el
futuro.
Ya que por ejemplo:
¿quién podría dudar que Daniel el “muy
amado de Dios,” no forme parte de la esposa del Cordero y resucite junto
con los muertos en Cristo, que vienen con el Señor en el arrebatamiento? Sin embargo, cuando se lee lo que dice en el libro que lleva su nombre,
lo que se le informa al “amado” en
el 12:11 parece dar a entender todo lo contrario
de lo que uno pueda pensar, al decir:
“Y desde el tiempo que sea
quitado el continuo sacrificio hasta la abominación desoladora, habrá mil doscientos noventa días. (30 días más de los 1260 establecidos.) Luego en el 12 agrega: Bienaventurado el que espere, y llegue a mil trescientos treinta y cinco
días. (75 días más de los 1260 establecidos) Y el 13 agrega: tú irás hasta el fin, y
reposarás, y te levantarás para recibir
tu heredad al fin de los días.” No
hay dudas que este escrito se refiere a
los días finales de la tribulación.
Otra
versión de Dan 12:13 de la NTV dice: “En cuanto a ti, sigue tu camino hasta el final. Descansarás
y, entonces, al final de los días, te levantarás para recibir la herencia que
ha sido guardada para ti.”
(A
todo esto se puede entender que ese final
de los días, para Daniel, se refiere a esa profecía de las 70 semanas proféticas
que el Ángel le dijo que estaban determinadas para el pueblo de Israel; las
cuales terminan con el final de la tribulación, y el regreso de Jesucristo
seguido por la primera resurrección.) De modo que todo apunta que él se
levantará en la primera resurrección.
Esta
profecía del 12:8 al 13 de Daniel, aparte que podría determinar el momento de
la resurrección de Daniel, es una bienaventuranza para toda la humanidad; para
los que sobrevivan los 1260 días de la segunda parte dela gran tribulación, al
decir en Dan 12:11: “Y desde
el tiempo que sea quitado el continuo sacrificio hasta la abominación desoladora, habrá mi doscientos noventa días. Bienaventurado el que
espere, y llegue a mil trescientos
treinta y cinco días. Y tú irás
hasta el fin, y reposarás, y te levantarás para recibir tu heredad al
fin de los días.”
Tanto los 30 días adicionales como los otros
45 que añadidos a los 1260 sumarían 1335; dan a entender que es
el final de los días de todo ese período
de la tribulación para este mundo; como de esas setenta semanas de años.
Pudiendo
ser que, los primeros 30 días sean para el juicio de la nación de Israel. Y los otros
45 para el juicio de las naciones, ante del inicio del período del milenio.
De modo que esa bienaventuranza para los que esperen y
lleguen a los 1335 días, no tiene otra
interpretación que no sea el del inicio del anhelado período del reinado
de paz y justicia prometido en Isaías 11 y el 65:18.
Donde
el 18 dice: “Mas
os gozaréis y os alegraréis para siempre en las cosas que yo he creado; porque he aquí que yo traigo a Jerusalén
alegría, y a su pueblo gozo. Y me
alegraré con Jerusalén, y me gozaré con
mi pueblo; y nunca más se oirán en ella
voz de lloro, ni voz de clamor. No habrá
más allí niño que muera de pocos días,
ni viejo que sus días no cumpla;
porque el niño morirá de cien años,
y el pecador de cien años será maldito.”
Es
así que tanto por lo que se explica en el
verso 11 y 12, como por lo que dice en el verso 13, del libro de Daniel,
nos hace dudar que resucite en el evento del arrebatamiento; sino que para él
será al final de los días de la profecía que le fue dada.
Pudiéndose
interpretar, que se refiere al término
de los días, que Dios les concedió a los gentiles como a Satanás, para el
gobierno humano de este mundo, ya que en ese tiempo será ligado, para que no actúe durante el período del reino milenario.
Por
lo explicado anteriormente, todo apunta a que posiblemente Daniel se levantará al
final del tiempo de los gentiles, que es lo que se le había revelado. Dicho en
otras palabras todo está asociado que resucitaría en la primera resurrección junto
con los demás y no en el arrebatamiento.
Esto
podría concordar con lo que dice en hebreos 11:39-40 donde se entiende que: “Debido a su fe,
todas esas personas que se mencionan allí gozaron de una buena reputación,
(ante Dios) aunque ninguno recibió todo lo que Dios le
había prometido. Pues Dios tenía preparado algo mejor para nosotros.
(Ese
nosotros, como ya se explicó anteriormente se refiere a los hebreos como destinatarios de la carta). De modo que la frase “ellos no llegaran a la perfección sin nosotros.” (Se refiere al pueblo hebreo)
Dando a entender que serían perfeccionados
(resucitados) todos juntos. Debido a su
fe, todas esas personas gozaron de una buena reputación, aunque ninguno recibió
todo lo que Dios le había prometido. Es
bueno acotar que esta es solamente una manera
particular de interpretar el pasaje, el que sabe cómo acontecerán todas
las cosas es únicamente Dios.
LA PRIMERA RESURRECCIÓN
La
última parte del 20:4 de la BTX3 dice: …”y a los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, ni
habían recibido la marca en la frente y en su mano, y volvieron a vivir para
reinar con el Mesías mil años: Ésta es
la primera resurrección.”
Esta
última parte podría confundir a muchos creyentes, ya que por decir que es la
primera resurrección, algunos puedan pensar
que es para los creyentes o para la iglesia.
Hay
también otros que dicen, que esa primera resurrección se efectuará después del
milenio. Cosa que no se comparte en este
estudio; ya que tanto los que creyeron
en Jesucristo y murieron, como los que estén en vida en el momento del
arrebatamiento serán revestidos siete años antes con un cuerpo de resurrección.
La
palabra de Dios por medio del apóstol
Pablo, aclara muy bien dando un orden de cómo se efectuarán las resurrecciones al decir en 1 Cor 15:23 “Pero cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias;
luego los que son de
Cristo, en su venida. Luego el fin, cuando
entregue el reino al Dios y Padre,
cuando haya suprimido todo dominio,
toda autoridad y potencia.”
Este primer orden
“Cristo las primicias,” le
corresponde a la iglesia, que resucitará en el arrebatamiento, según lo
explica en 1Cor 15:23, y lo
confirma en Efesios 2:6 explicando
este proceso para los creyentes al decir: “y juntamente con él nos
resucitó, y asimismo nos hizo sentar en
los lugares celestiales con Cristo Jesús.”
Para los del segundo orden, o la resurrección que le sigue, le corresponde a
otro grupo de escogidos que son de Cristo. Esta se efectuará como lo explica la
palabra, que se encuentra en Apocalipsis 20: 4 y 5 tanto de la versión BTX3, como la VTV al
decir “Y vi
tronos, y se sentaron en ellos, y les fue concedido juzgar. Vi también las
almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por causa de la
palabra de Dios, y a los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, ni
habían recibido la marca en la frente y en su mano, y volvieron a vivir para
reinar con el Mesías mil años: Ésta es la primera resurrección.” (El resto de los
muertos no volvieron a la vida hasta que se cumplieron los mil años).
A este resto de los muertos, es que
le corresponde el tercer orden de “luego
el fin” los cuales volverían a la vida después del milenio.
En
ese tiempo del fin de todas las cosas, en el libro de Daniel relata lo que
acontecerá al decir en el 12:2 que dice: “Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán
despertados, unos para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión perpetua.”
Es decir que en ese tiempo, es cuando se
levantarán de sus lugares tanto los que creyeron en
Jesucristo y murieron durante el milenio, los cuales serán para la vida eterna; como todos los impíos que de una
u otra manera rechazaron y no creyeron en aquel que les podía dar la vida, para ser
juzgados en el juicio del gran trono blanco como lo afirma
el Salmo 2.
Es muy importante notar que la palabra de Dios para este tercer orden, no utiliza el vocablo resurrección, sino sinónimos, tales como “despertar, volver a la
vida y se levantarán”. Esto es, porque solamente los que son de Cristo; tendrán el beneficio de tener un cuerpo de
gloria nuevo como el de Jesús que es la
resurrección y la vida. Los demás se levantarán de sus lugares únicamente para ser juzgados.
Todos
los serán revestidos con un cuerpo
celestial sea en el (arrebatamiento), como terrenal en la primera resurrección,
serán “permanentes”. (No como el caso
de Lázaro y otros que luego volvieron a
morir).
Ente
los que resucitarán al venir Jesús de nuevo a este mundo en la primera
resurrección, estarán los que murieron recientemente, por no adorar la bestia y
el falso profeta.
Esa
resurrección será un fiel e impactante testimonio para los demás hombres y
mujeres que Daniel llama bienaventurados, porque sobrevivieron a esos terribles hechos del
segundo período de la gran tribulación,
y entraron en el milenio. Ellos
seguramente podrán volver a ver algún
conocido de los que murieron, sea por negarse a ser sellados, o por no adorar a la bestia; y los ven
nuevamente con vida, resucitados y
gloriosos reinando con Cristo. Será un caso similar a lo que aconteció con la resurrección
de Jesús, donde algunos primero lo vieron vivo, luego cuando lo mataron, y sorprendidos lo volvieron a ver nuevamente resucitado.
Con la frase: “luego el fin“, el apóstol Pablo concluye en 1Cor. 15:23 lo
que acontecerá después del milenio,
donde se levantarán todos los demás muertos
como lo explica en Apo 20:5, que
Dice: ”pero los demás muertos
no volvieron a vivir hasta que fueron cumplidos los mil años.”También en Daniel
12:2 ratifica esto diciendo: “Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán
despertados, unos para vida eterna, y
otros para vergüenza y confusión perpetua.” No mencionando
resurrección por lo que se explicó anteriormente.
POR QUÉ LA PRIMERA RESURRECCIÓN
NO ES PARA LOS CREYENTES.
Se
podría resumir diciendo que la razón es: porque los creyentes somos parte de
ese tipo que en la ley nos habla de los primeros
frutos. Donde su perfecto cumplimiento
fue realizado por Jesucristo; extensivo a todos los que creyeron en él que forman la iglesia. Sin embargo es
necesario explicarlo con algunos detalle para poderlo entender mejor.
Según la ley de los
primeros frutos o primicias, todo israelita que cultivaba la
tierra, tenía que llevar las primicias, a la casa de Dios, antes de la gran
cosecha final de los frutos. Esa ley o tipo, ha
tenido su cumplimiento con Jesucristo al presentarse después de su resurrección
al Padre con los primeros frutos. (Argumento que se explicará más
adelante). Cumpliéndose de esa manera el primer orden de la resurrección que ya vimos en 1Cor.
15:23 donde Cristo es las
primicias.
La ley de las primicias.
La ley de los
primeros frutos o primicias, son los que maduran antes de la abundante
cosecha final. En Deuteronomio 26:10 dice: “Y ahora, he aquí he
traído las primicias del fruto de la tierra que me diste, oh Señor.
Y LO DEJARÁS DELANTE DE JEHOVÁ TÚ DIOS, y adorarás delante de Jehová tu Dios.”
Aplicando algo de
lógica y uniendo las palabras del apóstol Pablo referente a Jesús como las
primicias, con lo que mandaba la ley de los primeros frutos, se podría unir ese
ritual de la ley, con lo que aconteció cuando Jesús se manifestó a María de
Magdala después de resucitar,
diciéndole que no lo tocara, porque todavía no había subido para presentarse al
padre.
Seguro estoy que dando cumplimiento a esa parte de
la ley, Jesús como antitipo de ese ritual
de las primicias, se presentaría al Padre con la ofrenda de los primeros frutos de su trabajo redentor. En cumplimiento
de la misión que se le había encomendado llevándole como dice en Isaías 53:11, el fruto de la
aflicción de su alma y quedará satisfecho”. Pero ¿Siendo
que Él era el que llevaría al Padre los primeros frutos o primicias de su trabajo; surge la
pregunta: ¿cuáles eran los primeros frutos que llevaría al presentarse
al Padre, como lo establecía la ley?
Es aquí donde uniendo los acontecimientos y relatos
bíblicos, es que se pudiera entender el cumplimiento de ese hermoso tipo de los
primeros frutos de la ley del antiguo
testamento. Como ya se dijo eso se cumplió con Jesucristo al presentarse al Padre
llevando consigo esos primeros frutos.
En el medio
cristiano, muy poco se comenta acerca del cumplimiento de ese ritual, debido a
que la Palabra tampoco da muchos detalles, pero podríamos preguntarnos: ¿cuál
fue el primer fruto, o lo que aconteció después de la resurrección de Jesús? La
palabra nos da ese pequeño pero muy importante detalle, que sólo se menciona en
Mateo 27:52, sin ningún otro comentario adicional a ese revelador evento, al
decir únicamente: ”y se abrieron los sepulcros, y muchos cuerpos de
santos que habían dormido, se levantaron y saliendo de los sepulcros, después de la resurrección de Él, vinieron a la santa ciudad, y aparecieron a muchos.”
Al comentar sobre ese ritual de la ley, estoy seguro
que esas primicias fueron esos cuerpos de los santos que habían muerto y se levantaron
de sus tumbas. Que luego no se sabe más
nada de ellos. Esos santos vueltos a la vida bien pudieran ser esos primeros
frutos antes de la cosecha final del
arrebatamiento.
Es más, aunque
es solamente un pensamiento, no me extrañaría que esa primicias pudieran ser, esos 24 ancianos que están alrededor del
trono. De esa visión que tuvo Juan, ya que la palabra nos indica en Apo 4:4
que al estar ellos vestidos de ropas blancas,
con coronas de oro en sus cabezas, nos da a entender que eran humanos.
Como también lo da a entender por lo que dice en el 5;9 "y cantaban un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación. sigue el 10 y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra."
Los versículos leídos, claramente da a entender que son almas redimidas por el sacrificio de Jesucristo, posiblemente pertenecientes a diferentes épocas, como los antes diluvianos, y los del período de la ley; por lo de reyes y sacerdotes. Y la única manera de estar allí antes del arrebatamiento es haber resucitados y tener un cuerpo de gloria semejante al de Jesucristo, y pertenecer a los primeros frutos dejados allí por Jesús al presentarse al Padre, al concluir su obra redentora.
Es importante el detalle que da la ley, que Jesús esos primeros frutos, los tenía que dejar allí, como dice en Deut. 26:10: Y lo dejarás delante de Jehová tú Dios. Esos 24 ancianos siempre fueron un misterio para mí, por esas vestiduras blancas que dan a entender que son seres humanos, como por lo de redimidos que afirma el 5:10.
Como también lo da a entender por lo que dice en el 5;9 "y cantaban un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación. sigue el 10 y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra."
Los versículos leídos, claramente da a entender que son almas redimidas por el sacrificio de Jesucristo, posiblemente pertenecientes a diferentes épocas, como los antes diluvianos, y los del período de la ley; por lo de reyes y sacerdotes. Y la única manera de estar allí antes del arrebatamiento es haber resucitados y tener un cuerpo de gloria semejante al de Jesucristo, y pertenecer a los primeros frutos dejados allí por Jesús al presentarse al Padre, al concluir su obra redentora.
Es importante el detalle que da la ley, que Jesús esos primeros frutos, los tenía que dejar allí, como dice en Deut. 26:10: Y lo dejarás delante de Jehová tú Dios. Esos 24 ancianos siempre fueron un misterio para mí, por esas vestiduras blancas que dan a entender que son seres humanos, como por lo de redimidos que afirma el 5:10.
Esa vestidura
blanca, es un símbolo de la cobertura de la gracia concedida por Dios a los
humanos, que por su fe en el sacrificio de Jesús fueron revestidos de ese manto
blanco de justicia. Es así como el ángel le explica a Juan el significado de los
que estaban vestidos de ropas blancas, al
decirle en Apo 7:14. “Que eran los que habían lavado sus ropas, y las habían emblanquecido
en la sangre del Cordero.” De modo que es posible que Jesús llevara
consigo como producto de las primicias, “esos muchos cuerpos de santos que habían dormido, y se levantaron.” Los cuales resucitaron con Él para presentarlos al Padre como los primeros
frutos de su trabajo redentor.
Resumen de las primicias.
A raíz de todo lo expuesto, ese grupo se quedó en el
cielo mientras Jesús bajó de nuevo para terminar su trabajo. De modo que bien
podrían ser esos veinticuatro ancianos, que como ya vimos ellos están alrededor
del trono vestidos de ropa blanca. (Seres humanos que nacieron en pecado, pero
emblanquecieron sus ropas en la sangre del Cordero). Ellos simbólicamente
fueron sembrados, experimentando todo ese proceso de muerte, sepultura, corrupción
de sus cuerpos, como el de ser los primeros de este mundo que resucitaron con
cuerpos glorificados semejante al de Jesús.
Estos fueron llevados
por Él al Padre, y así cumplir con esa ley de los primeros frutos. Tampoco es
de extrañar que sean ellos, los primeros de ese grupo que se nos habla en
Hebreos 12:23 “de
la congregación de los primogénitos que están inscritos en los cielos, a
Dios el Juez de todos, a los espíritus
de los justos hechos perfectos”
Toda esta explicación, es con el fin de separar la resurrección de este grupo, y no confundirlos con el caso de Lázaro como de otros
que resucitaron después de tres o cuatro días de muertos, mientras sus cuerpos
no habían llegado todavía a corromperse. Es decir estaban todavía enteros y no vieron corrupción; luego en su debido
tiempo volvieron a morir, como está establecido para todos los humanos. En el futuro Jesús presentará al Padre el producto final de la
cosecha; al completarse el número escogido de la esposa
que compró con su propia sangre. Ya que como dice en Efesios 2:6 que: “juntamente con él
nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar
en los lugares celestiales con Cristo Jesús.“
Creámoslo o
no, en el plan de Dios y por su facultad de ver las cosas que no son, como si
fuesen, ya hemos resucitado juntamente con Cristo. Nosotros somos parte de ese grupo por la fe, aunque por el momento, solamente estamos
sentados con Él en lugares celestiales; pero llegará el día cuando seremos
arrebatados para ser una sola cosa con
Cristo y con el Padre, al ser la esposa del Cordero. Sólo es cuestión de tiempo
para que todo llegue a ser una realidad.
Luego al final del milenio, Jesús tendrá otra próspera cosecha de todos aquellos que forman parte de los escogidos que el Padre le
dio. Allí es donde se verá
completado el fruto de su trabajo
redentor de todos aquellos que fueron escogidos desde antes de la fundación del
mundo. De modo que definitivamente, la
primera resurrección de Apocalipsis 20:4 no es para el creyente; porque
formamos parte de: “Cristo las primicias” por ser una sola cosa con Él.
Aggeo
Palumbi. Septiembre 2015
Revisado 04/ 2018..
Pronto se hará un actualización de los tema